* «Contemplar la vida de Pedro y su confesión, es también aprender a conocer las tentaciones que acompañarán la vida del discípulo. Como Pedro, como Iglesia, estaremos siempre tentados por esos “secreteos” del maligno que serán piedra de tropiezo para la misión. Y digo “secreteos” porque el demonio seduce a escondidas, procurando que no se conozca su intención, «se comporta como vano enamorado en querer mantenerse en secreto y no ser descubierto» (S. Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales, n. 326). En cambio, participar de la unción de Cristo es participar de su gloria, que es su Cruz: Padre, glorifica a tu Hijo… «Padre, glorifica tu nombre» (Jn 12,28). Gloria y cruz en Jesucristo van de la mano y no pueden separarse; porque cuando se abandona la cruz, aunque nos introduzcamos en el esplendor deslumbrante de la gloria, nos engañaremos, ya que eso no será la gloria de Dios, sino la mofa del “adversario”. No son pocas las veces que sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Jesús toca la miseria humana, invitándonos a estar con él y a tocar la carne sufriente de los demás»
Video completo de la homilía del Santo Padre traducida al español de la transmisión en directo de 13 TV
29 de junio de 2018.- (Caminocatólico.com) Frente a la tentación de alejarse de las llagas de Cristo, el Papa Francisco afirmó que “Jesús toca la miseria humana, invitándonos a estar con Él y a tocar la carne sufriente de los demás”. Durante la homilía pronunciada en la Misa con motivo de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, celebrada este viernes 29 de junio en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre advirtió que “no son pocas las veces que sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor”.
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