* «A Jesús no le interesa tanto revelarnos el número de los salvados como el modo de salvarse, veamos qué nos dice al respecto. Dos cosas sustancialmente: una negativa, una positiva; primero, lo que no es necesario, después lo que sí lo es para salvarse. No es necesario, o en cualquier caso no basta, el hecho de pertenecer a un determinado pueblo, a una determinada raza, tradición o institución, aunque fuera el pueblo elegido del que proviene el Salvador. Lo que sitúa en el camino de la salvación no es un cierto título de propiedad («Hemos comido y bebido en tu presencia…»), sino una decisión personal seguida de una coherente conducta de vida»
domingo, 21 de agosto de 2022
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