* «Hay tres cosas que duran para siempre: la fe, la esperanza y el amor. Y el amor me habla de mis relaciones. ¿Quién encabeza nuestra lista? Dios. Él es eterno. De dónde venimos y adónde vamos. Él nos hace más felices, y tiene sentido pasar tiempo con la persona que nos hace más felices. Y la consecuencia de no hacerlo es volverse triste. Caí de rodillas y dije: ‘Señor, me rindo. Sea lo que sea lo que quieras que haga, vaya donde vaya, ahora tú mandas’. Nunca había rezado así. Siempre que tenía que tomar una decisión, a mi manera o a la manera de Dios, solía encontrar otras formas de justificar el hacerlo a mi manera. Y esa oración iba en serio. Primero iba a hacer las cosas a la manera de Dios que tiene un plan para nuestras vidas. Dios nos conoce a cada uno de nosotros. Tiene un trabajo para nosotros. No es como un plan escrito. Es más como dar el siguiente paso correcto. No sabes lo que te depara el mañana. ¿Cuál es mi próximo paso? No es casualidad»