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domingo, 23 de marzo de 2025

El Papa Francisco ya está en el Vaticano después de impartir la bendición apostólica desde el hospital: «Gracias a todos»


Este domingo, 23 de marzo, el Papa Francisco ha saludado y bendecido a los fieles en el hospital Gemelli, antes de regresar al Vaticano / Foto: Vatican Media


Camino Católico.- Aquí está el Papa, aquí está, reapareciendo ante los tres mil fieles reunidos desde la mañana en la explanada del Hospital Gemelli que ha visto una cadena ininterrumpida de oraciones por su recuperación durante estos treinta y ocho días de hospitalización. Unas pocas palabras desde el pequeño balcón de la quinta planta, el rostro marcado, las manos sobre las rodillas levantadas para bendecir y los pulgares en alto. Un atisbo de sonrisa al ver y oír a esta multitud que grita: «¡Francisco, Francisco!», «¡te queremos!», «¡estamos aquí por ti!».




Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News en el que el Papa saluda y bendice a los fieles desde la 5ª planta del hospital Gemelli, antes de marcharse al Vaticano, a las 12 del mediodía

«Gracias a todos», ha dicho el Papa con voz débil. Se esperaba un gesto de saludo, pero Francisco quiso dejarse ver además de oír. Su mirada fue de un lado a otro de la plaza y luego, como es típico en él, se centró en un detalle: la señora Carmela Mancuso, calabresa de 72 años, en primera fila, dirigiéndose hacia el balcón, con un ramo de flores amarillas en la mano. Salió de la estación de San Pedro para ir al Gemelli. Lo hizo casi todos los días desde hace más de un mes, pero también lo hizo muchas veces durante la audiencia general del miércoles. “¡Y veo a esta señora con las flores amarillas! ¡Es buena!”.

Carmela Mancuso, calabresa de 72 años, en primera fila, dirigiéndose hacia el balcón, con un ramo de flores amarillas en la mano / Foto: Vatican Media

Una salva de aplausos, un coro de «¡Viva el Papa!». La propia señora Carmela inclinó la cabeza hacia abajo arrastrada por el peso de las lágrimas. «No sé qué decir. Gracias, gracias, al Señor y al Santo Padre. No me creía tan 'vista'», comentó inmediatamente después a los medios vaticanos. «Él tenía que dar la bendición y en cambio vio mi manojo de rosas. Le deseo una pronta recuperación y que vuelva como antes entre nosotros».

3000 personas se han congregado en el hospital Gemelli para saludar a Francisco / Foto: Vatican Media


Es el deseo expresado por los enfermeros, médicos y estudiantes de la Universidad Católica reunidos aquí en el patio. Hay fieles de distintas nacionalidades, la Cooperativa Auxilium que levantó una gran pancarta con banderas de todo el mundo y un llamamiento a la paz antes del mediodía. Hay un hombre que ayer cumplió 75 años sosteniendo una pancarta en la que encomienda a Francisco a la intercesión de su predecesor Juan Pablo II.

En la plaza de San Pedro, también miles de fieles han visto por las pantallas instaladas, la bendición del Papa Francisco Foto: Vatican Media

Y hay un grupo que desde la Plaza de San Pedro ha cogido la cruz del Jubileo – la que se utiliza para la peregrinación a la Puerta Santa – y ha llegado al Gemelli: «Es importante estar aquí». Allí están Emanuela y Adam, con sus tres hijos, que después de la misa «aquí cerca» han querido llevar a los niños a saludar a Francisco: «Rezamos todos los días antes de comer por él, era justo que lo vieran», dice el padre.

Papa Francisco saludando a los fieles / Foto: Vatican Media

Luego está ella, sor Geneviéve Jeanningros, la monja ángel del Luna Park de Ostia, comprometida con la pastoral de los romaníes y de los sinti, pero también de los homosexuales y transexuales. Una vieja conocida del Papa (la «enfant terrible», la llama él) a la que va a saludar cada miércoles en la audiencia de la plaza de San Pedro o en el Aula Pablo VI. «No podía esperar a que Francisco apareciera y saliera», comenta a los medios vaticanos. «No podíamos aguantar más. Le deseamos lo mejor. Buenos deseos».

Francisco en el balcón del hospital Gemelli / Foto: Vatican Media

Inmediatamente después de abandonar el balcón, la multitud se dirigió hacia la entrada del Gemelli para captar la salida del Pontífice en el habitual y ya familiar Fiat 500L blanco. Más saludos y coros acompañaron el paso del Papa en el coche, con las ventanillas subidas. La dirección es Santa María La Mayor, la basílica que ni una sola vez – tras un viaje internacional o una operación y hospitalización – Jorge Mario Bergoglio dejó de visitar para rezar a la Salus Populi Romani y agradecerle su protección.

El Papa Francisco levantando el pulgar / Foto: Vatican Media


Antes de asomarse al balcón del hospital, el Papa Francisco saludó brevemente al personal y a la alta dirección de la Universidad Católica y del Policlínico Gemelli: el rector de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, la profesora Elena Beccalli; el presidente de la Fondazione Policlínico Universitario Agostino Gemelli IRCCS, el doctor Daniele Franco; también el decano de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Católica, el profesor Antonio Gasbarrini; el vicepresidente de la Fundación, Giuseppe Fioroni; el director general, Marco Elefanti; el asistente eclesiástico general de la Universidad, monseñor Claudio Giuliodori; y el profesor Sergio Alfieri, director del Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas del Policlínico Gemelli y jefe del equipo médico del Gemelli y el director médico de la Fundación del Policlínico Gemelli, Andrea Cambieri.

El Papa Francisco, dentro del coche al abandonar el hospital. En la imagen se aprecia la cánula por la que se le estaba suministrando oxígeno   / Foto: Vatican Media

Luego, el Papa Francisco ha abandonado el centro sanitario en el Fiat 500 que ha usado durante todo su pontificado para los desplazamientos dentro de la ciudad de Roma y no en ambulancia.

Antes de regresar al Vaticano, el Pontífice ha querido desplazarse hasta la Basílica de Santa María la Mayor, en el centro histórico de Roma, donde acostumbra a rezar al regreso de cada uno de sus viajes y antes de emprenderlos. Esta parada no estaba prevista. De hecho el coche FIAT 500 que lo ha traslado desde Gemelli había llegado a las inmediaciones del Vaticano y, seguramente por indicación del Papa Francisco, ha cambiado el rumbo y se ha dirigido al templo.

El arcipreste coadjutor de la basílica, el Cardenal Rolandas Makrickas, con el ramo de flores que le acaba de entregar el Papa Francisco, que ha permanecido dentro del coche  / Foto: Vatican Media

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha confirmado después que el Pontífice ha querido entregar, sin bajar del vehículo, al arcipreste coadjutor de la basílica, el Cardenal Rolandas Makrickas, un ramo de flores para depositarlo en el altar donde está la imagen de la Virgen de Salus Popoli Romani (Protectora del Pueblo Romano), por la que siente especial devoción.

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