* Roman llegó hace cinco años a Málaga para atender a los católicos ucranianos con su esposa y sus hijos. El rito bizantino le permitió a este cura tener su propia familia
* Ahora su hijo mayor Vladimir inicia el camino al sacerdocio en el seminario pero optando por el celibato
19 de noviembre de 2011.- No habla muy bien español y le pone un poco nervioso sentarse a hacer una entrevista. Pero su hijo se convierte en su mayor ayudante. De negro y con el alzacuello, Roman Hamrastey muestra su condición de sacerdote, el único cura de la diócesis malagueña que está casado. Llegó a España con su familia hace cinco años para atender a la comunidad católica ucraniana de rito bizantino. Ahora su hijo mayor, Vladimir ha escogido también el camino de la fe y estudia en el seminario. A diferencia de su padre, él ha elegido el celibato. A los 22 años Roman Hamrastey comenzó a estudiar en Ucrania para ordenarse sacerdote. En cuarto curso se casó con Tatiana cumpliendo la tradición bizantina. "La mayoría de los seminaristas se casan, tan sólo un 5% continúa célibe", explica este párroco de las iglesias San Ramón Nonato en Málaga y la Divina Pastora de Marbella. Tuvo dos hijos y se hizo cura. Desde entonces ha podido compartir su labor como padre con la atención a la feligresía. Leer más y ver vídeo...
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