Fue detenido por comunistas checoslovacos y estuvo doce años en la cárcel
3 de agosto de 2009.- Su delito fue creer en algo que los comunistas checoslovacos no podían ni ver ni tocar; materialistas ellos. Ahora vive en Nitra, una bellísima ciudad al sur de Eslovaquia, donde convive con un centenar de futuros sacerdotes en el seminario, que ha sido reconstruido gracias a la asociación «Ayuda a la Iglesia Necesitada».Al padre Rudolf Bosnák le tocó vivir una dolorosa contradicción: pasó de ser capellán de prisiones a convertirse en un preso más. «Me pusieron con los prisioneros a los que, hasta entonces, había atendido. Me recibieron muy bien, porque me conocían mucho y me apreciaban», relata el anciano sacerdote con una franca sonrisa dibujada en los labios. Leer más...
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