* «Diría que fueron mis padres sin saberlo los que con su ejemplo cultivaron en mí el deseo de Dios, ayudaron a que me consagrara al Señor y como soy feliz y me lo notan cuando converso con ellos, también ellos son felices… Nunca dudé de mi vocación, gracias a Dios… El Señor me guió para que contactara con las Madres Carmelitas Descalzas de San José de Maluenda, en Zaragoza. Me sentí atraída por esta comunidad de vida contemplativa para, desde allí, seguir la misión de ofrecerme por los sacerdotes, misioneros y el mundo en general»
viernes, 18 de octubre de 2019
Fátima María, de 21 años, será monja porque estudiaba magisterio pero «escuché la llamada del Señor y confiando en su Providencia, lo dejé todo para encontrarme con Dios»
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