* Esos hechos ocurrieron cuando todavía no era prelado, sino sólo sacerdote, y ahora ha venido a España a denunciar que los cristianos paquistaníes viven atemorizados por la Ley de Blasfemia, años después de sufrir el ataque protagonizado por dos jóvenes terroristas islámicos
6 de agosto de 2010.- Andrew Francis, obispo de la diócesis de Multan, en Pakistán, nunca olvidará el día en que dos jóvenes terroristas islámicos se le acercaron fingiendo pedir una bendición, le colocaron una pistola en la cabeza y le dispararon. «Milagrosamente, las balas se desviaron hacia la pared. Me sentaron en una silla y huyeron creyendo que estaba muerto. Ésta es mi segunda vida en la Tierra», explica en una mesa redonda sobre libertad religiosa celebrada en la sede de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) en Madrid. AIN está realizando una campaña para concienciar a la opinión pública de la necesidad que existe de defender la libertad religiosa en todo el mundo, y especialmente ahora de los cristianos en Pakistán. Cuando aquello sucedió, Andrew Francis ni siquiera era aún obispo. Simplemente dirigía una comunidad de unos 5.000 católicos que se reunían para rezar. Reuniones que bastaron para que algunos vecinos contrataran a los sicarios. Leer más...
viernes, 6 de agosto de 2010
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