Camino Católico.- Enfermera de profesión, madre y abuela, la madrileña Ana Palacios abre su corazón en este testimonio de vida, en la que la pérdida de su hijo José y su separación matrimonial fueron las cruces que le llevaron a esa pregunta que muchos nos hacemos cada día: ¿Todo esto para qué? “Cuando estaba en el hospital después de perder a mi hijo, Dios irrumpió en mi vida de una forma contundente. Me habló, le hablé, me consoló y se quedó”. “Está claro que Dios no se muda”, explica en un vídeo testimonial de Mater Mundi TV.
El hijo perdido le enseñó sobre la plenitud de la maternidad y de la familia. Y su divorcio lo afronta con la certeza de que “sigo casada por la Iglesia, porque el sí quiero fue una alianza con Dios”. Ana relata su lucha interior y su proceso de superación personal.
Abierta a una nueva vida y con fe renovada, Ana Palacios dirigió su vocación hacia el servicio y la entrega en exclusiva a Dios a través de la Hospitalidad Jesús de Nazaret, “para que todo el mundo, en especial desfavorecidos, enfermos y discapacitados, puedan experimentar el encuentro con Cristo en su tierra y de la mano de María”.
Si quieres conocer cómo es ahora su vida y el proyecto al que Ana Palacios dedica todo su tiempo, no dejes de ver el siguiente video: “Tierra Santa es una puerta abierta a la esperanza”.
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