* «Encontré al Señor mientras completaba mi doctorado en Biología en el IMT en los Estados Unidos, así que primero fui científico antes de ser ordenado sacerdote… Dios les ha dado a los científicos la capacidad de crear las vacunas COVID-19 en un tiempo récord. Ahora deberíamos usar estas vacunas para proteger a los ancianos y aquellos que son más vulnerables a las enfermedades para poner fin a la pandemia… Los pobres son amados del Señor. Deberíamos poner a su disposición las vacunas COVID-19 sin costo alguno. Esto es tanto lo ético que debemos hacer, porque debemos proveer para los que no tienen, cómo lo científico que debemos hacer, porque los pobres a menudo viven en áreas densamente pobladas que tienden a albergar el virus. Si queremos erradicar el virus, entonces tenemos que vacunar a todos, especialmente a los más vulnerables a enfermarse»