* Obispo Timothy Freyer: «Kobe fue un ícono del baloncesto que nos inspiró a través de sus palabras y acciones para establecer nuestras metas, trabajar duro y alcanzar nuestros sueños. Era un católico comprometido que amaba a su familia y amaba su fe. Como residente y feligrés de Orange County en nuestra diócesis, Kobe asistía con frecuencia a misa y se sentaba en la parte de atrás de la iglesia para que su presencia no distrajera a la gente de centrarse en la presencia de Cristo»
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