* «Desde pequeña he sentido que Dios me ha llamado cerca de él. Cuando he llegado a los 30, saber que estás llamada a una plenitud y no encontrar, me inquietaba y he estado buscando. Buscaba lo que Dios quería para mí porque para mí siempre el centro ha sido Jesucristo y he intentado ir conformando mi vida hacia su figura. Sigo viviendo en el mundo, con la diferencia de que tengo la oportunidad de rezar más por todo el mundo y el privilegio de ser feliz con lo que he escogido»
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