* «Respecto a las motivaciones concretas de vivir el Evangelio como fraile en la Orden de Predicadores, he de decir que me atrae mucho el estudio, que forma parte esencial de nuestra vida porque Nuestro Padre santo Domingo siempre quiso que sus frailes tuvieran una buena formación, para poder cumplir su misión de la manera más preparada posible. Otra razón fundamental es apostar por el apostolado, por la predicación, llevada a cabo de manera diversa (la palabra en discursos o diálogos, pero también mediante el arte, la vida comunitaria, la enseñanza, la ayuda humanitaria…). Y todo esto estando inmersos en un mundo que, sea o no consciente, tiene sed de Dios «como tierra reseca, agostada, sin agua» (Sal 62,2). En concreto, veo muy interesante el tema de la relación entre la razón y la fe, que se necesitan mutuamente»
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