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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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viernes, 23 de diciembre de 2022

3ª predicación de Adviento del Cardenal Cantalamessa al Papa, 16-12-2022: «En Navidad no se ha de ofrecer algo a Dios, sino acoger el amor de Dios, creer en el amor»

 


* «La Navidad es la manifestación – literalmente, la epifanía – de la bondad y el amor de Dios por el mundo: ‘Se ha manifestado (epephane) la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres’, escribe San Pablo. Y otra vez: ‘Se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre’ (Tit 2, 11; 3, 4). Lo más importante que se debe hacer en Navidad es recibir con asombro el don infinito del amor de Dios… Lo que debemos hacer, ante todo, en Navidad es creer en el amor de Dios por nosotros. El acto de caridad tradicional, al menos en el rezo privado y personal, a veces no debería comenzar con las palabras: ‘Dios mío, te amo con todo mi corazón’, sino: ‘Dios mío, creo con todo mi corazón que me amas’. Parece algo fácil. En cambio, es una de las cosas más difíciles del mundo. El hombre tiende más a ser activo que pasivo, a hacer que a dejarse hacer. Inconscientemente no queremos ser deudores, sino acreedores. Sí, queremos el amor de Dios, pero como recompensa, más que como regalo. De este modo, sin embargo, se produce insensiblemente un desplazamiento y un vuelco: en primer lugar, por encima de todo, en el lugar del don, se pone el deber, en el lugar de la gracia, la ley, en el lugar de la fe, obras»   

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