* «La buena salud de la familia es decisiva para el futuro del mundo y de la Iglesia, considerando los múltiples retos y dificultades que hoy se presentan en la vida de cada día. Efectivamente, cuando se encuentra una realidad amarga, cuando se siente el dolor, cuando irrumpe la experiencia del mal o de la violencia, es en la familia, en su comunión de vida y amor que todo se puede comprender y superar…»
* «Durante el camino de la vida Jesús nunca nos abandona: Él sigue y acompaña con misericordia a todos los seres humanos, en particular a las familias, que santifica en el amor. Su presencia se manifiesta por medio de la ternura, de las caricias, del abrazo de una madre, de un padre, de un hijo. La familia es el lugar de la ternura. Por favor, ¡no perdáis nunca la ternura! Y esta época falta de ternura, hay que reencontrarla, y la familia puede ayudarnos ahora. Por esta razón en las Escrituras Dios se muestra padre así como madre que cuida y se inclina en el gesto de acercar al seno y dar de comer»