Camino Católico.- La Navidad está llena de celebraciones estos días. Villancicos, reuniones familiares, la cena de Nochebuena… El sonido y el movimiento se intensifican, hay luces y brillos por todas partes.
Sin embargo, para muchas personas se intensifica el dolor por la ausencia de un ser querido. Este año no se sentará a la mesa aquella persona tan amada, que ha fallecido o que por diversas circunstancias está lejos: ha migrado, se ha separado, ha roto los lazos familiares…