Lo revela Joseph Pearce en una biografía en la que propone una revisión de la vida de un autor aclamado por muchos como un liberador sexual progresista
9 de agosto de 2010.- Oscar Wilde vivió los últimos años de su vida como un paria. Tras pasar dos años en la cárcel de Reading, la sociedad puritana que había reído sus gracias le dio totalmente la espalda. Acosado y sin apenas amigos, Wilde se retiró a París. Allí murió en una buhardilla, enfermo y acosado por las deudas. La suya habría sido la muerte de un infeliz de no ser porque poco antes de expirar le administraron el bautismo y la unción de los enfermos. La pregunta que surge ante semejante decisión es clara: ¿Tuvo ese último acto algo que ver con su vida? Leer más...
9 de agosto de 2010.- Oscar Wilde vivió los últimos años de su vida como un paria. Tras pasar dos años en la cárcel de Reading, la sociedad puritana que había reído sus gracias le dio totalmente la espalda. Acosado y sin apenas amigos, Wilde se retiró a París. Allí murió en una buhardilla, enfermo y acosado por las deudas. La suya habría sido la muerte de un infeliz de no ser porque poco antes de expirar le administraron el bautismo y la unción de los enfermos. La pregunta que surge ante semejante decisión es clara: ¿Tuvo ese último acto algo que ver con su vida? Leer más...
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