Elige tu idioma

Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

escucharlavoz@yahoo.es

Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

Página web de Escuchar la Voz del Señor
Haz clic sobre la imagen para verla

lunes, 9 de agosto de 2010

El sacerdote de EE UU que bendijo la bomba atómica pidió perdón y se hizo pacifista


9 de agosto de 2010.- El 6 de agosto de 1945 el superbombardero estadounidense 'Enola Gay' dejó caer sobre Hiroshima la bomba atómica. 'Little Boy' (Muchachito) acabó en un instante con la vida de 140.000 personas. Tres días después, 'Fat Man' (El Gordo), un artefacto todavía más potente, cayó sobre Nagasaki matando a otros 70.000 civiles. El ser humano había dado con el arma que ponía en peligro a la civilización. Asumiendo la evidencia, el 15 de agosto el emperador Hiroito anunció a su pueblo la rendición incondicional de Japón. La Segunda Guerra Mundial había terminado.

George Zabelka tenía por entonces treinta años, en la fotografía de la derecha. Al igual que tantos otros, este joven idealista de origen austriaco se había alistado dos años antes ansioso por demostrar que podía contribuir a la defensa de Estados Unidos. Su misión no era combatir, sino cubrir las necesidades espirituales del Grupo 509, la unidad de las Fuerzas Armadas creada en 1944 con la única misión de arrojar los artilugios atómicos sobre Japón. Era el capellán de las bombas y de los casi dos mil hombres que formaban aquel equipo. Los consideraba sus «hijos», sus «muchachos». Leer más...

No hay comentarios:

Publicar un comentario