* «Jesús es el único que ha derramado su sangre por mí, ni ningún chico ni chica, sólo Él ha muerto por mí, y no se ha escandalizado de mis debilidades. Mi experiencia es que el Señor está vivo, que me invita a dejarme a hacer, que Él ya lo ha hecho todo y lo lleva adelante. Su gracia vale más que la vida. Sé de quién me he fiado y no me arrepiento y si naciera otra vez volvería a ser carmelita descalza»
7 de mayo de 2018.- (CaminoCatólico.com) Teresa Cordero ha pasado de la vida de misión a la de contemplación. De ser familia misionera en Japón con sus padres y sus otros nueve hermanos a dejar todo para seguir radicalmente a Cristo como carmelita descalza en Huesca. Lo explica Javier Lozano en Religión en Libertad.
Esta joven del Camino Neocatecumenal es originaria de la parroquia de San Roque de Madrid, aunque en realidad partió a Japón con poco más de dos años. Su familia fue enviada como familia en misión por Juan Pablo II en 1989 al país asiático, primero en Hiroshima y luego cerca de Yokohama. Leer más...
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