* «Santos mártires del Japón a cuya cabeza de grupo se encontraba San Pablo Miki. Vuestra jovialidad en el testimonio cristiano y vuestra alegría unida a la perseverancia en la confesión de Cristo, como único Dios y Salvador, os encaminó al patíbulo. Ayudadnos desde el cielo a no quejarnos tanto por nimiedades y dadnos vuestro coraje y alegría por si nos llegara el momento de morir por Cristo»
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