"Somos hombres de la misma naturaleza que vosotros" (Hechos de los Apóstoles 14,15)
Eres un ser humano ante todo. No hay en eso ninguna vergüenza ni tristeza. Tu conversión a Jesucristo, tu fe en él no han hecho de ti un héroe que nunca haya tenido miedo de nada, un superhombre, que no pueda alcanzar nunca ni nadie; un semi-dios invencible e insensible. Y mucho menos un robot frío y mecánico, que actúa por reflejos.
No, eres un ser humano y no hay vergüenza en reconocer que tienes puntos débiles, a veces miedos de ser humano. Es ciertamente humillante, pero al mismo tiempo formidablemente seguro. El Evangelio de Jesucristo no ha hecho de ti un espíritu puro que nada puede lograr. De vez en cuando es bueno que te acuerdes de ello.
Sin incluso hablar de pecado vulgar y grosero, tus puntos débiles pueden estar simplemente ahí, que vuelven puntualmente a la carga para recordarte tres cosas:
- Necesitas siempre del Señor para salvarte de tus miserias de lo cotidiano.
- Con tus puntos débiles, miedos, aprehensiones, límites es como Dios te ama y espera de ti que seas un héroe siendo fuertes contra esos males.
- La gracia del Señor te será suficiente y vendrá a colmar tus lagunas en todo momento.
He crecido en un contexto de iglesia (muy bueno por otra parte) y en una época en la que estaba bien, me dejé llevar por mis inclinaciones. Y nadie podía hacer nada conmigo.
Los mismos dirigentes laicos y los sacerdotes eran seres normales, no superiores como alguno se puede creer. No están en pedestales. Cuando uno de ellos caía, muchos otros lo seguían. En estas circunstancias he vivido un tiempo. Mal, me encontraba muy mal. Me atreví a decirles al grupo de mi comunidad seglar. Les dije que no era el héroe que se suponía. Me entendieron, aceptaron y les dije que no hagan héroe a nadie. Uno es lo que es por Dios, siéndole fiel.
No eres más fuerte que los demás. Deja de representar al héroe y date cuenta de lo que te hace daño., desalienta y molesta y asusta. Sólo desde la humildad puedes encontrar ayuda al lado de los otros y de Dios.
Una oración para hoy
Señor, no soy un héroe; mi fe es pequeña, mis progresos limitados; mis puntos débiles los he disimulado con un lenguaje estereotipado... Ven a socorrerme, tengo miedo de mi situación actual y me da vergüenza salir. Ven en mi ayuda, te necesito. En el nombre de Jesús, amén.
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Fuente: Catholic.net
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