3 de noviembre de 2011.- Cuando Sadie Stout se enteró, a los 6 meses y medio de su embarazo, que tenía un tumor potencialmente fatal colocado encima de su corazón, a ella se le dieron tres opciones: someterse de inmediato a una cirugía para remover el tumor, que se le hiciese una cesárea de emergencia y tener el bebé, y luego someterse a la cirugía, o esperar más tiempo para que el bebé se desarrollara antes de pasar ambas cosas. Cada una de estas tres opciones conllevaba unos riesgos significativos, reporta el periódico canadiense The Toronto Star (La Estrella de Toronto), que fue donde primero apareció la historia de Stout.
La cirugía para remover el tumor tenía un 30% de posibilidad de matar al bebé. Tener una cesárea atrasaría la cirugía para remover el tumor por unos valiosos minutos, poniendo la propia vida de Stout en serio peligro, y lo mismo sucedería si se esperaba más tiempo. A Sadie Stout se le dieron justo 24 horas para decidir – y aunque ella tomó su decisión inmediatamente, ésta no fue fácil.
Sadie Stout ha afirmado a Star que sus amistades y su familia la urgieron a anteponerse ella misma, y que se sometiera a la cirugía para remover el tumor, a pesar de los riesgos para su hijo. “Ellos intimaron que podría tener otro bebé cuando ya estuviese saludable. Ellos no me lo estaban diciendo de mala manera. Me decían que yo todavía no había visto al bebé, por lo que todavía no había establecido lazos con él. Pero aún cuando yo estaba embarazada, mi mundo entero era Bentley. Yo nunca me podría anteponer a él”. Leer más...
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