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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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viernes, 4 de noviembre de 2011

XXXII Domingo del Tiempo ordinario: Toda vida tiene un destino feliz / Por Amadeo Rodríguez Magro, obispo de Plasencia

4 de noviembre de 2011.- Nos acercamos hoy a un texto que, todo él, tanto en su finalidad como en sus detalles, es una lección de vida que nos da Jesús. Lo hace a propósito de una boda, para que todo lo que le escuchemos lo situemos en un clima de fiesta. Se trata de una boda con una hermosa ritualidad: la esposa espera la llegada del novio acompañada de diez vírgenes que, según la costumbre, con sus lámparas encendidas formarán un cortejo que acompañará a la esposa al banquete de bodas cuando llegue el esposo, que, por cierto, se ha retrasado. El esposo se ha hecho esperar tanto que las vírgenes acompañantes se han dormido. Hasta ahí parece que todo iba normal.

Lo que no fue tan normal es que cinco de las doncellas no previeran tanto retraso y que se quedaran sin aceite en sus lámparas y, por tanto, sin luz. Por eso, al llegar el esposo, se vieron obligadas a tener que ir a buscar aceite, lo que les impidió llegar a tiempo para entrar en el banquete de bodas.

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