* «La cara de Jesús apareció allí, en el Sagrario. Pensaba que me estaba volviendo loco. Me froté los ojos y volví a mirar, el rostro seguía allí… Sabía con certeza que era la voz de Jesús, y que estaba hablando sobre mi fe católica. Le respondí que no, no iba a dejar al catolicismo. En ese momento me liberé de un peso enorme… Supe que tenía que transmitir el Evangelio, la buena nueva…Sé que todo esto ha sido obra de Dios. Yo no era muy bueno en el colegio, casi suspendo, por eso estoy seguro de que es Dios quién está haciendo el 100% del trabajo»
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