jueves, 23 de agosto de 2007
Léelo solamente si tienes tiempo para Dios./ Autor: Daniel B.
¿Por qué es tan difícil decir la verdad y tan fácil mentir?
¿Por qué tenemos tanto sueño en la iglesia, pero cuando termina el sermón repentinamente estamos tan despiertos?
¿Por qué es tan difícil hablar de Dios y tan fácil decir cosas
sucias?
¿Por qué es tan aburrido leer una revista cristiana, y tan divertido hojear una con contenido repugnante?
¿Por qué es tan fácil borrar mensajes de Dios y enviar
mensajes sucios?
¿Por qué las iglesias y templos se vuelven más pequeños
mientras los bares y discotecas crecen en tamaño?
¿Te das por vencido? Solo recuerda que Dios está observándote.
Que Dios te guarde y te bendiga.Si esta frase no te eriza, nada lo hará... Este mensaje es verdadero. Espero que seas tan bendecido como yo lo fui al leer la siguiente historia y aún así me pregunto cuánta gente lo borrará si siquiera leerlo solo por el título.
Historia:
Había una vez un hombre llamado Jorge Thomas, pastor de una pequeña iglesia en un pueblo de Nueva Inglaterra. Una mañana de Domingo de Pascua llegó a la iglesia cargando una jaula para pájaros oxidada, doblada y vieja, y la puso en el púlpito. Las cejas se elevaron y como respuesta el Pastor Thomas dijo: Ayer, caminando por el pueblo vi a un muchacho que venía a mi encuentro columpiando esta jaula para pájaros. Al fondo de la jaula había tres pajaritos salvajes temblando de frío y de miedo.
Me paré y pregunté:
- ¿Qué llevas allí hijo?
- Solamente estos pájaros viejos.
- ¿Qué vas a hacer con ellos?.
- Los llevaré a casa y me divertiré. Los voy a molestar y a halar de las plumas para hacerlos pelear. Me voy a divertir mucho.
- Pero tarde o temprano te vas a aburrir de esos pájaros y cuando eso sea, ¿Que vas a hacer?.
- Ah, tengo algunos gatos. Se los llevaré. A ellos les gustan los pájaros.
El pastor hizo silencio por un momento y luego dijo:
- ¿Cuánto quieres por esos pájaros hijo?
- Eh... ¿Por qué?. Usted no los quiere señor. Son solamente
viejos pajarracos. No cantan, ni siquiera son bonitos.
- ¿Cuánto?.
El muchacho midió al pastor para ver si estaba loco y dijo:
- ¿Le parecen $10.00?
El pastor se metió la mano en el bolsillo y sacó un billete de $10.00 y lo colocó en la mano del muchacho. En un segundo, el muchacho se había ido. El pastor recogió la jaula y suavemente la llevó hasta el final del valle, donde había un árbol y un lugar con césped. Poniendo la jaula en el suelo, le abrió la puerta, y con un suave toque en los barrotes, hizo que los pájaros salieran liberándolos.
Bien, eso explicaba la jaula vacía encima del púlpito y el pastor empezó a contarles esta otra historia:
Un día Satanás y Jesús estaban conversando. Satanás acababa de ir al Jardín del Edén, y estaba mofándose y riéndose diciendo:
- Si Señor. Acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de allá abajo. Les tendí una trampa, usé cebo que sabia que no podrían resistir. Cayeron todos! -
¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús.
- Ah, me voy a divertir con ellos. Les enseñaré como casarse y divorciarse, cómo odiar y abusar uno del otro, a beber y fumar y por supuesto, les enseñaré a
inventar armas y bombas para que se destruyan entre sí. Realmente me voy a divertir!
- ¿Y qué harás cuando te canses de ellos?
-Ah, los mataré.
- ¿Cuánto quieres por ellos?.
- Ah, tú no quieres a esa gente. Ellos no son buenos. ¿Por qué los querrías tomar?. Tú los tomas y ellos te odian. Escupirán a tu rostro, te maldecirán y te matarán. Tú no quieres a esa gente!!
- ¿Cuánto?.
Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió:
- Toda tu sangre, tus lágrimas, y tu vida.
Jesús dijo:
-HECHO!
Y así fue como pago el precio.
El pastor tomó su jaula. Se dirigió hasta la puerta, la abrió y se alejó.
NOTAS:
No es curioso lo fácil que es despreciar a Dios y luego preguntarse por qué el mundo se está yendo al infierno.
No es curioso cómo alguien puede decir 'Creo en Dios' y seguir a Satanás, (quien a propósito, también cree en Dios).
No es curioso que envíes miles de mensajes con chistes a través del correo electrónico, los cuales se riegan como pólvora, pero cuando empiezas a enviar mensajes que se refieren a El Señor, la gente lo piensa dos veces antes de compartirlos.
No es curioso cómo la gente puede estar más preocupada de lo que los demás piensen de ellos que lo que piense Dios.
Oraciones del Catequista / Enviadas por Mónica Heller
Señor, nos gustaría sentirte siempre
cercano como un amigo,
para que nuestra tarea de sembradores
nos resulte más fácil.
Nos gustaría quererte y comprenderte
como tus amigos de Betania.
Enséñanos a descubrirte en nuestros hermanos,
porque cada vez que los escuchamos y ayudamos,
realmente te escuchamos y ayudamos a Ti.
Disipa, Señor, nuestros temores.
Afianza nuestra decisión de ser catequistas.
Fortalece nuestra voluntad,
que oscila entre el sí y el no.
Llena nuestra ignorancia con tu claridad.
Nuestro cansancio con tu fortaleza.
Nuestro egoísmo con tu amor.
Nuestra desilusión con tu esperanza.
Señor, agradezco tu elección
y la confianza que pones en mí.
Con humildad,
pero con alegría y esperanza,
Hoy quiero repetirte una vez más:
¡Señor, cuenta conmigo!
Amén.
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Señor
Jesús:
Aquí me tienes para servirte
y colocar a tus pies la labor en que estoy empeñado.
Tú me escogiste para ser catequista,
anunciador de tu Mensaje a los hermanos.
Me siento muy pequeño e ignorante,
soy a menudo inconstante,
pero sé que Tú me necesitas.
Gracias por confiar en mí, pequeño servidor tuyo.
Estoy pronto a cumplir esta hermosa tarea
con sencillez y modestia, amor y fe.
Quiero ser instrumento tuyo
para despertar en muchos hermanos:
cariño por tu persona,
confianza en tus promesas,
deseos de seguirte como
discípulo.
Bendice día a día mis esfuerzos;
pon tus palabras en mis labios,
y haz que, en comunión con mis hermanos,
pueda colaborar en extender tu Reino.
María, tu que seguiste siempre con fidelidad
las huellas de tu Hijo,
guíanos por ese mismo camino.
Amén.
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Oración para irradiar a Cristo
Amado Señor,
ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya.
Inunda mi alma de espíritu y vida.
Penetra y posee todo mi ser hasta tal punto que toda mi vida solo sea una emanación de la tuya.
Brilla a través de mí, y mora en mi de tal manera que todas las almas que
entren en contacto conmigo puedan sentir tu presencia en mi alma.
Haz que me miren y ya no me vean a mí sino solamente a ti, oh Señor.
Quédate conmigo y entonces comenzaré a brillar como brillas Tú;
a brillar para servir de luz a los demás a través de mí.
La luz, oh Señor, irradiará toda de Ti; no de mí; serás Tu, quien ilumine
a los demás a través de mí.
Permíteme pues alabarte de la manera que más te gusta, brillando para
quienes me rodean.
Haz que predique sin predicar, no con palabras sino con mi ejemplo,
por la fuerza contagiosa, por la influencia de lo que hago, por la evidente
plenitud del amor que te tiene mi corazón.
Amén.
Catequesis sobre María Reina / Autor: S.S. Juan Pablo II
"La Virgen Inmaculada ... asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial fue ensalzada por el Señor como Reina universal, con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo, Señor de señores y vencedor del pecado y de la muerte". (Conc. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, n.59).
Catequesis de S.S. Juan Pablo II
23 de julio de 1997
1. La devoción popular invoca a María como Reina. El Concilio, después de recordar la asunción de la Virgen «en cuerpo y alma a la gloria del cielo», explica que fue «elevada (...) por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores (cf. Ap 19, 16) y vencedor del pecado y de la muerte» (Lumen gentium, 59).
En efecto, a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el concilio de Éfeso la proclama «Madre de Dios», se empieza a atribuir a María el título de Reina. El pueblo cristiano, con este reconocimiento ulterior de su excelsa dignidad, quiere ponerla por encima de todas las criaturas, exaltando su función y su importancia en la vida de cada persona y de todo el mundo.
Pero ya en un fragmento de una homilía, atribuido a Orígenes, aparece este comentario a las palabras pronunciadas por Isabel en la Visitación: «Soy yo quien debería haber ido a ti, puesto que eres bendita por encima de todas las mujeres tú, la madre de mi Señor, tú mi Señora» (Fragmenta: PG 13, 1.902 D). En este texto se pasa espontáneamente de la expresión «la madre de mi Señor» al apelativo «mi Señora», anticipando lo que declarará más tarde san Juan Damasceno, que atribuye a María el título de «Soberana»: «Cuando se convirtió en madre del Creador, llegó a ser verdaderamente la soberana de todas las criaturas» (De fide orthodoxa, 4, 14: PG 94 1.157).
2. Mi venerado predecesor Pío XII en la encíclica Ad coeli Reginam, a la que se refiere el texto de la constitución Lumen gentium, indica como fundamento de la realeza de María, además de su maternidad, su cooperación en la obra de la redención. La encíclica recuerda el texto litúrgico: «Santa María, Reina del cielo y Soberana del mundo, sufría junto a la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (MS 46 [1954] 634). Establece, además, una analogía entre María y Cristo, que nos ayuda a comprender el significado de la realeza de la Virgen. Cristo es rey no sólo porque es Hijo de Dios, sino también porque es Redentor. María es reina no sólo porque es Madre de Dios, sino también porque, asociada como nueva Eva al nuevo Adán, cooperó en la obra de la redención del género humano (MS 46 [1954] 635).
En el evangelio según san Marcos leemos que el día de la Ascensión el Señor Jesús «fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios» (Mc 16, 19). En el lenguaje bíblico, «sentarse a la diestra de Dios» significa compartir su poder soberano. Sentándose «a la diestra del Padre», él instaura su reino, el reino de Dios. Elevada al cielo, María es asociada al poder de su Hijo y se dedica a la extensión del Reino, participando en la difusión de la gracia divina en el mundo.
Observando la analogía entre la Ascensión de Cristo y la Asunción de María, podemos concluir que, subordinada a Cristo, María es la reina que posee y ejerce sobre el universo una soberanía que le fue otorgada por su Hijo mismo.
3. El título de Reina no sustituye, ciertamente, el de Madre: su realeza es un corolario de su peculiar misión materna, y expresa simplemente el poder que le fue conferido para cumplir dicha misión.
Citando la bula Ineffabilis Deus, de Pío IX, el Sumo Pontífice Pío XII pone de relieve esta dimensión materna de la realeza de la Virgen: «Teniendo hacia nosotros un afecto materno e interesándose por nuestra salvación ella extiende a todo el género humano su solicitud. Establecida por el Señor como Reina del cielo y de la tierra, elevada por encima de todos los coros de los ángeles y de toda la jerarquía celestial de los santos, sentada a la diestra de su Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, obtiene con gran certeza lo que pide con sus súplicas maternal; lo que busca, lo encuentra, y no le puede faltar» (MS 46 [1954] 636-637).
4. Así pues, los cristianos miran con confianza a María Reina, y esto no sólo no disminuye, sino que, por el contrario, exalta su abandono filial en aquella que es madre en el orden de la gracia.
Más aún, la solicitud de María Reina por los hombres puede ser plenamente eficaz precisamente en virtud del estado glorioso posterior a la Asunción. Esto lo destaca muy bien san Germán de Constantinopla, que piensa que ese estado asegura la íntima relación de María con su Hijo, y hace posible su intercesión en nuestro favor. Dirigiéndose a María, añade: Cristo quiso «tener, por decirlo así, la cercanía de tus labios y de tu corazón; de este modo, cumple todos los deseos que le expresas, cuando sufres por tus hijos, y él hace, con su poder divino, todo lo que le pides» (Hom 1: PG 98, 348).
5. Se puede concluir que la Asunción no sólo favorece la plena comunión de María con Cristo, sino también con cada uno de nosotros: está junto a nosotros, porque su estado glorioso le permite seguirnos en nuestro itinerario terreno diario. También leemos en san Germán: «Tú moras espiritualmente con nosotros, y la grandeza de tu desvelo por nosotros manifiesta tu comunión de vida con nosotros» (Hom 1: PG 98, 344).
Por tanto, en vez de crear distancia entre nosotros y ella, el estado glorioso de María suscita una cercanía continua y solícita. Ella conoce todo lo que sucede en nuestra existencia, y nos sostiene con amor materno en las pruebas de la vida.
Elevada a la gloria celestial, María se dedica totalmente a la obra de la salvación para comunicar a todo hombre la felicidad que le fue concedida. Es una Reina que da todo lo que posee compartiendo, sobre todo, la vida y el amor de Cristo.
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FUNDAMENTO TEOLOGICO DE LA REALEZA DE LA VIRGEN MARIA
La razón por la que la Santísima Virgen María es Reina se fundamenta teológicamente en su divina Maternidad y en su función de ser Corredentora del género humano.
a) Por su divina Maternidad: Es el fundamento principal, pues la eleva a un grado altísimo de intimidad con el Padre celestial y la une a su divino Hijo, que es Rey universal por derecho propio.
En la Sagrada Escritura se dice del Hijo que la Virgen concebirá: "Hijo del Altísimo será llamado Y a El le dará el Señor Dios el trono de David su padre y en la casa de Jacob reinará eternamente y su reinado no tendrá fin" (Lc. 1,32-33). Y a María se le llama "Madre del Señor" (Lc. 1,43); de donde fácilmente se deduce que Ella es también Reina, pues engendró un Hijo que era Rey y Señor de todas las cosas. Así, con razón, pudo escribir San Juan Damasceno: "Verdaderamente fue Señora de todas las criaturas cuando fue Madre del Creador" (cit. en la Enc. Ad coeli Reginam, de Pío XII, 11-X-1954).
b) Por ser Corredentora del género humano: La Virgen María, por voluntad expresa de Dios, tuvo parte excelentísima en la obra de nuestra Redención. Por ello, puede afirmarse que el género humano sujeto a la muerte por causa de una virgen (Eva), se salva también por medio de una Virgen (María). En consecuencia, así como Cristo es Rey por título de conquista, al precio de su Sangre, también María es Reina al precio de su Compasión dolorosa junto a la Cruz.
`Ta Beatísima María debe ser llamada Reina, no sólo por razón de su Maternidad divina, sino también porque cooperó íntimamente a nuestra salvación. Así como Cristo, nuevo Adán, es Rey nuestro no sólo por ser Hijo de Dios sino también nuestro Redentor, con cierta analogía, se puede afirmar que María es Reina, no sólo por ser Madre de Dios sino también, como nueva Eva, porque fue asociada al nuevo Adán" (cfr. Pío XII, Enc, Ad coeli Reginam).
NATURALEZA DEL REINO DE MARIA
El reino de Santa María, a semejanza y en perfecta coincidencia con el reino de Jesucristo, no es un reino temporal y terreno, sino más bien un reino eterno y universal: -"Reino de verdad y de vida, de santidad, de gracia, de amor y de paz" (cfr. Prefacio de la Misa de Cristo Rey).
a) Es un reino eterno porque existirá siempre y no tendrá fin (cfr. Lc. 1,33) y, es universal porque se extiende al Cielo, a la tierra y a los abismos (cfr. Fil. 2,10-11).
b) Es un reino de verdad y de vida. Para esto vino Jesús al mundo, para dar testimonio de la verdad (cfr. Jn. 18,37) y para dar la vida sobrenatural a los hombres.
c) Es un reino de santidad y justicia porque María, la llena de gracia, nos alcanza las gracias de su Hijo para que seamos santos (cfr. Jn. 1,12-14); y de justicia porque premia las buenas obras de todos (cfr. Rom. 2,5-6).
d) Es un reino de amor porque de su eximia caridad nos ama con corazón maternal como hijos suyos y hermanos de su Hijo (cfr. 1 Cor. 13,8).
e) Es un reino de paz, nunca de odios y rencores; de la paz con que se llenan los corazones que reciben las gracias de Dios (cfr. Is. 9,6).
Santa María como Reina y Madre del Rey es coronada en sus imágenes -según costumbre de la Iglesia- para simbolizar por este modo el dominio y poder que tiene sobre todos los súbditos de su reino.
La oración Colecta de la Memoria de Santa María Reina dice: "Oh Dios, que nos han dado como Madre y como Reina, a la Madre de tu Unigénito; concédenos, por su intercesión, el poder llegar a participar en el Reino celestial de la gloria reservada a tus hijos".
24 de Agosto: San Bartolomé, Apóstol, Siglo I / Autor: Hº. Jaume Ruiz Castro CM
Bartolomé significa: "Hijo de Tolomé" (Bar = hijo. Tolomé o Tolomeo, significa: cultivador y luchador).
A este santo (que fue uno de los doce apóstoles de Jesús) lo pintaban los antiguos con la piel en sus brazos como quien lleva un abrigo, porque la tradición cuenta que su martirio consistió en que le arrancaron la piel de su cuerpo, estando él aún vivo.
Parece que Bartolomé es un sobrenombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre que era Natanael (que significa "regalo de Dios") Muchos autores creen que el personaje que el evangelista San Juan llama Natanael, es el mismo que otros evangelistas llaman Bartolomé. Porque San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe, le colocan como compañero de Felipe a Natanael.
El encuentro más grande de su vida
El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús fue para toda su vida una fecha memorable, totalmente inolvidable. El evangelio de San Juan la narra de la siguiente manera: "Jesús se encontró a Felipe y le dijo: "Sígueme". Felipe se encontró a Natanael y le dijo: "Hemos encontrado a aquél a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret". Natanael le respondió: " ¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le dijo: "Ven y verás". Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño" Natanael le preguntó: "¿Desde cuando me conoces?" Le respondió Jesús: "antes de que Felipe te llamara, cuando tú estabas allá debajo del árbol, yo te vi". Le respondió Natanael: "Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel". Jesús le contestó: "Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿crees? Te aseguró que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre." (Jn. 1,43 )
Felipe, lo primero que hizo al experimentar el enorme gozo de ser discípulo de Jesús fue ir a invitar a un gran amigo a que se hiciera también seguidor de tan excelente maestro. Era una antorcha que encendía a otra antorcha. Pero nuestro santo al oír que Jesús era de Nazaret (aunque no era de ese pueblo sino de Belén, pero la gente creía que había nacido allí) se extrañó, porque aquél era uno de los más pequeños e ignorados pueblecitos del país, que ni siquiera aparecía en los mapas. Felipe no le discutió a su pregunta pesimista sino solamente le hizo una propuesta: "¡Ven y verás que gran profeta es!"
Una revelación que lo convenció. Y tan pronto como Jesús vio que nuestro santo se le acercaba, dijo de él un elogio que cualquiera de nosotros envidiaría: "Este si que es un verdadero israelita, en el cual no hay engaño". El joven discípulo se admira y le pregunta desde cuándo lo conoce , y el Divino Maestro le añade algo que le va a conmover: "Allá, debajo de un árbol estabas pensando qué sería de tu vida futura. Pensabas: ¿Qué querrá Dios que yo sea y que yo haga? Cuando estabas allá en esos pensamientos, yo te estaba observando y viendo lo que pensabas". Aquélla revelación lo impresionó profundamente y lo convenció de que este sí era un verdadero profeta y un gran amigo de Dios y emocionado exclamó: "¡Maestro, Tú eres el hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! ¡Maravillosa proclamación! Probablemente estaba meditando muy seriamente allá abajo del árbol y pidiéndole a Dios que le iluminara lo que debía de hacer en el futuro, y ahora viene Jesús a decirle que El leyó sus pensamientos. Esto lo convenció de que se hallaba ante un verdadero profeta, un hombre de Dios que hasta leía los pensamientos. Y el Redentor le añadió una noticia muy halagadora.. Los israelitas se sabían de memoria la historia de su antepasado Jacob, el cuál una noche, desterrado de su casa, se durmió junto a un árbol y vio una escalera que unía la tierra con el cielo y montones de ángeles que bajaban y subían por esa escalera misteriosa. Jesús explica a su nuevo amigo que un día verá a esos mismos ángeles rodear al Hijo del Hombre, a ese salvador del mundo, y acompañarlo, al subir glorioso a las alturas.
Desde entonces nuestro santo fue un discípulo incondicional de este enviado de Dios, Cristo Jesús que tenía poderes y sabiduría del todo sobrenaturales. Con los otros 11 apóstoles presenció los admirables milagros de Jesús, oyó sus sublimes enseñanzas y recibió el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego.
El libro muy antiguo, y muy venerado, llamado el Martirologio Romano, resume así la vida posterior del santo de hoy: "San Bartolomé predicó el evangelio en la India. Después pasó a Armenia y allí convirtió a muchas gentes. Los enemigos de nuestra religión lo martirizaron quitándole la piel, y después le cortaron la cabeza".
Para San Bartolomé, como para nosotros, la santidad no se basa en hacer milagros, ni en deslumbrar a otros con hazañas extraordinarias, sino en dedicar la vida a amar a Dios, a hacer conocer y amar mas a Jesucristo, y a propagar su santa religión, y en tener una constante caridad con los demás y tratar de hacer a todos el mayor bien posible.
Muy estimado San Bartolomé: Pídele a Jesús que logremos imitarte en tu amor inmenso al Redentor y en tu manera de dedicarte por completo a hacer amar más a Dios y a salvar la propia alma y las almas de muchos otros.
"Los que enseñen a otros a ser buenos, brillarán como estrellas por toda la eternidad".
(Profeta Daniel, 12).
María es reina de los ángeles y de todos los hombres / Hº. Jaume Ruiz Castro CM
El pueblo cristiano siempre ha reconocido a María Reina por ser madre del Rey de reyes y Señor de Señores. Su poder y sus atributos los recibe del Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo. Es El quien la constituye Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres y aún de los ángeles.
Juan Pablo II, el 23 de julio del 1997, habló sobre la Virgen como Reina del universo. Recordó que "a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Efeso proclama a la Virgen 'Madre de Dios', se comienza a atribuir a María el título de Reina. El pueblo cristiano, con este ulterior reconocimiento de su dignidad excelsa, quiere situarla por encima de todas las criaturas, exaltando su papel y su importancia en la vida de cada persona y del mundo entero".
El Santo Padre explicó que "el título de Reina no sustituye al de Madre: su realeza sigue siendo un corolario de su peculiar misión materna, y expresa simplemente el poder que le ha sido conferido para llevar a cabo esta misión. (...) Los cristianos miran con confianza a María Reina, y esto aumenta su abandono filial en Aquella que es madre en el orden de la gracia".
"La Asunción favorece la plena comunión de María no sólo con Cristo, sino con cada uno de nosotros. Ella está junto a nosotros porque su estado glorioso le permite seguirnos en nuestro cotidiano itinerario terreno. (...). Ella conoce todo lo que sucede en nuestra existencia y nos sostiene con amor materno en las pruebas de la vida".
RAZON: Las Sagradas Escrituras nos enseñan que los que son de Cristo reinarán con El y la Virgen María es ciertamente de Cristo.
Romanos 5:17
"En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte por un solo hombre ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida por uno solo, por Jesucristo!"
II Timoteo 2:12
"si nos mantenemos firmes, también reinaremos con él; si le negamos, también él nos negará"
María Santísima es reina de todo lo creado
Si bien todos reinaremos con Cristo, María Santísima participa de Su reinado de una forma singular y preeminente. Esto significa que Dios le ha otorgado Su poder para reinar sobre todos los hombres y los ángeles, y para vencer a Satanás.
azones por las que María Santísima es Reina de todos:
1- Por ser la madre de Dios hecho hombre, El Mesías, El Rey universal. (Col 1, 16).
Santa Isabel, movida por el Espíritu Santo, hace reverencia a María, no considerándose digna de la visita de la que es "Madre de mi Señor" (Lc 1:43). Por la realeza de su hijo, María posee una grandeza y excelencia singular entre las criaturas, por lo que Santa Isabel exclamó: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno" (Lc 1:42).
El ángel Gabriel le dijo a María que su Hijo reinaría. Ella es entonces la Reina Madre.
Su reino no es otro que el de Jesús, por el que rezamos "Venga tu Reino". Es el Reino de Jesús y de María. Jesús por naturaleza, María por designio divino.
En 1 Reyes 2,19 vemos que la madre del Rey se sienta a su derecha.
La Virgen María es Reina por su íntima relación con la realeza de Cristo.
De la unión con Cristo Rey deriva, en María Reina, tan esplendorosa sublimidad, que supera la excelencia de todas las cosas creadas; de esta misma unión nace su poder regio, por el que Ella puede dispensar los tesoros del reino del Divino Redentor; en fin, en la misma unión con Cristo tiene origen la eficacia inagotable de su materna intercesión con su Hijo y con el Padre (cfr. Pío XII, Enc. Mystici corporis , 29-VI1943).
2- Por ser la perfecta discípula que acompañó a Su Hijo desde el principio hasta el final, Cristo le otorga la corona. Cf. Ap. 2,10 En María se cumplen las palabras: " el que se humilla será ensalzado". Ella dijo "He aquí la esclava del Señor".
3- Por ser la corredentora. El papa JPII, en la audiencia del 23-7-97 dijo que "María es Reina no sólo porque es Madre de Dios, sino también porque (...) cooperó en la obra de la redención del género humano. (...). Asunta al cielo, María es asociada al poder de su Hijo y se dedica a la extensión del Reino, participando en la difusión de la gracia divina en el mundo".
Ella participa en la obra de salvación de su Hijo con su SI en el que siempre se mantuvo fiel, siendo capaz de estar al pie de la cruz (Cf. Jn 19:25)
María Santísima, reinando con su hijo, coopera con El para la liberación del hombre del pecado. Todos nosotros, aunque en menor grado, debemos también cooperar en la redención para reinar con Cristo.
4- Por ser el miembro excelentísimo de la Iglesia: por su misión y santidad.
La misión de María Santísima es única pues solo ella es madre del Salvador.
Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar." -Génesis 3:15
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Características del reinado de María Santísima:
a) Preeminencia: "su honor y dignidad sobrepasan todo la creación ; los ángeles toman segundo lugar ante tu preeminencia." San Germán.
b) Poder Real: que la autoriza a distribuir los frutos de la redención. La Virgen María no solo ha tenido el más alto nivel de excelencia y perfección después de Cristo, pero también participa del poder de Su Hijo Redentor ejercita sobre las voluntades y mentes.
c) Inagotable eficacia de Intercesión con su Hijo y el Padre: Dios ha instituido a Maria como Reina del cielos y tierra, exaltada sobre todos los coros de ángeles y todos los santos. Estando a la diestra de su Hijo, ella suplica por nosotros con corazón de Madre, y lo que busca, encuentra, lo que pide, recibe".
d) Reinado de Amor y Servicio: Su reinado no es de pompas o de prepotencia como los reinos de la tierra. El reino de María es el de su Hijo, que no es de este mundo, no se manifiesta con las características del mundo. María tiene todo el poder como reina de cielos y tierra y a la vez, la ternura de ser Madre de Dios.
En la tierra ella fue siempre humilde, la sierva del Señor. Se dedicó totalmente a su Hijo y a su obra. Con El y sometida con todo su corazón con toda su voluntad a El, colaboró en el Misterio de la Redención. Ahora en el Cielo, ella continúa manifestando su amor y su servicio para llevarnos a la salvación.
Respuesta a los hermanos separados
Hay quienes rechazan el reinado de María Santísima alegando que ella no puede ser reina ya solo Jesús es rey.
Estos hermanos no comprenden la naturaleza del Reino. El reino de María Santísima no es un reino aparte al de su Hijo. Es el mismo reino. Donde Jesús reina, María Su Madre reina también. Se trata de dos corazones eternamente unidos en el amor divino. Dios ha dispuesto que así fuese. María, lejos de quitarle al reinado de su Hijo, lo propicia. Ella es la mas sumisa, la mas fiel en el reino y por eso también la mas exaltada.
Lucas 1:48 " porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada"
La Fiesta Litúrgica
Pío XII en 1954, instituyó la fiesta Litúrgica del Reinado de María al coronar a la Virgen en Santa María la Mayor, Roma. En esta ocasión el Papa también promulgó el documento principal del Magisterio acerca de la dignidad y realeza de Maria, la Encíclica Ad coeli Reginam (Oct 11, 1954).
JPII: Junio 19, 1983 en Polonia
"Al Reino de el Hijo está plenamente unido el Reino de su Madre.. su Reino y el de ella, no son de este mundo. Pero están enraizados en la historia humana, en la historia de toda la raza humana, por el hecho de que el Hijo de Dios, de la misma sustancia que el Padre, se hizo hombre por el poder del ES en el vientre de María. Y esa reino es definitivamente enraizado en la historia humana a través de la Cruz, al pie de la cual estaba la Madre de Dios como corredentora. Y es en ese evento de la Cruz y Maria al pie de su hijo, que el Reino se funda y permanece. Todas la comunidades humanas experimentan el reino maternal de María, que les trae mas de cerca el reino de Cristo."
Alimento del alma / Autor: P Mariano de Blas LC
Me he preguntado muchas veces: ¿Por qué los hombres, cuando van a un banquete, saben disfrutar del comer y del beber y, en cambio, cuando van a una iglesia, se aburren soberanamente?
¿Será más importante alimentar el cuerpo que alimentar el alma? El hombre es cuerpo y alma. El cuerpo es mortal, el alma no muere. Por eso, lo lógico sería que, si siento gusto y apetito por comer y beber bien, debería sentir un apetito infinitamente mayor por las cosas del espíritu, por alimentar mi alma.
Pero, ¿por qué sentimos hambre y sed de las cosas materiales, las cosas del cuerpo, y no sentimos hambre y sed de los valores del espíritu? ¿Será porque nuestra alma está muy enferma?
Orar es amar y ser amado. Si te aburres, rezando, yendo a misa, es que ya no amas.
Oremos por un niño con cáncer / Enviado por Daniel B.
QUERIDOS TÍAS Y TÍOS: MI NOMBRE ES ALVARO CAMILO HIJERRA VIDAL. TENGO 4 AÑOS Y 11 MESES, Y ALGUNA VEZ DIJERON LOS MÉDICOS QUE TENIA CÁNCER. ME CAMBIO LA VIDA. CONOZCO DE SUFRIMIENTOS, DOLORES, LARGAS HOSPITALIZACIONES,PUNCIONES LUMBARES, DEBO DE TENER MÁS DE 150 PINCHAZOS EN MI CUERPECITO, LLEVO 5 OPERACIONES (intervenciones), EN LAS CUALES EN UNA DE ELLAS ME SACARON UNA MASA TUMORAL DE MI CABEZITA CON HUESO DE CRÁNEO, QUE ES LA CICATRIZ QUE VEIS EN LA FOTO. MÁS ADELANTE CREO QUE CUANDO TENGA 8 AÑOS, ME TENDRÁN QUE PONER UN IMPLANTE DE PLATINO.
PERO LO MÁS IMPORTANTE QUE ME HA PASADO, QUE GRACIAS A TODO ESTO CONOCÍ A DIOS. ÉL VIVE EN MI CORAZÓN. Y GRACIAS A EL VOY A SER AUTO-TRANSPLANTADO. Y ASÍ SERÉ UN ADULTO CON HIJOS Y NIETOS, TAL VEZ COMO TÚ !!!!!!
Y COMENZARÉ A SER FELIZZZ, NUEVAMENTE. TE PIDO QUE POR FAVOR ORES MUCHO POR MI. EL PRÓXIMO LUNES ME HOSPITALIZO. TENGO EL ÚLTIMO PROCEDIMIENTO QUE DURA CASI 5 MESES. ¿PODRÁS ORAR POR MI TODOS LOS DÍAS UN POQUITO ?., NO QUIERO TENER DOLORES, NI NINGUNA INFECCIÓN, QUIERO SER FELIZ.
DIOS TE BENDIGA...... Y QUE JESÚS Y MARÍA TE CUBRAN CON SU MANTO.
BESITOS............ CON AMOR ALVARITO.
Santa Rosa de Lima, Virgen / Autor: Hº. Jaime Ruiz Castro CM
SANTA ROSA DE LIMA, Virgen
"Rosa de Santa María"
Patrona de América, Perú y las Filipinas
Fiesta: 30 de agosto en Perú, 23 de Agosto
El día en que su madre le reprendió por atender en la casa a pobres y enfermos, Santa Rosa de Lima le contestó: "Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús".
-Catecismo de la Iglesia Católica, 2449
En Breve
Nació en Lima (Perú) el año 1586; cuando vivía en su casa, se dedicó ya a una vida de piedad y de virtud, y, cuando vistió el hábito de la tercera Orden de santo Domingo, hizo grandes progresos en el camino de la penitencia y de la contemplación mística. Murió el día 24 de agosto del año 1617.
Biografía
Rosa de Lima, la primera santa americana canonizada, nació de ascendencia española en la capital del Perú en 1586. Sus humildes padres son Gaspar de Flores y María de Oliva.
Aunque la niña fue bautizada con el nombre de Isabel, se la llamaba comúnmente Rosa y ése fue el único nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio. Rosa tomó a Santa Catalina de Siena por modelo, a pesar de la oposición y las burlas de sus padres y amigos. En cierta ocasión, su madre le coronó con una guirnalda de flores para lucirla ante algunas visitas y Rosa se clavó una de las horquillas de la guirnalda en la cabeza, con la intención de hacer penitencia por aquella vanidad, de suerte que tuvo después bastante dificultad en quitársela. Como las gentes alababan frecuentemente su belleza, Rosa solía restregarse la piel con pimienta para desfigurarse y no ser ocasión de tentaciones para nadie.
Una dama le hizo un día ciertos cumplimientos acerca de la suavidad de la piel de sus manos y de la finura de sus dedos; inmediatamente la santa se talló las manos con barro, a consecuencia de lo cual no pudo vestirse por sí misma en un mes. Estas y otras austeridades aún más sorprendentes la prepararon a la lucha contra los peligros exteriores y contra sus propios sentidos. Pero Rosa sabía muy bien que todo ello sería inútil si no desterraba de su corazón todo amor propio, cuya fuente es el orgullo, pues esa pasión es capaz de esconderse aun en la oración y el ayuno. Así pues, se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.
Aunque era capaz de oponerse a sus padres por una causa justa, jamás los desobedeció ni se apartó de la más escrupulosa obediencia y paciencia en las dificultades y contradicciones.
Rosa tuvo que sufrir enormemente por parte de quienes no la comprendían.
El padre de Rosa fracasó en la explotación de una mina, y la familia se vio en circunstancias económicas difíciles. Rosa trabajaba el día entero en el huerto, cosía una parte de la noche y en esa forma ayudaba al sostenimiento de la familia. La santa estaba contenta con su suerte y jamás hubiese intentado cambiarla, si sus padres no hubiesen querido inducirla a casarse. Rosa luchó contra ellos diez años e hizo voto de virginidad para confirmar su resolución de vivir consagrada al Señor.
Al cabo de esos años, ingresó en la tercera orden de Santo Domingo, imitando así a Santa Catalina de Siena. A partir de entonces, se recluyó prácticamente en una cabaña que había construido en el huerto. Llevaba sobre la cabeza una cinta de plata, cuyo interior era lleno de puntas sirviendo así como una corona de espinas. Su amor de Dios era tan ardiente que, cuando hablaba de El, cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma. Ese fenómeno se manifestaba, sobre todo, cuando la santa se hallaba en presencia del Santísimo Sacramento o cuando en la comunión unía su corazón a la Fuente del Amor.
Extraordinarias pruebas y gracias.
Dios concedió a su sierva gracias extraordinarias, pero también permitió que sufriese durante quince años la persecución de sus amigos y conocidos, en tanto que su alma se veía sumida en la más profunda desolación espiritual.
El demonio la molestaba con violentas tentaciones. El único consejo que supieron darle aquellos a quienes consultó fue que comiese y durmiese más. Más tarde, una comisión de sacerdotes y médicos examinó a la santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales.
Rosa pasó los tres últimos años de su vida en la casa de Don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño. Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".
Dios la llamó a Sí el 24 de agosto de 1617, a los treinta y un años de edad. El capítulo, el senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron para transportar su cuerpo al sepulcro.
El Papa Clemente X la canonizó en 1671.
Aunque no todos pueden imitar algunas de sus prácticas ascéticas, ciertamente nos reta a todos a entregarnos con mas pasión al amado, Jesucristo. Es esa pasión de amor la que nos debe mover a vivir nuestra santidad abrazando nuestra vocación con todo el corazón, ya sea en el mundo, en el desierto o en el claustro.
Nuestra casa en el cielo la construimos con Amor / Enviado por Vivy Baigorria
Un día una señora falleció y llego al cielo. Ahí, junto a las más de cien mil personas que diariamente mueren, estaban haciendo fila para saber cuál sería su destino eterno.
De pronto apareció San Pedro y les dijo:
-Vengan conmigo y les mostraré en qué barrio esta la casa que le corresponde a cada uno. Ello dependerá de la cantidad de amor que cada cual haya ofrecido en la tierra a los demás. Aquí la única cuota inicial que se recibe para su habitación eterna es la caridad y el buen trato que jamás hayan dado en la tierra.
Y los fue guiando por barrios de lujo como ella jamás pensó que pudiera existir.
Llegó a un barrio hecho todo de oro, casas de oro, puertas doradas, paredes y techos de oro, una maravilla. Y San Pedro exclamó:
- Aquí los que gastaron mucho dinero en ayudar a los necesitados, los que su amor a los demás, sí les costó en su vida!.
Y fueron entrando todos los generosos, los que partieron su pan con los hambrientos, los que regalaron sus vestidos a los pobres, consolaron a presos y visitaron a los enfermos.
La señora quiso entrar, pero un ángel la detuvo al tiempo que le decía:
- Perdóneme pero usted en la tierra no daba sino migajas a los demás, jamás dio nada que en verdad le costara tiempo o dinero. Este barrio es solamente para los de corazón generoso.
Y no la dejó entrar. Pasaron luego a otro barrio de la eternidad.
Todas las cosas estaban construidas de marfil. Toda blancura y elegancia nunca vista. La señora se apresuró a entrar en tan hermoso barrio, pero un Ángel Guardián la tomó del brazo y le dijo:
- Me da pena señora, pero en esta parte es donde residen solamente aquellos que tuvieron un trato limpio y sincero hacia a los demás, usted era una persona muy corriente en hablar, dura, criticona y a veces hasta grosera en su trato.
Y mientras los demás entraban gozosos a tomar posesión de sus lujosas casas, la pobre mujer se quedaba afuera mirando con envidia a aquellos que habían sido tan afortunados. Ella no pudo entrar, le faltaba la cuota inicial: haber tratado bien a los demás.
Siguieron luego a un tercer barrio. Toda era más puro de cristal, todos brillantes y hermosos. La señora corrió a tomar posesión de una de aquellas maravillas, pero el Ángel Portero la detuvo y le dijo muy serio:
- En su pasaporte dice que usted, no se interesó ni poco ni mucho por instruir a los demás. Y usted nunca se preocupó porque las demás personas con las que usted vivía se volvieran mejores. Así que no hay casa para usted, le falta la cuota inicial de: haber colaborado, para que otros se instruyeran en las cosas del Señor.
Entristecida, la pobre mujer veía, que entraban miles de personas muy alegres a tomar posesión de su casa, mientras ella con un numeroso grupo de egoístas era llevada cuesta abajo hacia un barrio verdaderamente feo y asqueroso. Todas las habitaciones estaban construidas de desechos. El único material que se había utilizado para la construcción de aquella casa, eran de objetos basura. Ella se tapó la nariz porque la fetidez era insoportable y quiso salir huyendo. No obstante el guardia del barrio le dijo muy seriamente:
- Una de estas casas será su habitación eterna, ven a tomar posesión de ella.
La mujer gritó angustiada que no, que eso era horrible, que jamás sería capaz de vivir en semejante montón de basura y el Ángel le respondió:
- Señora esto es lo único que hemos podido construir con la cuota inicial que usted envió desde la tierra. Las habitaciones de la eternidad las hemos construido con los materiales que las personas manden desde el mundo. Usted solamente enviaba cada día egoísmo, malos tratos a los demás, murmuraciones críticas, palabras hirientes, odios, tacañerías y envidias.
¿Que más hubiéramos podido construirle? Usted misma nos envió el material para construirle su mansión.
La mujer empezó a llorar y a decir que ella no quería vivir ahí. Y de pronto para zafarse de las manos de que quienes quería hacerle entrar semejante casa, dio un salto y... se despertó, tenía la almohada empapada en lágrimas.
Sin embargo, aquella pesadilla le sirvió de examen de conciencia y desde entonces empezó a cambiar su vida y el material que enviaba como cuota inicial para la construcción de su mansión eterna.
Y USTED... Se ha preguntado: ¿Qué clase de material está enviando para que construyan la casa donde vivirá eternamente? Aún estamos a tiempo de cambiar el material de nuestra cuota inicial, empiece por amar a los demás, como nos amamos a nosotros mismos...
martes, 21 de agosto de 2007
Oración por nuestra casa / Enviada por Viviana
Señor, yo te ofrezco con humildad, mi casa. Tú me las has dado y yo quiero que tú mores perennemente en ella. Porque tú estás en ella, Señor, mi casa es un recinto sagrado.
Haz oh Señor que la llama del altar familiar permanezca encendida cada día, y que mis hijos aprendan aquí en este mi humilde hogar, a conocerte y andar en los caminos tuyos.
Que nuestras oraciones se eleven diariamente al trono de tu gracia, implorando la ayuda y el sostén que todos necesitamos.
Que la luz de tu Santa Palabra nos envuelva en su divina claridad e ilumine nuestros pasos.
Que nuestros labios prorrumpan en himnos de alabanza y gratitud por las bendiciones que de ahora en adelante tú derramarás sobre nuestra familia.
Que la fortaleza de los cimientos de esta casa esté en ti, únicamente en ti Señor, y no en ninguna otra cosa.
Que nuestros vecinos puedan ser guiados por ti por el testimonio de las vidas de los que nos cobijamos bajo este techo.
Que cuantos traspasen los umbrales de esta casa sientan que llegan a su morada de paz y de seres que se aman.
Que el amor no mengüe entre nosotros sino que florezca y cuaje en frutos sazonados y maduros.
Que bajo esta techumbre la voz sólo se alce para bendecir y hablar bien de los demás.
Que nuestras puertas estén siempre abiertas para los que han menester amistad y cariño, pan y consuelo.
Que podamos unos a otros perdonarnos nuestras faltas, olvidar nuestras pequeñas rencillas, y que el sol jamás se ponga sobre nuestro enojo.
Que de esta casa, Señor, salgamos mano con mano hacia el templo, a rendirte la adoración que sólo tú mereces.
Que al despertar cada día nuestro primer pensamiento sea para ti, y que cada noche al retirarnos al descanso, lo hagamos sabiendo que tú velas nuestro sueño.
Que si la miseria, la enfermedad o la desgracia, llegase mañana a esta casa, tan asidos estemos de ti, mi buen Señor, que ya nada pueda abatir nuestra fe.
Señor; una vez más, yo te ofrezco con humildad "Mi Casa".
lunes, 20 de agosto de 2007
Testimonio del Amor de Dios en la Adoración Eucarística de Oviedo / Enviado por Inés Morán Alvarez
Adorando a Dios en Oviedo: Adoración Eucarística Perpetua al Santísimo Sacramento
¿Sabeis lo que es la Adoración Eucarística Perpetua al Santísimo
Sacramento?.
Yo puedo contároslo desde mi experiencia, pues me he inscrito
como adoradora y me he convertido en adoradora de Dios.
Todo surgió en el mes de mayo de este año 2007, en que una
preciosa capilla de esta ciudad de Oviedo, pequeñita y recogida, fue
escogida para entronizar al Santísimo Sacramento. Desde ese momento Dios
está de continuo presente en ella y también, de continuo, es visitado de
noche y de día, de mañana y de tarde, de tal manera de que en ningún momento
está solo.
Todo es muy sencillo. Aunque parezca increíble en estos tiempos,
en que pudiera creerse que el hombre abandonó a Dios por no creer en su
existencia o no importarle, lo cierto es que una gran cantidad de personas
sí tienen en cuenta a Dios, les importa. Y de tal forma les importa, que han
constituido turnos a lo largo del día y de la noche, en los que cada
adorador de Dios se compromete un día a la semana, al menos una hora, a
dedicarle ese tiempo para estar con El. No es otra cosa la Adoración al
Santísimo Sacramento que el ir a estar con Dios y permanecer con Él.
Alguien puede preguntar: ¿y qué se hace ante Dios?.Pues bien,
¿qué se hace ante un padre al que se le quiere con locura, o ante una
madre?.El buen hijo les visita porque les quiere, les habla de sus cosas, de
su vida y escucha sus opiniones sobre ellas. Otras veces es a la inversa, se
escucha con interés a los padres y después se les contesta.¿No es así?. Pues
lo mismo con Dios.
De todas formas, es necesario experimentar el estar ante la
Presencia de Dios para poder comprender el grado de paz que alcanza el alma,
o el interior de la persona. Tiene tal poder de seducción que humanamente se
podría decir que "engancha".
Si bien son veinticuatro las horas que el día dispone para que los hombres
se acerquen a Dios según sus posibilidades horarias, con un poco de
atrevimiento y casi de osadía me atrevo a decir – sin desmerecer a nadie,
porque el tiempo es una medida humana y subjetiva, pero no divina ya que El
lo ve todo en presente- que la oportunidad de poder realizar esa adoración
en la madrugada, desde las 0 horas hasta las 6, es un privilegio
impresionante. Pudiera parecer que es un esfuerzo o un sacrificio el acudir
a las 3 ó a las 4 de la mañana o a las 5 y sin embargo, todo lo contrario,
no lo es. El despertar del sueño, levantarse con ilusión y encontrarse con
Dios en el silencio, cuando todo duerme, es un regalo inmerecido del hombre
que Dios le concede, como le concede tantos dones que a veces le pasan
desapercibidos.
Se siente la responsabilidad de la humanidad. Se lleva sobre sí
y se representa a toda la humanidad, en ese estar en la oscuridad de la
madrugada a solas con Dios. Quien lo hace, se extasía. La fe crece, aumenta
la admiración de la bondad de Dios, el alma queda "alucinada" al comprender
que ella, que no es nada o que es tan poca cosa, esté siendo recibida por
Dios directamente, de Tú a tú, sin previa cita, sin solicitudes burocráticas
tan humanas, sino así, sencilla y llanamente porque Dios accede a estar con
el hombre cuando éste quiere estar con Él.
Hay veces que se le mira simplemente sin decirle nada, pero en
esa mirada hay agradecimiento y profunda admiración. Otras en cambio, cuando
el alma parece un volcán en erupción, se le "disparan" necesidades,
preocupaciones, tristezas, problemas, descargándolas en Él con confianza y
con necesidad humana, porque qué pequeño y mendigo se encuentra el hombre
cuando se ve abrumado por obstáculos y dificultades. Otras veces, sin
embargo, estando el alma alegre y el ánimo elevado, se "piropea" a Dios con
entusiasmo, diciéndole todo aquello bello que sale de su corazón . Y Dios
escucha, siempre; el mismo interés demuestra tanto si estamos centrados en
Él como si estamos disipados, porque cuántas veces también el hombre se
disipa llevado por su imaginación que en ocasiones es incapaz de frenar.
Cuando me apunté en la madrugada,¡pobre ignorante!, creí que
hacía una gran cosa. Ya en mi primera hora de adoración al Santísimo
comprendí que la gran cosa no era la mía sino al contrario, era la de Dios
que se prestaba a hacerme caso y a estar conmigo. Y con ello descubrí cómo
por ignorancia, comodidad, pereza, o cualquier otro motivo de corta mirada,
el hombre voluntariamente se presta a no recibir la grandeza de lo que Dios
quiere darle, y la mayor grandeza es la de tener su Presencia.
Estar delante de Dios, junto a Dios, con Dios, es algo que basta
para contemplarle con profunda adoración y reverencia. Y aquél tiempo, una
hora o dos semanales, en las que uno se inscribió pensando que era mucho
tiempo y que podría uno cansarse, resulta que se han convertido en nada de
tiempo. Es tal el poder del amor de Dios que, cuando se le concede ese
tiempo que antes parecía tanto, pasa con tal rapidez que al finalizarlo uno
se pregunta: ¿Pero cómo es posible, si no me ha dado casi tiempo a decirle
hola?.
Somos muchos los que acompañamos a Dios a lo largo de todas las
horas del día en la Adoración Eucarística Perpetua. Personas que hasta ahora
no nos conocíamos y que aún a algunas no conocemos, sin embargo se palpa en
nosotros el inmenso milagro de la fraternidad, se palpa nuestro cariño en
nuestras miradas, en nuestras sonrisas al vernos, en nuestro entendimiento.
Aunque me gustaría animaros a los que leáis estas líneas a poder
participar de esta experiencia, sé que es difícil convencer, de sobra lo sé.
Sin embargo, os queda la puerta abierta .Antes o después, espero con
confianza, aunque sólo sea para probar si es cierto lo que os cuento, la
utilizaréis y , no será nada extraño, os encargareis vosotros de aumentar
con vuestra experiencia personal estas líneas.
Por último, en Oviedo, la capilla está abierta las 24 horas del
día ininterrumpidamente para efectuar la Adoración Eucarística , en la
iglesia de Las Esclavas, en la Calle Toreno. Siempre abierta para quien
quiera o necesite entrar.
Felices vosotros / Autor: Leónidas Proaño
Queridos amigos: Paz y Bien.
Hoy tenemos un nuevo tema: FELICES
USTEDES (VOSOTROS)
Pero teniendo en cuenta el terrible terremoto de
Perú, os adjunto esta preciosa poesía de Leónidas Proaño. Es un
reflejo de lo sentido en España. Dice así:
Mantener siempre atentos
los oídos
al grito de dolor de los demás
y escuchar su llamada de
socorro
ES SOLIDARIDAD.
Mantener la mirada siempre alerta
y los ojos
tendidos sobre el mar
en busca de algún náufrago en peligro,
ES SOLIDARIDAD.
Sentir como algo propio el sufrimiento
del hermano de
aquí y del de allá,
hacer propia la angustia de los pobres,
ES SOLIDARIDAD.
Llegar a ser la voz de los humildes,
descubrir la
injusticia y la maldad,
denunciar al injusto y al malvado,
ES SOLIDARIDAD.
Dejarse transportar por un mensaje
cargado de
esperanza, amor y paz,
hasta apretar la mano del hermano,
ES SOLIDARIDAD.
Convertirse uno mismo en mensajero
del abrazo sincero
y fraternal
que unos pueblos envían a otros pueblos,
ES SOLIDARIDAD.
Compartir los peligros en la lucha
por vivir en
justicia y libertad
arriesgando en amor hasta la vida,
ES SOLIDARIDAD.
Entregar por amor hasta la vida,
es la prueba mayor de
la amistad,
es vivir y morir con Jesucristo,
ES SOLIDARIDAD.
Un
saludo cordial desde España SOLIDARIA, en Jesús y María,
José Luis
Elizalde
sábado, 18 de agosto de 2007
Más allá del sufrimiento / Autor: P. Ángel Peña, misionero agustino recoleto
Tema: ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN A
LA MUERTE DE SU MADRE, SANTA MÓNICA
Deja, Señor, que mi llanto
fluya manso y calmante.
¡Sé qué tú sabrás interpretar mis lágrimas!
Déjame llorar, Señor, a lágrima viva, siquiera una hora,
A mi madre recién muerta ante mis ojos, a mi madre que, por tantos y tantos años,
me ha llorado a mí, muerto entre los vivos.
He cerrado los ojos de mi madre,
mientras contenía las lágrimas
en penosísima congoja interior.
Yo disimulaba también el lamento
dolorido de mi corazón,
pues sabía que mi madre no moría del todo.
Estaba seguro de su vida en la eternidad
por el testimonio
diario de su fe no fingida
y por la fuerza de tu gracia, Señor.
Pero, a pesar de las consolaciones de la fe,
me quemaba vivamente la herida
reciente de esta separación,
acostumbrado como estaba a la grata presencia de mi madre
y hecha mi alma a la delicia cotidiana de estar juntos.
Privado de aquel consuelo,
me sentí desgarrado,
como si desapareciera la seguridad de mis pasos.
Sentí una hendidura en
mi alma, pues mi vida y la suya, fundidas en sentimientos
y con deseos tan unísonos,
se habían hecho una sola...
Ahora nada podía calmar mi dolor, ni siquiera las palabras de los amigos ni los saludos de quienes se creían obligados
a acompañarme en aquel trance,
ni los consuelos de muchos cristianos ni las voces de aliento religioso
ni los pésames, ni el retiro a la soledad.
Déjame llorar en tu presencia, Dios mío.
Perdóname el desahogo de
soltar la compuerta
de mis lágrimas represadas
y consentir que fluyan cuanto quieran.
Te pido, Oh Dios, que mi madre repose en tu paz
juntamente con su esposo,
a quien amó enteramente.
De nuevo juntos en tu paraíso,
reúne a mis padres,
por quienes me
trajiste a la vida.
Que se cumpla lo único que ella me pidió:
Ruega por mi alma ante el altar del Señor.
(Confesiones 9,12,29-33 y 9,13,34-37).
La nueva y auténtica paz que Jesús trae a los hombres / Autor: Raniero Cantalamessa, ofmcap
Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia de mañana domingo, XX del tiempo ordinario.
* * *
XX Domingo del tiempo ordinario
Jeremías 38, 4-6.8-10; Hebreos 12, 1-4; Lucas 12, 49-57
He venido a traer división en la tierra
El pasaje del Evangelio de este domingo contiene algunas de las palabras más provocadoras jamás pronunciadas por Jesús: «¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».
¡Y pensar que quien dice estas palabras es la misma persona cuyo nacimiento fue saludado con las palabras: «Paz en la tierra a los hombres», y que durante su vida había proclamado: «Bienaventurados los que trabajan por la paz»! ¡La misma persona que, en el momento de su prendimiento, ordenó a Pedro: «¡Mete la espada en la vaina!» (Mt 26, 52)! ¿Como se explica esta contradicción?
Es muy sencillo. Se trata de ver cuál es la paz y la unidad que Jesús ha venido a traer y cuál es la paz y la unidad que ha venido a suprimir. Él ha venido a traer la paz y la unidad en el bien, la que conduce a la vida eterna, y ha venido a quitar esa falsa paz y unidad que sólo sirve para adormecer las conciencias y llevar a la ruina.
No es que Jesús haya venido a propósito para traer la división y la guerra, sino que de su venida resultará inevitablemente división y contraste, porque Él sitúa a las personas ante la disyuntiva. Y ante la necesidad de decidirse, se sabe que la libertad humana reaccionará de forma variada. Su palabra y su propia persona sacará a la luz lo que está más oculto en lo profundo del corazón humano. El anciano Simeón lo había predicho al tomar en brazos a Jesús Niño: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones» (Lucas 2, 35).
La primera víctima de esta contradicción, el primero en sufrir la «espada» que ha venido a traer a la tierra, será precisamente Él, que en este choque perderá la vida. Después de Él, la persona más directamente involucrada en este drama es María, Su Madre, a la que de hecho Simeón, en aquella ocasión, dijo: «Y a ti una espada te traspasará el alma».
Jesús mismo distingue los dos tipos de paz. Dice a los apóstoles: «Mi paz os dejo, mi paz os doy. No os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni tenga temor» (Juan 14,27). Después de haber destruido, con su muerte, la falsa paz y solidaridad del género humano en el mal y en el pecado, inaugura la nueva paz y unidad que es fruto del Espíritu. Ésta es la paz que ofrece a los apóstoles la tarde de Pascua, diciendo: «¡Paz a vosotros!».
Jesús dice que esta «división» puede ocurrir también dentro de la familia: entre padre e hijo, madre e hija, hermano y hermana, nuera y suegra. Y lamentablemente sabemos que esto a veces es cierto y doloroso. La persona que ha descubierto al Señor y quiere seguirle en serio se encuentra con frecuencia en la difícil situación de tener que elegir: o contentar a los de casa y descuidar a Dios y las prácticas religiosas, o seguir éstas y estar en contraste con los suyos, que le echan en cara cada minuto que emplea en Dios y en las prácticas de piedad.
Pero el choque llega también más profundamente, dentro de la propia persona, y se configura como lucha entre la carne y el espíritu, entre el reclamo del egoísmo y de los sentidos y el de la conciencia. La división y el conflicto comienzan dentro de nosotros. Pablo lo explicó de maravilla: «La carne de hecho tiene deseos contrarios al Espíritu y el Espíritu tiene deseos contrarios a la carne; estas cosas se oponen recíprocamente, de manera que no hacéis lo que querríais».
El hombre está apegado a su pequeña paz y tranquilidad, aunque es precaria e ilusoria, y esta imagen de Jesús que viene a traer el desconcierto podría indisponerle y hacerle considerar a Cristo como un enemigo de su quietud. Es necesario intentar superar esta impresión y darnos cuenta de que también esto es amor por parte de Jesús, tal vez el más puro y genuino.
Testimonio del padre Bossi tras su secuestro en Filipinas
El sacerdote del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras aguarda el encuentro con el Papa
ROMA, viernes, 17 agosto 2007 (ZENIT.org).- Tras su liberación, el mayor deseo del padre Giancarlo Bossi ha sido el reencuentro con sus parroquianos de Payao (Filipinas), donde lleva una vida de misión con plena conciencia de los riesgos que ello implica.
La desaparición, el 10 de junio, del sacerdote italiano del Pontificio Instituto de Misiones Extrajeras (PIME) puso literalmente de rodillas a fieles de todo el mundo en una plegaria común para su liberación.
Desde el momento del secuestro, el Papa oró y pidió diariamente noticias sobre el sacerdote.
El 20 de julio el misionero, de 57 años, fue liberado en Mindanao.
«Una oración coral desde todo el mundo, que ha involucrado a muchísimas personas, de credos diversos, ha obtenido de Dios la gracia deseada», escribió el superior general del PIME, el padre Gian Battista Zanchi.
El pasado 30 de julio, aniversario de la fundación del PIME, su superior general celebró la Santa Misa en acción de gracias por la liberación del padre Bossi.
La oración «obtuvo de Dios no sólo la gracia de la liberación, sino que tuvo un efecto beneficioso en el corazón del padre Giancarlo durante su prisión», quien reconoció que «nunca perdió la tranquilidad» en su interior y que «de ello tenía que dar gracias a Dios, frente a todo lo que le estaba sucediendo», recordó el padre Zanchi en su homilía.
La semana pasada, el sacerdote regresó de Manila. Transcurrirá unos días de descanso con su familia.
Ha sido invitado el primer fin de semana de septiembre a Loreto, con ocasión de la peregrinación que Benedicto XVI realizará al santuario mariano, donde se encontrará con numerosísimos jóvenes. A estos se ha pedido que dé testimonio el misionero del PIME, quien relata su experiencia en esta entrevista concedida a «Radio Vaticana».
--¿Cuál ha sido la mayor alegría que ha tenido tras su liberación?
--P. Bossi: La mayor alegría de la liberación es haber vuelto a mi parroquia y encontrarme con mis parroquianos. Tenía que volver -aunque en Payao la gran mayoría son cristianos, el centro [del lugar] es en un 50% musulmán y en un 50% cristiano- precisamente para evitar, llamémoslo así, un choque de civilizaciones o una guerra de religiones. Y cuando les he dicho que los que me secuestraron en el fondo eran sólo grandes criminales –y por lo tanto son criminales sólo esos pocos que me secuestraron, porque ¡no es que los musulmanes sean todos criminales!; igual que cuando un cristiano roba: ¡no es que todos los cristianos sean ladrones!-, creo que la gente de Payao lo ha entendido...
--En su actividad como misionero, ¿contaba con la posibilidad de sufrir esta experiencia del secuestro?
--P. Bossi: No. Sabíamos que era un lugar de riesgo, sabíamos que existen muchos, muchos peligros, pero esto no me lo esperaba.
--En esos días, ¿pensó alguna vez que le quitarían la vida?
--P. Bossi: ¡No, no, no! Jamás pensé que me matarían; es más: siempre me trataron bien. Además tenía presente la experiencia de mi hermano [de la comunidad religiosa] Luciano y de otros sacerdotes que después de haber sido secuestrados fueron liberados. Por lo que también yo me esperaba dos o tres meses de apresamiento y después la liberación. En cambio, gracias al Cielo, han sido sólo cuarenta días.
--¿Qué percibió de sus secuestradores aquellos días?
--P. Bossi: La idea que me he hecho de mis secuestradores es que se trata de una pobre gente, en el sentido de que se les ordenó que me secuestraran y así lo hicieron. Y punto. Por lo demás, ni siquiera ellos saben de quién vino la orden, desconocen los planes, o qué significaba mi secuestro... Lo único que sabían es que mi secuestro daba dinero. Sin más.
--Usted ha declarado que rezó con sus secuestradores. ¿Cómo sucedió esto?
--P. Bossi: Porque ellos oraban tres veces al día, y cuando rezaban también lo hacía yo, y en mi interior la idea que me formaba, las primeras veces, al verles rezar y rezar yo mismo, era: ¿pero estamos rezando al mismo Dios? Porque si existe un Dios de la paz y de la misericordia: ¿cómo es que ellos rezan, con un fusil en su mano derecha, teniéndome prisionero en su izquierda? Me parecía una gran contradicción, ¿no? Por eso les pedía información y su respuesta era muy sencilla: me dijeron que Alá está en su corazón, pero no es su «trabajo». Y esto también para muchos cristianos es igual: o sea, Dios existe, pero en nuestras opciones diarias somos nosotros los que tomamos las decisiones; Dios no cuenta nada. Y esto es algo sobre lo que debemos reflexionar...
--Lo que le ha sucedido, ¿cambiará de alguna forma la misión del PIME en Filipinas, en particular en Mindanao?
--P. Bossi: No. La semana pasada nos reunimos todos los del PIME que trabajamos en Filipinas con nuestro superior general, y recalcamos que nuestra presencia en Mindanao continúa; no dejaremos nuestros sitios de labor aún conociendo los riesgos que podemos encontrar a lo largo del camino de nuestra presencia allí.
--Otros misioneros podrían estar en peligro en esa zona...
--P. Bossi: ¡Todos estamos en peligro! Sabemos que es así, y sabemos que nos pueden pasar estas cosas, pero seguimos tranquilamente adelante.
--Usted expresó su deseo, tras su liberación, de encontrarse con Benedicto XVI. ¿Por qué?
--P. Bossi: Al saber que siempre rezó por mí, que me recordó ante el Señor, me parece que tengo que agradecérselo.
viernes, 17 de agosto de 2007
Tomar la Cruz / Autor: José H. Prado Flores
Jesús afirmó categóricamente que no podríamos ser discípulos suyos si no tomábamos la cruz.
Si alguno quiere ser mi discípulo, que tome la cruz y que me siga: Mt 16, 24.
Infelizmente se ha deformado este aspecto, hasta el punto de vivir una religión centrada en la cruz y no en el poder de la cruz, pensando que debemos sufrir y hasta sacrificarnos, soportando con "resignación cristiana" las injusticias de la vida. Algunas personas tienen la imagen de un Dios sádico que se goza y hasta glorifica con nuestras lágrimas. Existen espiritualidades que afirman que Dios regala la cruz del sufrimiento a quienes ama. Algunos de ellos traspasan la frontera del masoquismo, que en el fondo es una soberbia refinada.
En primer lugar, esta cruz no es sinónimo de dolor o sufrimiento, sino que debe ser, como la cruz de Jesús.
¿Por qué Jesús predijo tres veces su muerte en la cruz? Porque era el camino lógico en donde desembocaba el estilo de vida que llevaba y el mensaje que predicaba. Pudo haberlo evitado, si hubiera aceptado las propuestas del demonio en el monte de las tentaciones, o si hubiera claudicado frente al legalismo de fariseos e hipocresía de escribas. “Su cruz” era la consecuencia inevitable.
Jesús no quería la cruz, puesto que no era masoquista, pero la aceptó como el precio por ser fiel a sí mismo y a la misión que el Padre le había confiado.
Nuestra cruz, como la de Jesús, consiste en ser congruentes con la opción que nosotros hemos hecho del Evangelio, como guión de vida; lo cual no es fácil y exige fuerza de profeta y vocación de mártir, para soportar la persecución del mundo tenebroso que se opone al Reino de Dios.
Tomar la cruz implica no claudicar ante las burlas y desprecios por no consentir con la injusticia ni quedarnos callados o pasivos ante la maldad y perversidad de las fuerzas del mal en la sociedad.
Tomar la cruz es vivir de acuerdo al Evangelio, como corderos en medio de lobos, que están dispuestos a dar su vida para que Cristo Jesús reine en este mundo, significa vivir la verdad en medio del mundo de mentira, aunque los demás se rían de nuestra ingenuidad.
Tomar la cruz es vivir con la esperanza de la resurrección; que nuestro trabajo para instaurar el Reino no es en vano, y que los sufrimientos del tiempo presente, son incomparables con la gloria que se va a manifestar después (Rom 8, 18).
Esa es la cruz evangélica que estamos llamados a tomar como auténticos discípulos de Jesús.
Por lo tanto, no se trata de valorar el sufrimiento o canonizar el dolor. Al contrario, es para hacer desaparecer tanto el dolor estéril como el sufrimiento que son fruto de las injusticias. Ésta es la cruz del cristiano: vivir congruentemente con el Evangelio, a veces como una voz que clama en el desierto y otras, remando contra la corriente. Por ejemplo, tomar la cruz es promover el evangelio de la vida, en contra de la cultura de la muerte, la guerra y los abortos.
No se trata de hacer sacrificios, negándonos a lo que nos gusta, sino renunciar a lo que nos hace daño o va en contra de los valores del Evangelio, poniendo en riesgo nuestra felicidad en este mundo y hasta en el otro.
La cruz que debemos asumir es la renuncia a todo lo que nos impide vivir la plenitud, la vida que Cristo vino a traer a este mundo. La cruz evangélica no mata, sólo hace morir en nosotros todo lo que no nos deja vivir.
Cristianismo de bolsillo / Autor: P. Mariano de Blas lc
Yo me pregunto: ¿De qué sirve una religión - cualquiera que sea -, si no es capaz de ofrecer a sus seguidores lo que ellos tienen derecho a esperar? : Respuesta a sus dudas, soluciones a sus problemas, profunda felicidad, un sentido a sus vidas, etc. ¿De qué sirve una religión si no hace mejores a sus seguidores? ¿De qué sirve - por ejemplo - ser católico, si el serlo no te hace ser más feliz, ni te hace sentirte fuerte, valiente ante las dificultades?. Si no eres mejor que los que no son católicos - repito -, ¿de qué te sirve tu religión?
Los hombres sin religión tienen derecho a decirte: "Demuéstrame que el tener una religión - por ejemplo, la católica -, me reporta bienes y me hace mejor". Antiguamente se decía de los cristianos: "Mirad, cómo se aman". ¿Se puede hoy decir esto también? Alguien con muy mala intención decía estas palabras: ‘Si ves que alguien va a los templos y despelleja con su lengua a su vecino, sospecha que es un cristiano’; y por desgracia muchas veces sucede así. Tu crees en Dios y vives tan amargado como yo; ¿de qué te sirve creer en Dios?. Vas a Misa los domingos y eres igual, si no peor que yo. ¿De qué te sirven tus Misas y tus rezos?
Son preguntas muy duras, pero tienen su punto de verdad. Los jóvenes, por ejemplo, que recibieron una formación religiosa e iban, o mejor dicho, eran llevados a Misa los domingos y les enseñaban a rezar, al llegar a esa edad en que todo se analiza y de todo se pregunta por qué, efectivamente, se preguntan: ¿Por qué tengo que ir a Misa, confesarme y rezar, etc.?
Si no tienen respuesta convincente dejan la religión como algo inservible, inútil, infantil, etc., y buscan como sustituto de sus creencias otras cosas, alguna teoría filosófica o psicológica, o lo que esté de moda en el pensamiento; si encuentran respuesta, entonces aceptan su fe con mayor madurez porque la ven útil, necesaria, enriquecedora.
Puede, incluso, ocurrir otra cosa, que se cambie de religión como si se tratase del cambio de un abrigo, o de una camisa; De esa manera demuestra qué hondas raíces tenía su anterior religión. El que cambia su fe de un día para otro, mala señal. Y quisiera decir una cosa para aclarar está cuestión: ¿Vale la pena seguir una religión? Depende. Si se vive a medias, ¡no!, si se vive en serio, ¡sí!; Claro que, si el problema de muchos es que ha reducido su religión a un cristianismo de Misa dominguera, a un cristianismo de bolsillo, sin exigencias, claro que esa forma de vivir no da nada, ni respuestas, ni felicidad, ni fortaleza, ¡nada!. Pero, hay otra forma de ser cristianos, que sí llena y ayuda y fortalece, que es ser cristianos de verdad.
El cristianismo es una religión que vuelve a los hombre felices, valientes realizados, pero con una condición, que tomen el cristianismo en serio. Miles lo toman en broma.
La confesión de Pedro / Autor: P. Clemente González
Mateo 16, 13-23
En aquel tiempo llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas» Díceles : «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos» A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípuilo que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de manos de los ancianos, los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: «No lo permita Dios, Señor. Eso no puede suceder a ti» Pero Jesús le volvió a Pedro y le dijo: «¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino de los hombres!»
Reflexión:
Este evangelio nos confirma una vez más que ante Cristo no hay privilegios. No escogió a los ricos y poderosos según el mundo, sino a aquellos que de verdad buscan el Reino de Dios. Este es el caso de Simón Pedro. Un pescador, quizá con poca formación intelectual comparado con los escribas de su tiempo. Y, sin embargo, a la hora de responder a la pregunta quién es el hijo del hombre, sabe más que cualquier fariseo o doctor de la ley. “Tú eres el Mesías, el hijo de Dios”.
En Pedro también se repite la historia de la Virgen María. Dios escoge un instrumento débil para una misión desproporcionada. En Pedro esta misión es ser Cabeza de la Iglesia. Así también nos sucede en nuestra vida. Dios nos llama a una misión concreta, una misión intransferible, como la de Pedro, una misión desproporcionada. Pero sobre todo a una misión en la que tenemos de antemano asegurada la victoria. Las puertas del infierno no prevalecerán.
A veces podemos sentir a Cristo muy distante en nuestra vida, cuando nos asechan los problemas, cuando surgen las dificultades, cuando por ser fieles al Señor parece que se nos viene el mundo encima. Y, sin embargo, podemos constatar en la realidad cómo Cristo era, es y seguirá siendo fiel. Hemos visto cómo la promesa que Cristo le hizo a Pedro aquel día en la región de Cesarea de Filipo se cumple hoy en el Papa. A pesar de las innumerables dificultades que la Iglesia ha tenido, nunca ha prevalecido sobre ella el poder del maligno.
Ante el primer anuncio de su Pasión que hace el Señor, Pedro pasa de la inspiración de Dios a expresarse según sus propios criterios. Jesús que acaba de llamarle bienaventurado, lo identifica en este momento con Satanás. Esto debe ser un recordatorio para nosotros de nuestra propia humanidad. ¡Que fácil es confundirnos y no escuchar su palabra y dejarnos llevar por nuestra soberbia y nuestra autosuficiencias!
Viendo el ejemplo de fe de Pedro y de toda la Iglesia, sigámoslo también en nuestra vida, sabiendo que Dios no nos pide más de lo que podemos dar, y que cuando nos llama a una misión nos da las fuerzas necesarias para llevarla a cabo. Aceptemos todo lo que necesitamos oir con humildad y fe para no apartarnos del camino que nos conduce hacia Él.
¿Pornografía? No, gracias / Autor: Álvaro Correa
Fontanella es una población que dista a escasos 30 kilómetros de Bérgamo, en el norte de Italia. En marzo del 2004 el Consejo del Municipio prohibió “abrir ejercicios comerciales que traten la venta, alquiler y cesión de todo título de material pornográfico de cualquier tipo”, y además que “las publicaciones de libre venta en los quioscos o videotecas no sean expuestas a la vista del público”.
Es una buena noticia. Lástima que no corra como reguero de pólvora. No fue recogida por ningún noticiero televisivo nacional ni internacional y a duras penas recorre la bota italiana. Cayó silenciosa como un copo de nieve, pero su fuerza es imponente como una avalancha. Es una noticia que indica que la conciencia del hombre -mientras no llegue a pervertirse fatalmente- continúa iluminando “el bien que se debe hacer y el mal que se debe evitar”.
El valiente Municipio de Fontanella hizo frente a la poderosa industria de la pornografía que factura millones de dólares anualmente. Cierto que es como si una hormiga quisiera poner el freno a un caballo en galope, pero Fontanella ha hecho su parte y sirve de ejemplo para todos los que deseen sumar sus fuerzas a la noble causa de defender la dignidad y belleza del cuerpo humano.
El ambiente en que nos movemos ha desenfocado la sexualidad humana y la presenta como un mero objeto de placer y no como una donación de toda la persona en un amor bello e íntegro. La era consumista sufre culpablemente el hambre de los placeres carnales porque ha venido privando el alma del hombre de los manjares del cielo.
Fontanella apunta la lanza contra la publicidad actual que no se ruboriza de presentar el desnudo como un atractivo comercial y contra el tráfico de material pornográfico. Intenta desenmascarar la malicia que está detrás de una pretendida “naturalidad” en el uso del cuerpo humano, reducido a mero objeto de placer carnal. Es un esfuerzo que corre por los mismos rieles de la enseñanza cristiana, que valoriza la dignidad de la sexualidad humana, como don de Dios, para dar esplendor al cuerpo y a los sentimientos, evitando reducirlos a una banalidad.
Hace relativamente pocos años, un trozo de material pornográfico era un escándalo. Pero golpe tras golpe, escena tras escena, portada tras portada, anuncio tras anuncio, se ha venido taladrando la resistencia del pudor y de la decencia, del mínimo respeto y de la dignidad humana. Y así parece que nadie se inquieta ya ante un cartelón provocador, clavado en un cruce de las arterias principales de las grandes ciudades. Hoy, sin pena alguna, corren los niños a los quioscos a comprar sus revistas de aventuras que el vendedor extrae entre un aparador de revistas pornográficas. La publicidad de la televisión y del internet no tiene escrúpulos para ofrecer productos de una manera en ocasiones obscena. Y en toda esta marabunta uno se siente apenado por la manipulación que las empresas publicitarias hacen de la mujer, que por antonomasia es templo del pudor. Quizás que los movimientos feministas estén de acuerdo que no es necesario presentar un desnudo femenino en el anuncio de una botella de agua mineral, de un champú o de un automóvil. ¡Pobre mujer!, por una parte le ofrecen una constelación de objetos de belleza, de vestidos y joyas, y, por otra, ponen en entredicho su dignidad dejándola a merced de las miradas perversas.
La mente que está detrás de estas redes publicitarias juega conscientemente con las pasiones desordenadas del hombre y mete la espada en la dignidad de su cuerpo. No tiene en cuenta que el hombre y la mujer en su corporeidad han sido ennoblecidos por su condición de seres racionales y espirituales.
Hay quien se cubre con el paraguas roto de la excusa de que la pornografía es un acto privado, cuando se trata de lo contrario, pues justamente la pornografía ofende la vida privada e íntima de las personas estableciendo una relación innoble con los demás.
Los abuelos cuentan que antes había más decencia. Sin duda que sí. Pero hace cien o mil años como ahora y siempre, el hombre lleva dentro de sí un cúmulo de pasiones que necesitan la gracia de Dios y el trabajo personal para ser orientadas y sujetadas debidamente. La batalla contra la pornografía no se libra sólo en términos de leyes municipales. Es ante todo en el interior del corazón, en lo más hondo de cada persona, donde se toma conciencia de la propia dignidad de personas e hijos de Dios. Quien llega a este maravilloso descubrimiento, a esta estupenda realidad de saberse creado “a imagen y semejanza de Dios”, llega a la gozosa experiencia de reconocer que es templo de Espíritu Santo: se mira a sí mismo y a los demás con un respeto sagrado.
Dice el catecismo de la Iglesia católica en el número 2354 que “la pornografía consiste en dar a conocer actos sexuales, reales o simulados, fuera de la intimidad de los protagonistas, exhibiéndolos ante terceras personas de manera deliberada. Ofende la castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una ganancia ilícita. Introduce a unos y a otros en la ilusión de un mundo ficticio. Es una falta grave. Las autoridades civiles deben impedir la producción y la distribución de material pornográfico”.
Para el cristiano y para todo hombre de buena voluntad queda claro que la pornografía no puede ser aceptada impunemente. Uno a veces se admira de la falta de sentido común de algunos padres de familia que se llevan las manos a la cabeza por el embarazo de una hija adolescente o por las denuncias sobre el desenfreno moral de alguno de sus hijos, cuando resulta que no han tenido la suficiente firmeza en su educación y con demasiada ingenuidad los han dejado crecer con “naturalidad” en medio de un ambiente licencioso y permisivo. Les dejan un margen amplio para sus diversiones, les permiten vestir como les viene en gana, a la moda -qué mal visten tantos jóvenes en este inicio del milenio: pantalones a medio caer, bombachos, jeans rotos, vestidos terriblemente ajustados, camisetas no mayores que unos tirantes, etc.-. Son adolescentes y jóvenes que se abren paso en la vida sin criterios maduros, carecen de un suficiente cultivo de las virtudes humanas como la voluntad, la conciencia, la responsabilidad, la reciedumbre, y de las virtudes espirituales y cristianas: la fe, la esperanza, el amor, la humildad, la pureza, etc. Si la matemática no falla, tarde o temprano estos chicos y chicas serán hijos problemáticos.
La otra cara de la medalla también se da afortunadamente. Cuántos adolescentes y jóvenes llenos de vitalidad, rebosantes de energía y generosidad, que aman con corazón limpio, que han comprendido que el amor es entrega. Éstos han recibido de su familia y educadores los principios de una vida humana y cristiana completa, sin recortes. El tiempo pasa y ellos maduran creciendo en la alegría de la virtud que conquistan con esfuerzo e ilusión.
La pornografía tiene su feudo donde el amor a Dios y su designio de amor sobre el hombre ha quedado en la trastienda, como una leyenda del pasado o un refugio piadoso para devotos. Las personas que alquilan sus cuerpos para esta empresa corren el riesgo de perder la sensibilidad de su alma. Uno a veces se pregunta: ¿no sucederá que el hijo o la hija de la modelo tal o del artista cual sienta vergüenza y pena por lo que su madre o padre hacen? ¿Qué sentimiento de rubor correrá por el corazón de un jovencito cuando vea la foto de su madre en la portada de una revista indecente que corre de mano en mano en un corro malicioso?
Las incoherencias son un diente más del engranaje. Un día un niño quería ver una película pero su madre le dijo que no podía porque “era para mayores de 18 años”. La respuesta del niño fue la siguiente: “¿Entonces cuando tenga 18 años podré ver toda la pornografía que quiera?”. Este niño sin darse cuenta estaba denunciando la incoherencia de una sociedad que pretende quitar la malicia colocando una catalogación de edad. ¿Los mayores de 18 años tienen mano libre para la pornografía? ¿Su edad quita la malicia de este hecho? ¿Dónde se dice que el pecado pueda ser aceptado con la mayoría de la edad?
Fontanella ha levantado su voz, aunque se queda sólo en una prohibición externa. Aún es incompleta, pero laudable. Queda abierto el horizonte de formar niños, jóvenes y adultos de mirada y corazón limpios, de nobles sentimientos, de fe y de amor sobrenaturales que reconozcan la dignidad que Dios nos ha concedido como hijos adoptivos. Esta labor se levanta en el interior de cada persona. La pornografía termina donde un corazón humano es limpio. La oración y la profundidad humana son medios para contemplar, valorar y defender la belleza del hombre y de la mujer que han sido creados “a imagen y semejanza de Dios”.
Cuando Cristo afirmó que el cuerpo es templo del Espíritu Santo nos enseñaba que los templos son bellos y sagrados y que se deben conservar siempre dignos de Aquél que su dulce Huésped y Señor
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