* «Rezaba a diario, sin falta. Leía la Biblia y cantaba salmos e himnos en urdu y panyabí, eso me reconfortaba. Nunca perdí la fe ni la esperanza de que, dado que mi marido y yo éramos inocentes, mi siempre vivo Señor Jesucristo -que venció a la muerte y resucitó al tercer día- nos liberaría y me alejaría de la muerte. Varias veces me aseguraron que si me convertía al islam me conmutarían la condena a muerte por cadena perpetua, y que finalmente sería puesta en libertad. Siempre me negué. El Señor Jesucristo resucitado es mi vida y mi Salvador. Jesucristo sacrificó su vida por mí aunque yo sea una pecadora. Nunca jamás cambiaré mi religión y me convertiré al islam. Prefiero la horca antes que negar a Jesucristo»
Comentarios de mi blog en Youtube
-
*COMENTARIO:* Padre, ¿no hay palabras de más consuelo para esa pregunta de
la tristeza?
*RESPUESTA MÍA:* La respuesta es que Dios es la alegría y la f...
Hace 3 meses