“Si me dijeran que Dios es ficción no lo creería, porque tengo una experiencia real de que vive… El joven sacerdote que me confesó me hizo darme cuenta de la gran misericordia de Dios. Por primera vez me sentí amado, perdonado, liberado y decente de nuevo. Así que empecé a asistir a la parroquia”

No hay comentarios:
Publicar un comentario