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domingo, 18 de mayo de 2008
Responsable de la Fraternidad de Viudas Consagradas de Cataluña: “Es Dios quien te une más allá de la muerte”
(VERITAS) Convencida de que su marido estaba vivo en Dios, Montserrat Rabella decidió consagrar su vida a Dios al enviudar hace quince años, cuando rondaba la cincuentena, y vivir su nueva vocación en el mundo, cuidando de su familia y manteniendo sus responsabilidades anteriores con la ayuda de las gracias del matrimonio.
"El matrimonio es un sacramento que sólo es para la vida; en el momento en que uno de los dos cónyuges muere, el sacramento deja de existir, pero no el amor; en este amor que quieres continuar manteniendo y hacer más grande, se basa la vocación de una viuda consagrada", explica la responsable de Fraternidad Santa María de la Resurrección de Cataluña en una entrevista concedida a Veritas.
Para Rabella, "Si la viuda quiere, las gracias del sacramento continuarán para que sea fiel a ese amor". "Es Dios quien te une más allá de la muerte -afirma-.Aunque las personas estén separadas, el amor, que es del espíritu, puede continuar, y la persona viuda puede mantenerse fiel hasta su muerte".
Rabella explica que en España sólo existe la Fraternidad de Viudas Consagradas de Cataluña, formada por trece personas, y añadió que la Fraternidad Santa María de la Resurrección está formada por unas 250 viudas consagradas de Francia, Bélgica, España, Portugal, Suiza, India, Burkina Fasso, Rwanda y el Congo.
"Tenemos como una regla, unos años de preparación y unos compromisos: dedicar media hora diaria a la oración, asistir a Misa siempre que podamos y leer la Palabra; participamos en retiros cada dos meses y en ejercicios espirituales una vez al año -indica-. Todo ello supone una gran riqueza y una fuente de crecimiento, con todas las crisis que comporta la vida espíritu".
Finalmente, Rabella explicó que "de la espiritualidad de la viudedad empezó a hablarse en el año 1957, en un discurso del Papa Pío XII dirigido a familias sin padre, en el que afirmó que la viuda podía vivir de las gracias del matrimonio y exhortó a profundizar en las riquezas de la viudedad".
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