«Dos sentimientos contrarios me embargaron. Por una parte, un gran dolor: la eternidad se me ofrecía en toda su belleza y no la podía alcanzar; Dios no me juzgaba, sencillamente se me mostraba con toda su verdad, era yo la que me juzgaba y comprendía toda la desemejanza. Por la otra parte, sin embargo, sentí una alegría indecible: era pensaba, amada y deseada para este tiempo, para esta historia. No somos un juego al azar, una casualidad a la merced de un destino caprichoso»
martes, 15 de octubre de 2019
Gloria Riva, la monja que volvió de la muerte tras un accidente de tráfico con su novio: «Tuve la certeza de que Dios estaba allí»
Etiquetas:
adoración,
Amor,
conversión,
Dios,
Esperanza,
Evangelio,
familia,
fe,
jóvenes,
llamada,
monja,
muerte,
Oración,
perdón Jesucristo,
Testimonio,
vida,
vocación
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario