* «Sería trágico si esta palabra del Evangelio hiciera que los cristianos perdieran el empeño por combatir el fenómeno degradante de la prostitución, que ha asumido hoy proporciones alarmantes en nuestras ciudades. Jesús sentía demasiado respeto por la mujer para no sufrir, él en primer lugar, por lo que ésta llega a ser cuando se reduce a esta situación. Es por ello que él aprecia a la prostituta no por su forma de vivir, sino por su capacidad de cambiar y de poner al servicio del bien su propia capacidad de amar. Traicionaríamos el espíritu del Evangelio si no sacáramos a la luz también la esperanza que esta palabra de Cristo ofrece a las mujeres que, por diversas circunstancias de la vida, a menudo por desesperación, se encuentran en la calle, las más de las veces, víctimas de explotadores sin escrúpulos. El Evangelio es «evangelio», es decir, buena noticia, noticia de rescate, de esperanza, también para las prostitutas. Es más, ante todo para ellas. Jesús quiso que así fuera»
domingo, 1 de octubre de 2023
Homilía del evangelio del domingo: “No hay que banalizar la tragedia de la prostitución” / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.
* «Sería trágico si esta palabra del Evangelio hiciera que los cristianos perdieran el empeño por combatir el fenómeno degradante de la prostitución, que ha asumido hoy proporciones alarmantes en nuestras ciudades. Jesús sentía demasiado respeto por la mujer para no sufrir, él en primer lugar, por lo que ésta llega a ser cuando se reduce a esta situación. Es por ello que él aprecia a la prostituta no por su forma de vivir, sino por su capacidad de cambiar y de poner al servicio del bien su propia capacidad de amar. Traicionaríamos el espíritu del Evangelio si no sacáramos a la luz también la esperanza que esta palabra de Cristo ofrece a las mujeres que, por diversas circunstancias de la vida, a menudo por desesperación, se encuentran en la calle, las más de las veces, víctimas de explotadores sin escrúpulos. El Evangelio es «evangelio», es decir, buena noticia, noticia de rescate, de esperanza, también para las prostitutas. Es más, ante todo para ellas. Jesús quiso que así fuera»
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