lunes, 10 de septiembre de 2007
Entrevista al: Dr. Philippe Madre, Doctor en Medicina, Diácono Permanente: "Fui ateo hasta los 23 años" / Autor: P. Dario Dodig
El Dr. Philippe Madre, es doctor en medicina y diácono permanente al servicio de la pastoral de la salud. Ha trabajado en el ministerio de enseñanza y salud a nivel internacional desde hace 15 años. El Dr. Madre vino a Medjugorje en julio de 2002. Es miembro de la Comunidad de las Bienaventuranzas, en la que ha fungido como Moderador General también desde hace 15 años. Asimismo es el fundador de la organización católica "Mother of Mercy", la cual trabaja en la protección de la vida humana.
Durante su estancia en el Santuario de la Reina de la Paz, él habló con el P. Dario Dodig acerca de su ministerio en la Iglesia y sus observaciones sobre la gracia especial de Medjugorje.
P. Dario Dodig : Dr. Madre, Ud. es casado, padre de familia, doctor en psiquiatría, diácono permamente, miembro de la Comunidad de las Bienaventuranzas donde fungió como Moderador General durante 15 años. ¿Cómo se desarrolló su vocación?
Dr Philippe Madre: Yo quisiera comenzar diciendo que fui ateo hasta la edad de 23 años. Crecí en el seno de una familia cristiana, pero no me interesaba personalmente la fe cristiana. Comencé a estudiar medicina y estaba por contraer matrimonio cuando, inesperadamente, presencié una curación milagrosa en el campo de la psiquiatría. Esta curación psiquiátrica me sorprendió grandemente porque no había una explicación posible. Y me dije: Si Dios existe, entonces vale la pena entregarle mi vida entera! Afortunadamente, mi esposa vivió también esa misma experiencia. Estábamos recién casados y decidimos cambiar nuestras vidas y edificarlas sobre fundamentos cristianos, primordialmente sobre la base de la oración diaira. Con otros amigos que también vivieron una conversión similar, iniciamos un grupo de oración en la ciudad donde vivíamos.
Después de dos o tres años de ese cambio tan profundo en nuestras vidas, nos dijimos: Esto no basta para seguir al Señor! Al tiempo en que nos hacíamos esta pregunta, Ephraim, hermano de mi esposa Evelyne, fundó la Comunidad de las Bienaventuranzas. Era una comunidad donde todos los diferentes estados de vida estaban presentes y convivían juntos, es una vida fraternal de oración, adoración y servicio regular. Decidimos ingresar a esta comunidad, que apenas comenzaba. Yo terminé mis estudios de medicina y poco tiempo después, la comunidad comenzó a recibir personas con diversos tipos de enfermedades que buscaban una ayuda especial dentro de la comunidad.
Esto fue lo que me llevó a mirar a las personas enfermas con una visión totalmente diferente y tratar de ver la forma como Dios podría ayudarles a través de nuestra intercesión. Poco a poco fuimos creciendo en las oraciones de sanación por las personas que padecían enfermedades físicas o psicológicas. Con el tiempo formamos también un equipo de terapeutas cristianos a fin de acoger a quienes sufrían severos problemas psicológicos por períodos que iban de varias semanas a varios meses. Sobre esta misma base se desarrolló mi llamado a ser diácono permanente. Después de algunos años, nuestro obispo me ordenó diácono con un carisma especial para los enfermos, especialmente aquellos cuya dignidad de vida era pisoteada o despreciada.
Las personas con necesidades especiales acuden a Ud. en busca de oraciones de sanación. ¿Qué es exactamente una oración por sanación?
Yo recibo dos tipos diferentes de peticiones. Muchos obispos y sacerdotes me solicitan dar conferencias en sus diócesis y parroquias, pláticas que se imparten durante encuentros de oración organizados para personas en dificultades. En respuesta a dichas solicitudes, doy una o más conferencias, después de las cuales oro por los enfermos. Esta es una manera de evangelizar, a través de la cual proclamamos a Cristo y Su amor y es también una oportunidad para pedirle al Señor que manifieste Su presencia. Una de las más grandes manifestaciones de la presencia de Dios durante un encuentro de oración es ciertamente el signo de una curación física o psicológica.
Algunas personas tienen severos problemas médicos; son personas por las que la medicina no ha podido hacer mucho. Ellas solicitan consejería personal. Durante esta asesoría, oramos por la persona y esperamos que se abran a la gracia y a la presencia de Dios, que el Señor pueda tocarlas en lo más hondo de su ser y les conceda la salud. En este caso, la oración por sanación se lleva a cabo no tanto en el contexto de evangelización sino más bien en el contexto de una relación de aconsejarlas.
¿Cuando hablamos de oraciones por sanación, existen obstáculos para la sanación? ¿Cuáles son?
Todos los bautizados en la Iglesia pueden orar por sanación. Es absolutamene normal que los fieles se vuelvan a Dios con la esperanza de alcanzar de Su amor la gracia de la sanación. Con todo, seguimos observando mucho miedo y reticencia dentro de la Iglesia en esta área, aunque, al mismo tiempo, la Iglesia alienta a sus hijos a orar por los enfermos. Naturalmente, esta oración por los enfermos debe hacerse de manera adecuada, tranquilamente y sin exageraciones, sin abusos, sin buscar el poder personal y el sensacionalismo. El hecho de que oremos por los enfermos no significa que Dios esté obligado a realizar una sanación cada vez! Dios sana a quien El quiere. Sin embargo, a veces Dios desea sanar a una persona pero ésta tiene dificultades para aceptar la curación que Dios quiere darle.
Generalmente, se observan dos grandes obstáculos. El primer obstáculo es una cuestión de perdón. A menudo, la curación física o psicológica que Dios quiere otorgar es bloqueada porque las personas tienen algunas experiencias de su niñez que las llenaron de amargura. No son capaces de abrirse suficientemente a Dios para permitirle que las sane, el Señor espera de ellas que perdonen o que pidan perdón. La reconciliación total precede a cualquier curación. Si ésta no ocurre, es difícil llegar a una sanación, aunque Dios la dé! El problema no es Dios, Quien, en Su misericordia, abre Su Corazón a los enfermos. El problema radica más bien en la persona enferma y que no es consciente de que en primer lugar, la sanación no es un alivio sino una apertura a Dios. La sanación viene cuando el corazón de la persona enferma se abre al dar o recibir perdón. Una de las mejores maneras de orar por la sanación de los enfermos es despertar en las personas la necesidad frecuente tanto de perdonar como de pedir perdón.
Existe otro obstáculo: el miedo a la curación misma. Muchas veces la persona enferma que pide al Señor que la sane, simultáneamente tiene en su interior un profundo miedo de ser sanada. Este miedo crea una especie de parálisis interior, de tal modo que -a pesar del deseo de ser sanada- la persona no puede abrir su corazón al amor de Dios. Para que Dios pueda sanar a los enfermos, El espera confianza de ellos. Es importante que las oraciones por sanación tengan lugar en una atmósfera donde se haya educado a la gente en la confianza, a fin de calmar los miedos de las personas que están enfermas. Esto les permite abrir su corazón al poder sanador de Cristo.
Estamos en Medjugorje. Ud. ha hablado de los obstáculos para la sanación. ¿Es cierto que aquí, en Medjugorje, desaparecen dichos obstáculos? ¿Es cierto que Dios está actuando aquí?
Me parece obvio que Medjugorje es un lugar donde mora Dios, donde mora el Cielo. Cuando las personas vienen aquí, sucede algo especial, parecen ser "domadas" por la presencia de Dios y la presencia de María, aunque no sean conscientes de ello. De este modo, los dos obstáculos de los que hablábamos tienen la tendencia de disminuir o quizá incluso de desaparecer. Por eso pienso que Medjugorje es un importante lugar de sanación y que cada vez lo es más. En los tiempos por venir, creo que Medjugorje tiene que vivir más y más esta gracia de sanación.
Ud. ha estado conectado a Medjugorje desde los primeros años de las apariciones. Ud. fue expulsado del país por el antiguo régimen comunista! Pero eso no lo intimidó para regresar. ¿Cómo ve Ud. a Medjugorje en relación con Lourdes y Fátima?
Este es un asunto delicado! Es cierto que conozco muy bien Lourdes y Fátima más o menos. Sin embargo, lo que más me impresionan son las gracias diferentes que se dan en estos tres lugares. Medjugorje tiene una enorme gracia de simplicidad, donde la persona más herida o los que están más alejados de Dios encuentran una atmósfera de acogida y de paz que nunca antes experimentaron. En Lourdes, por ejemplo, Nuestra Señora nos llama al arepentimiendo. En Medjugorje, Ella también lo hace, pero primordialmente nos llama a la paz. Personalmente, tengo la impresión que en Medjugorje, la misericordia de Dios se muestra de una manera inmensa, de una manera más sencilla, por eso la gente que está más alejada de Dios se siente aceptada por la Virgen. El peso que los agobia y con el que llegan aquí, parece aliviado porque de una forma muy sencilla, en la más grande simplicidad, experimentan la presencia de Dios y del Cielo. Aquí en Medjugorje esta presencia se siente tangible y poderosamente. Creo que muchos peregrinos se sienten acogidos a pesar de sus miserias. Aquí pueden iniciar un camino de reconciliación con Dios y también consigo mismos, un camino de crecimiento en la fe. También existe una pedagogía la cual es actualizada diariamente por los mensajes de Nuestra Señora; de este modo, las personas que prestan atención a los mensajes, son eduadas progresivamente. Esta es realmente la escuela del Corazón de María.
Nuestra Señora se presenta aquí en Medjugorje como la Reina de la Paz. En la historia, Ella se ha manifestado como Reina del Santo Rosario, como la Inmaculada Concepción, y aquí se llama la Reina de la Paz. ¿Es la paz la aspiración última de la vida humana, el fundamento de la sanación interior?
Creo que se trata de mucho más que sólo paz interior. Es la paz de la que habla Jesús el día de la Resurrección, cuando El se aparece a Sus apóstoles y les dice: "La paz con ustedes!" Esta paz es el don primero de Jesús Resucitado a Sus apóstoles. La paz es fruto de la Resurrección de Cristo en nuestra existencia humana. Para mí, desde esta perspectiva, la paz es de hecho - un gran poder de vida En esta paz, nuestra vida encuentra su sentido, toda su fortaleza y toda su vocación. Creo que esta paz está vinculada a la vida misma; cuánta falta le hace esta paz a nuestro mundo y por eso busca tanto una paz falsa. Sólo Dios puede dar la paz, que es vida.
Sería difícil hablar sobre los eventos de Medjugorje sin mencionar al P. Slavko...
Tuve la oportunidad de conocerlo y estar con él en diversas ocasiones. Creo que él fue realmente un individuo clave que facilitó que la gracia de Medjugorje fuera aceptada. La calidad de su presencia y especialmente de su presencia pastoral con los videntes, permitió que la gracia de Medjugorje se desarrollara. Creo que Medjugorje le debe mucho y que no debemos dudar en invocarlo a menudo en la oración.
Para terminar, ¿hay algo más que Ud. quisiera añadir, algo que considere muy importante y que no hayamos mencionado en esta conversación?
Hay algo que me impresiona profundamente en mis giras alrededor del mundo y creo que Medjugorje tiene algo que ver con ello. En esos viajes, conozco a muchas personas desesperadas que han perdido su confianza en la vida, personas que no son siquiera conscientes del don de la vida ni de la dignidad de la vida humana. Nuestra humanidad está llena de desesperanza y continuamente busca nuevos placeres como una forma de escapar a esa desesperanza. Podría decirse que muchas de nuestras sociedades son depresivas. Paradójicamente, la gracia más grande que Dios da a la Iglesia en este, nuestro tiempo, es justamente la gracia de la esperanza. El Señor nos recuerda que hay otra vida, que nuestra existencia en esta tierra - cualquiera que pueda ser la carga o el sufrimiento que nos agobie- no es propiamente la meta. Por el contrario, nuestra patria verdadera y nuestra vida verdadera están en el Cielo. La Virgen María abre la puerta del Cielo a todos los que así lo deseen, a fin de que podamos vivir nuestra vida auténticamente como si ya tuviéramos un pie en el Cielo. Pienso que uno de los elementos más importantes de la gracia de Medjugorje es que trae esperanza y vida a tantas personas. Al mismo tiempo, esta gracia de Medjugorje es una imagen de la gracia del Espíritu Santo que se concede en tantos lugares en el mundo. Esta gracia todavía tiene que crecer.
Que todos los que lean estas palabras confíen en la presencia de Dios aquí en Medjugorje, que realmente crean en el don de Dios en Medjugorje. Haciendo a un lado todas las preguntas sin respuesta y todos los conflictos entre la gente, aferrémonos a lo que es esencial y al don de Dios en Medjugorje. Tenemos que aferrarnos a ello y vivir de ello. De este modo, la presencia de Dios podrá crecer incesantemente en forma de esperanza y de una vida más fuerte para muchos de nuestros contemporáneos que viven en la desesperanza. Valoren la gracia de Medjugorje y vivan de ella, a fin de que muchas personas en el mundo puedan saborer esta esperanza que viene de Dios y disfruten la vida que es un don de Dios y que tanta falta les hace conocer.
Gracias, Dr. Philippe Madre
Conversión, Eucaristía y sanación fisica e interior / Autora: Blanca Ruiz
Blanca Ruiz es Misionera Laica colombiana, nacida en Medellín, estudió contabilidad en Colombia y frecuentó la New York University, en New York, ciudad donde trabajaba de informática, durante 14 años, fue bendecida por su obispo, Monseñor Uribe Jaramillo, y desde 1978, dejó el trabajo y se dedicó por completo a evangelizar, impartiendo retiros de sanación interior y física, en más de 25 países.
Es una mujer estimada en todos los países que ha estado, por su veracidad, testimonios, y su gran don de palabra. Esta es una de sus enseñanzas:
Para la curación hacen falta dos pasos primordiales, primero la conversión.
Cuando uno quiere de verdad convertirse necesita vaciar su vaso de pecado para dejarlo llenar de Jesucristo, allí se empieza de verdad la curación. Porque cuando hablamos de curación no tenemos que hablar de curación física únicamente, hay en los Evangelios una frase muy especial para mí, dice: " buscad primero el reino de Dios y su justicia y el resto se os dará por añadidura". Para mí la sanación física son las añadiduras del Reino., la gente busca el shou, la gente pregunta: " a que hora es la oración de sanación", vienen usualmente a las eucaristías, porque después de ellas se hace una oración de sanación física, y esto es ridículo es vergonzoso, que solo busquen ese momento, Porque Jesucristo vino al mundo e iba predicando el reino de su Padre, enseñando la Palabra, y lo último que hacía la mayoría de las veces era curar, y era como un signo para demostrar que tenía poder, que venía del Padre, y hoy día nuestra predicación debe de ser acompañada de los mismos signos, señales milagrosas que Jesucristo hizo, y dice " aún mayores que yo". Luego no tiene que aterrarnos que después de una buena predicación o después de un buen retiro y haber compartido la palabra del Señor intensamente, profundamente, y de haber vivido, nos curemos físicamente, no tiene nada de raro.
En cada Divina Eucaristía deberíamos de curarnos, porque allí se proclama la palabra se comparte el Pan que nos da vida el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo; ¿porqué es raro que nos curemos?, no tiene nada de raro. Deberíamos de curarnos de muchas enfermedades, yo me atrevo a decir que tendríamos que curarnos de toda enfermedad dentro de la Santa Misa.
Vuelvo a repetir, la sanación física para mí son las añadiduras del reino. Uno debe de sanarse íntegramente. Sanarse de pecado es la primera curación que todos deberíamos de buscar, la sanación interior sería la segunda curación. Todas esas secuelas que han ido dejando el pecado en nosotros, todas esas heridas que nos han hecho, que nos hemos dejado hacer, que no las hemos buscado nosotros, pero nos las hicieron de alguna forma, o nos las hicimos nosotros mismos; sanando todas estas heridas nosotros comenzaríamos a vivir una nueva vida, de verdad de gozo de paz y de armonía.
Eso es sanación física, no cabrían en nosotros las enfermedades si estuviésemos llenos de Jesucristo, quieren entrar, vienen atacan, como ocurre con los mosquitos, nos atacan, nos quieren picar, cogemos un frasco de repelente para mosquitos, rociamos la habitación y los mosquitos se van o se mueren, no nos pueden atacar, igual sería la enfermedad física, nosotros llenos de Cristo, la enfermedad vendrá quiere metérsenos en nuestro cuerpo, quiere atacar y con el poder de la Sangre de Jesús, con el poder de la Llagas de Jesús, con el poder del Espíritu Santo, con el poder de la Divina Eucaristía, nosotros nos defenderíamos, y no podría quedarse en nosotros.
En el capítulo 25 del Eclesiástico dice: "Hombre que a hombre guarda odio como de Dios espera su curación".
Cuando a mí me pide oración una persona, uno tiene que ser muy delicado a ayudar a encontrar la raíz de su problema, uno ha de pasarse horas y horas, yo ha veces me he pasado hasta siete u ocho horas con la persona, tengo como un presentimiento divino y le pregunto: " ¿Usted tiene algún resentimiento contra alguien ? " y él responde que no, " ¡ no tengo nada contra nadie, ya perdono a todo el mundo ! ", ¿ Usted se acuerda de algo malo que le hayan hecho?, ¡ hay es que no me quiero acordar , yo le prometí a Dios no recordarlo !.
Hace cerca de quince, Dios me concedió la gracia años estaba trabajando como misionera seglar, soy una persona normal como cualquiera de ustedes laicos, con una vida muy dura, si alguien ha leído mi libro: " SANACIÖN EN LA FAMILIA ", al principio del libro yo expongo lo que era mi vida, yo era triste , sola, amargada, una persona llena de resentimiento de odio de angustia y de soledad, vivía en medio de mucha gente y me sentía sola, me quería la gente y yo no sabía valorar ese amor que Dios me tenía a través de las personas, pero no era culpa mía, de todos modos en ese tiempo que yo trabajé en ese país hace quince años, Dios me concedió la gracia de dejar casa, salario, profesión, familia, todo, y vivir hasta ahora de la Divina Providencia. Porque yo vivo de lo que Dios me da, no tengo salario, no tengo prestaciones sociales, no tengo de nada, ni casa , soy itinerante. La gente me pregunta que cual es mi comunidad, y les contesto que mi comunidad es muy simple muy sencilla, el superior de mi comunidad se llama Jesús de Nazaret, la superiora se llama María Santísima, San José es el que está a mi lado y es el que me asesora, mi casa queda en el cielo, ¿dónde vive usted? me preguntan, la mayor parte del tiempo en los aviones, después de haber dejado todo y empezar en este ministerio, después de un asamblea de oración, eran las diez de la noche aproximadamente, una persona me preguntó: ¿ Puede orar por mí ?. Cuando uno no tiene experiencia de oración , cree que imponiendo las manos la gente se sana, no voy a decir que no, pero es que hay que hacer una oración adecuada por la persona de lo contrario, se te harán filas de gente para que ores por ellos, tu orarás por esas personas y mañana las tienes de nuevo en la misma fila, y tu te preguntas, parece ser que la oración de ayer no sirvió, o no creen en la oración, no se trata de eso, se trata de que no hemos dado a las personas una atención adecuada, con solo imponer las manos posiblemente no se sanen esas personas.
Una señora de edad avanzada me dijo: " ore por mí ". La experiencia me hace a veces hacer preguntas a aquellas personas que me piden oración. La gente que no quiere decir nada, porque no quiere sanarse, solo vienen a buscar un consuelo, una mejoría o una curación. Esta persona me dijo: " Ore por mí porque tengo asma bronquial crónica", como una ya va aprendiendo yo sabía que eso no sería una oración de un minuto ni de simplemente de una imposición de manos, aunque no descarto la posibilidad de que se imponga las manos y el Señor le sane, porque Él es el que sana como le dé su bendita gana, puede sanar a quien quiera y en el momento que quiere.
Yo le dije a la señora que eran las diez y que teníamos poco tiempo y la cité para el día siguiente. Ella vino a la parroquia donde yo estaba, y la escuché de 4`30 a 5 horas.
Yo antes de hacer oración por alguien, lo que quiero es que no pongan su confianza en mí, que no me miren como la gran salvadora porque yo no soy nada de eso. El sanador se llama Jesucristo, yo solo soy un instrumento del Señor como puedes ser tú, si la gente pone su confianza en las personas no van a llegar a Jesús y en cambio van a estar todo el tiempo detrás de nosotros para que oremos por ellos, y la cuestión no es que vengan a nosotros sino que vayan a Jesús.
Entonces lo primero que hago por una persona es hacer unos minutos de oración.
A esta señora le dije: " Le invito a que cierre sus ojos, si quiere" yo cerraré los míos.
Siempre repito lo mismo, " esto no es magia, ni control mental ni parapsicología.. "
Yo cerré los ojos y se la presenté al Señor: " Señor yo estoy junto a ella, quiero ponerla en tu Corazón Divino, quiero reclamar sobre nosotros, tu sangre preciosa, el poder de tus Llagas Divinas, Jesucristo me uno a tu Madre Santísima y a San José, y pido para mi hermana todas las bendiciones que ella necesite hoy. Espíritu del Señor dame conocimiento, discernimiento, sabiduría, el don del amor, el don de la paz para escuchar a esta mi hermana. Y a ella Señor dale sabiduría, tu conocimiento, tu discernimiento para penetrar en lo íntimo de su ser, y poder sacar dentro de ella todas las raíces donde está su mal. Papa Dios gracias por prestarnos la vida y gracias por darme esta oportunidad de orar por mi hermana, Gloria al padre................
Una oración de dos o tres minutos, máximo cinco. Mientras yo hacía esta oración empezó a llorar con una angustia tremenda, y le decía al Señor: " Porque tengo que recordar esto si te prometí olvidarlo". Cuando ella lloraba tan desesperadamente yo me puse de píe y puse mi mano sobre el hombro de ella y pedí en nombre de Jesucristo la paz. "En nombre de Jesucristo te ordeno paz en tu interior ". La señora se tranquilizó, terminamos la oración, y le dije: " ignóreme a mí totalmente, haz cuenta que aquí en este cuerpo está sentado Jesús de Nazaret , hoy a escogido una mujer, mañana escogerá otro, pero no me vas a mirar a mí, sino que vas a imaginar a Jesús en mí. Y de esa puerta para afuera todo lo que tu me cuentes me pueden quitar la vida por preguntármelo, con toda tranquilidad se lo vas a decir en este momento a Jesús, y yo lo que escuche se lo voy a transmitir a Él, te voy a llevar a Él. Pero no tengas miedo no tengas vergüenza, todo lo que te ha hecho sentir triste, sola, amargada, rechazada, etc. toda persona lugar o cosa que te haya hecho sentirte mal, cuéntaselo a Jesús ".
Hermanos yo sentía que lo que me contaba si eran problemas, pero no llegaba a la raíz del problema, después de cuatro horas yo empecé a orar por su sanación interior de lo que ella había dicho, hubo un momento en que empezó a llorar igual que lloró en la oración inicial, yo que la estaba llevando a una sanación interior de su pasado de lo que ella me había contado. Entonces le dije: " lo que te está llegando a tu mente en este momento, nárralo tal y como lo ves, como lo estás viviendo".
Oigan lo que me contó: Antes de seguir quiero decir que al comienzo le pregunté que cuanto tiempo estaba con esa enfermedad, me dijo 63 años.
Cuando ella tenía 7 años, su papá la violó teniendo el un cuchillo en sus manos, esta señora a la edad de 70 años todavía sufría de asma bronquial crónica. ¿ Cuántos años hacía que le había empezado el asma ?, 63 años, ¿ que pasó a los 7 años ?, la violó su papá presionándola con un cuchillo en su mano. ¿ Dónde le empezó el asma ?, en ese mismo momento.
Oímos hablar de enfermedades sicosomáticas, ¿ que puedo yo deciros de enfermedades? si no se nada de medicina, sólo estoy metida en este ministerio de curación.
Os pongo un ejemplo que aunque no tiene una explicación muy linda científicamente hablando es bien sencillo para la persona que no entiende de estas cosas: cuando un niño infla un globo, llega un momento en que no cabe más aire y si sigue inflándolo explota.
Cuando a mí me golpean, me maltratan me insultan, me hacen sentir mal interiormente.
Por ejemplo un niño que lo golpean y empieza a llorar, llega un momento que se carga interiormente y llora y llora ya no puede más, solemos decir se le secó el llanto, dentro está que explota, no tira un hueso por aquí otro por allá, como el globo, pero si que dentro de si se le va a formar un tremendo dolor de cabeza, allí puede empezar una migraña, un trauma grandísimo, puede empezar un espasmo duodenal, una úlcera, una asfixia o un asma bronquial, que mañana le llamaremos crónica, a ese niño le puede dar un ataque epiléptico, y simplemente es una reacción que no tubo salida, no pudo explotar y esto le afectó a algunas partes de su cuerpo, de allí pueden venir: artritis, presión alta, diabetes, problemas del corazón, que los médicos no pueden atender como problemas del corazón reales, porque no lo son, son enfermedades sicosomáticas; entonces ¿ cual es la respuesta?.
Esta mujer a la edad de siete años explotó interiormente, y le afectó sus bronquios, empezó con un asma bronquial, había pasado por otros países visitando todo tipo de especialistas médicos y no se había podido curar, era una tos y una asfixia tremenda.
Cuando yo escuché a esta señora y llegué a ese momento interrumpí la oración, ya no pude seguir, por eso os digo que debe de haber una oración adecuada, mucha gente cree que tiene el don de curación, y pone la mano sobre uno y sobre otro, cualquiera puede sanar porque para Dios no hay nada imposible, pero no es adecuado, hay que hacer una oración adecuada, escuchar a la persona, interrumpí mi oración porque lo que estaba haciendo hasta ese momento ya no me servía, le pregunté a la señora: ¿ usted ya perdonó a su papa? Y me dijo si ya perdoné a mi papá. Pero yo con una certeza de que no le había perdonado, le dije que no le había perdonado, ella repetía que sí, pero yo le hice cerrar los ojos de nuevo, y cambié mi oración por completo, y le dije: " imagínese a Jesús, que en este momento le abraza, le recoge contra su pecho y le invita a decir: ¡ Papa te perdono ! ", la señora no pudo decirlo, volvió a llorar con un desespero terrible, que confirmó que no había perdonado a su papá, tuve que volver a evangelizarla y catequizarla lo que era un perdón, lo que era la muerte de Cristo y lo que Jesús había echo por ella, El había perdonado a su papá y ella no podía perdonarle, por eso había estado enferma 63 años, por no perdonar a su papá, cuando Jesús había clavado en la Cruz el pecado de su papá, le pregunté si su papá vivía todavía y me dijo que tenía noventa y tantos años, y está paralítico desde hacía mucho tiempo, yo le pregunté, ¿ porqué estará paralítico tu papá ? y ella llena de odio, imagínense lo que salía por su boca, yo le dije que estaba juzgando, y el que ya perdonó no juzga.
Después de largo rato de hablar con ella, no en oración sino dialogando, le pedí de nuevo que cerrara sus ojos y volví a pedirle al Señor por ella, y con la fuerza del Señor consiguió perdonar a su papá, ella dijo: " papá te perdono con el perdón de Jesús, papá te amo con el amor de Jesús, papá te bendigo con la bendición de Jesús". Yo le sentí que el llanto que tenía no era el mismo que al principio, era un llanto de paz, de descanso; terminé la oración y le pedí que abriera los ojos y le dije " ¿ tú serías capaz de hacer una locura por Cristo? ", dijo que sí.
" ¿ Serías capaz de ir donde está tu papá , acercarte a su cama de paralítico, y decirle en nombre de Jesucristo, te perdono puedes morir en paz? Que atrevida yo ¿verdad?, era Cristo a través mío el que hablaba, yo tuve que ser instrumento, a veces tenemos que serlo, instrumentos duros, como para sacudir a una persona y hacerle caer en cuenta que se está perdiendo, que se está destruyendo, que 63 años de vida no vale la pena vivirla así, ella decía: " lo que más me duele es que llevo cuarenta y tantos años casada, cuarenta y tantos años de desgracia, porque no he sido ni un día feliz en mi matrimonio, porque cada vez que he tenido tener una relación normal con mi esposo he visto la escena de los siete años".
Ahí tenemos las mujeres frígidas, las mujeres que no se pueden realizar en el matrimonio. ¿ Lo buscó ella?, ¿ ama a su marido, quiere hacerlo feliz?, si, ¿quiere tener un hogar feliz?, si , pero ella no puede porque la violaron a los siete años.
¿ Culpa de la niña ?, ¡no!, ¿ culpa como mujer ? ¡tampoco!, llegó al matrimonio sin ser virgen, ¿culpa de ella ?, ¡no!.
¡Hay hermanos cuantas cosas hay que perdonar, porque en la mayoría en un número muy grande, cuando se llega al matrimonio en la noche de boda empieza el calvario en el hogar, cuando tendría que ser el momento más pleno, más feliz; es el momento más difícil , por lo que pase en ese instante, incomprensión, falta de cariño, falta de humanidad, falta de amor, falta de tantas cosas.
Imagínense a esta pobre niña violada antes del matrimonio, violada por su propio padre, su papá, ni siquiera era el esposo de su mamá, su mamá trabajaba en una hacienda como empleada y este hombre abusó de ella y nació la niña de esa relación, y la noche que fue violada esta niña, se perdió en las montañas llorando y gritando; amaneció en un monte porque no era capaz de ir a su casa, y estaba desgarrada, destrozada. ¿qué sentía esa mamá cuando su niña no llegó?, y esa niña no podía decirle a su mamá que el señor de la hacienda, el dueño le había violado, no se lo pudo decir porqué pensó que la mataba, creyó que quién sabe lo que le pasaría a su mamá.
Alcanzan a imaginarse que su mamá también fue violada y de esa violación nació la niña, y eso hay que perdonarlo, y cuando esa niña ya joven llegó al matrimonio y se encontró con el marido y este vio que no era virgen; ¿ que le diría el marido, la repudiaría, la rechazaría, le diría desvergonzada?. Estoy hablando de cosas de ahora, cosas que ocurren en nuestras mismas familias, o cualquiera de los suyos; el peor error es pensar "mi hijo no va a usar drogas, nunca va a estar con un hombre casado, nunca va a tener relaciones sexuales antes del matrimonio", eso sería ideal, ¡ojalá nunca les pasara! porque son tantas las marcas que llevan, que ojalá nunca se metieran en ello, pero desgraciadamente en este mundo tan traumatizado está pasando y puede pasar en su casa y en la mía, y puede pasar en el sacerdote y a la religiosa, ¡seamos realistas, despertemos que estamos dormidos!, esta señora escuchó la voz del Señor, se fue a la casa del padre y en su cabecera le dijo: "Papá, yo vine a perdonarle y decirle que no le tengo en cuenta su pecado, y que puede morir en paz", el no se murió en ese momento pero ella se desahogó sanamente.
Después de dos meses esa señora vino a mí y ya no tenía asfixia solo una ligera tos. Lo que en 63 años los médicos no le pudieron curar, lo hizo el Señor en un acto de fe que ella hizo. Yo volví a orar por ella, porque me contó toda la entrevista con su padre y me di cuenta que todavía lloraba con dolor, y rato mas tarde ella daba gracias a Dios por el papá que le había transmitido la vida, aunque había sido de una forma tan difícil. Le dimos gracia a Dios por su mamá y gracias por la vida de ella, ella se fue a su casa y al cabo de seis meses volví a verla de nuevo y estaba completamente curada a través del perdón; así sana Jesús de Nazaret, os cuento este testimonio porque fue uno de los primeros duros y difíciles que me tocó vivir. Ustedes no saben lo que es tener una persona frente a uno totalmente desgarrada con su corazón dañado, ella gritaba en medio de su oración " no he podido nunca hacer feliz a mi marido en más de cuarenta años de matrimonio, no he podido nunca ser feliz como mujer, al cumplir mi deber con él, no he podido responder como tenía que responder para hacerle feliz, algo bien doloroso, tengo nueve hijos, nunca he podido hacer feliz a mis hijos, porque el dolor y la angustia que llevo dentro se las he reflejado a cada uno de ellos, los he golpeado, los he maltratado, por el dolor y la agresividad que llevaba dentro".
¿ A qué viene este testimonio?, Hombre que a hombre guarda odio ¿ cómo espera de Dios su curación?
Esta señora quería su curación buscaba la oración de una persona, de otra, había ido a cientos de retiros y había estado en no se cuantas asambleas, igual había terminado, ¿porqué?, porque había un obstáculo dentro de ella, que no le dejaba ser feliz, porque había algo que la estaba matando, porque a lo mejor ella no sabía que esa era la causa de su enfermedad, ¿dónde estaba la raíz de su problema?.
Miren cuantas personas están llenas de artritis, y andan caminando torcidos, y la columna torcida, ya no pueden mover las manos, ¿porqué?, investiguen su interior y a lo mejor odia a una persona, no ha podido perdonar a u mamá, no ha podido perdonar a su papá, a su esposo que la dejó, les vuelvo a decir como la noche anterior, si su marido se le fue la dejó y anda con otra, de le gracias a Dios que no le está golpeando a usted, no le de gracias a Dios porque esté golpeando a la otra, pídale a Dios que el hombre cambie, ni golpea a la otra ni la golpee a usted, pídale que a la otra le de uno bien buen, que no tenga compromisos para que le suelte el suyo.
Todo lo bueno que usted pide se le devuelve cien veces a usted, todo lo malo que usted pide se le devuelve cien veces a usted.
Mire usted Eclesiástico 27-30, quién hace el mal será envuelto en él, sin ni siquiera saber de donde le viene.
Mucho cuidado con los que le gustan las brujerías, usted se va y paga para que le hagan una brujería a alguien mas, ya me van a decir que en España no conocen eso, ¡eh!, por favor lo están importando de América, o si no vean en la televisión los anuncios que le pasan, los programas de ocultismo y de cantidad de cosas, yo vi un programa el año pasado que me quedé escandalizada, aquí en España, accidentalmente estaba en la sala de la casa, donde me hospedaron, estaba la televisión encendida, esperando las noticias y un programa de antes de las noticias fue de un reportero que se metió en todos esos lugares de brujos e hizo una entrevista de todo eso, si ustedes vieron lo ridículo que estaban aquellas personas haciendo lo que el brujo les decía, salten sobre el fuego y saltaban sobre el, fuego, allá llegamos mis hermanos y son ustedes mi madre patria, tan civilizados, tan especiales.
La guerra no está allá en el Oriente, la guerra está en tu casa, en tu cocina en tu alcoba, está contigo si te dejas, esta enseñanza es clave, para la curación, frente a ustedes tienen a una persona sanada de tres enfermedades que durante muchos años los médicos no pudieron curar, la ciencia no pudo curar, un espasmo duodenal, como un nudo de nervios, tomé pastillas para los dolores, de los nervios las que quieran, les digo nombres, dosis, tamaños por años, migrañas jaquecas terribles, hasta siete días seguidos, hasta tres y cuatro veces al mes, no me la pudieron curar, artritis degenerativa en la columna vertebral, miren mis manos ya tengo dedos que se empezaban a torcer, dolores en mis hombros, en mi nuca, en mis codos y rodillas eran terribles, me daban una inyección de cortisona semanal mínimo, y la cortisona deforma el cuerpo destruye el organismo, no me podía poner de pie a la edad de 21 años, es tristísimo, me quería poner de pie, y tenía que doblar la rodilla para ponerme de pie, un año entero de tratamiento Viernes tras Viernes, todo tipo de exámenes de laboratorio cada semana, porque estaban confundidos, no entendían que era, unas veces decían hiperparatiroidismo, otras decían no se que tipo de cosas que si fósforo alto, ¡bueno!. un año más tarde el médico mío llamó a mi familia y les dijo que no podía darles el diagnóstico, no fue capaz, eso lo explicó el, dijo: "traiga su familia a la próxima consulta", yo vivía en New York, llevé a mis primos que era mi única familia, de entonces allá en esa ciudad y le dijo: perdónenme no pude darles el diagnóstico a Blanca, nos hemos reunido la junta de médicos hemos estudiado todo el proceso de un año y tengo que decirles que tiene una enfermedad de ancianos, tiene artritis degenerativa en la columna vertebral, le doy lo máximo un año para que esté en una silla de ruedas de por vida, se le irán desintegrando las vértebras, y se le irán volviendo los huesos masa" ese fue el diagnóstico mis hermanos, y para la gloria de Jesucristo me enseño a descubrir la raíz de mi problema, y la raíz de mi problema era odio inconsciente como esta pobre mujer , odio inconsciente a mi papá y a mi mamá, que a los cuatro años de edad me llevaron de mi casa a la casa de mis abuelos y allá me dejaron una noche, me acosté con mi mamá esa noche, a la mañana siguiente busco a mi mamá a la derecha e izquierda de mi cama y no hay mamá, y como el niño ingenuo de cuatro años, miro debajo de la cama y no hay mamá, y allí paró mi vida y cogí un trauma tremendo, como si hubieran matado en mi el amor, es una expresión incorrecta, porque dice San Pablo que el amor nunca muere, pero para la niña de cuatro años se acabaron los besos, se acabaron las caricias, se acabaron los abrazos, me volví seria, seca dura, agresiva, me volví una persona autosuficiente, dominante, autoritaria y se fue creando en mi una vida que no era mi vida, me destruyeron y no me hicieron ningún mal, llevándome a aprender, que era lo mejor.
Justamente con el corazón en mis manos les digo que preferiría ser una analfabeta que haber estudiado en los mejores colegios de mis ciudades, preferiría haber sido analfabeta por haber tenido los besos y los abrazos de mi madre, y ayer les decía murió mi madre y se quedó guardado en mi corazón todo el amor para mi madre, porque el resentimiento de la niña de cuatro años, ya no quiso reconocer a su madre como su mamá, le decía mamá por su puesto, pero mamá.
¿Porqué?, porque tenía dolor, si un día me dejó, que cariño que amor le podía dar yo, pero nunca yo había entendido que ella no me dejó por mal, lo vine a entender hace ocho o nueve años, yo iba predicando y requetepredicando, y contándole a la gente que hay que perdonar, ya sana del odio pero no podía entender.
En una oración de sanación interior, porque por mí también oran, eso es lo lindo, lo lindo no es que nos especializamos y vamos a llevarle a los demás lo que no vivimos lo lindo es que lo ya que vivimos sabe a bueno, cuando yo me como un plato de comida te puedo decir si es bueno o es malo, tal vez a ti no te sabe bueno, a mi me supo bueno la sanación interior, porque veo los resultados en mi vida, y si yo te veo sufrir y veo que tu estás acabándote y terminándote porque no transmitirte la bendición que el señor me dio, logré entender hace muy poco tiempo después de muerta mi mamá, ella murió hace 14 años aproximadamente, y en una oración de sanación interior, porque han tenido que ser muchas, era tan grande el dolor, es como una llaga grande, grande, en la primera curación no te sanas, en la segunda quizás tampoco, va rebajando la infección, se acaba la fiebre, se empieza a secar, pero necesitará otra y otra curación, llega un momento en que tu sientes que estás sano, porque cuando estás sano interiormente sientes paz, sientes gozo sientes alegría, eres capaz de hablar de esto sin dolor, simplemente sabiendo consciente de lo que es esto, me di cuenta en la última oración de sanación interior, cuando logré de verdad perdonar a mi madre darle un beso en la gloria eterna del Señor con Jesucristo, darle un abrazo y gritarle "MAMA", que antes le había dicho mamá, que cuando mi mamá me dejó en la casa de mis tías aquella madrugada, ese corazón de madre se partía, ¿qué experimentaría mi madre cuando tubo que dejar su chiquita, su niña de cuatro años y saber que la iba a ver solo tres veces al año en las vacaciones?, ¿qué experiencia tendría mi madre?, otra cosa es que le hablen a una madre de un hijo, nosotros los hijos que no hemos sido casados, no entendemos lo que es amor de madre, el hombre no sabe lo que es amor de madre, sabe que es amor de padre, lo mismo una madre que lleva un hijo en su vientre, nueve meses o los meses que sean, se juega el todo por el todo por transmitir esa vida no es lo mismo, el hombre tiene un acto, transmitió la vida, después va y viene, si quiere reconoce o no reconoce, busca a otra, hace cantidad de barbaridades a veces, y es cierto que es padre, pero no madre, SOLO HAY UNA. Si alguno de ustedes tiene un dolor contra su madre, si alguno de ustedes no recibió ni un beso o una caricia de su madre y aquí le duele, y aquí tiene guardado sus besos y sus caricias (señala al corazón) para su madre y todavía la tiene viva, en nombre de Jesucristo no esperes mas, aunque no te halla tratado bien, aunque no te halla besado y abrazado, yo no tengo besos y abrazos, que no me los diera, Jesucristo me lo ha ido dando poco a poco, y cuando doy un abrazo se siente que no doy el abrazo humano sino el de Jesús, y a través de un abrazo mío se que se han sanado muchas personas, porque lo tengo como testimonios porque me lo han dicho con lágrimas, pero no ha sido el abrazo que me dieron, el abrazo que me dio Jesús, con mucha paz, donde no hay paz no está Jesús, claro que hay heridas tan grandes en la vida que hay que sacarlas, porque si las sacamos se sanan, sino las sacamos hermanos siguen infectando todo nuestro cuerpo, y nos llenan de fiebre, con mucha paz nos podemos sanar si.
Que lindo haber tenido una mamá que nos besara que nos acariciara, lo que mas quiere un hijo o una hija es un beso o un abrazo de su mamá, y cuando no lo encuentran en su papá o en su mamá rápidamente lo encuentran en un amigo o en una amiga y con facilidad caen en un error o cometen un problema que no tenían que haber cometido, me ha tocado secar muchas lágrimas y ¿ donde he encontrado la raíz del problema?, Blanca odio a mi madre porque nunca me dio un abrazo, Blanca odio a mi padre porque nunca me dio un beso, mi padre murió hace 7 años aproximadamente, y así como estoy delante, predicadora, porque ya predicaba a nivel internacional, hablando sobre el perdón, me debatí entre la vida y la muerte interior, porque lo miraba y me daba ira, lo miraba abrazar y besar mis sobrinos y quería venir a abrazarme y besarme a mí pero dentro de mí una niña de cuatro años, de cinco de siete, de once, que no tubo sus besos y abrazos gritaba: ¡porqué me quiere abrazar ahora! honestamente con el corazón en mi mano me daban ganas de tirarlo a un lado, aunque tenía que permitir que me abrazara, pero eso no es lo doloroso, lo doloroso es que mi padre murió y esta que tienen de frente, se quedó con un dolor en el corazón, ¿saben cual?, no, no haber perdonado a mi padre, yo le perdoné. Vuelvo a repetirles todo lo que hicieron de separarme de mi familia fue lo mejor, creyeron que era lo mejor por influencia de los abuelos, orgullosos, creían que tenían sangre azul, nos tenían que educar en los mejores colegios, no podíamos estar con la gente inocente y sencilla, ese dolor de sacarnos de la casa, todos nuestros hermanos, porque yo vengo de un hogar de quince hijos de mi misma mamá y de mi mismo papá, hay que decirle hoy día, yo soy la quinta entre los quince y a los seis hermanos mayores que yo, cinco conmigo y seis con la persona que sigue, todos nos separaron de mi papá y de mi mamá, y muchos tienen todavía, yo ya no gracias a Dios, ese resentimiento contra mi papá y mi mamá les dieron todo lo que pudieron, los trataron lo mejor, pero se quedó escondido el amor, y mis hermanos quisieran ser mas cariñosos con sus hijos, se notan que no pueden en cambio los más pequeños, que a la par con mis sobrinos, hijos de los mayores, empezaron a recibir los besos de mi papá, sobre todo de mi papá, mi mamá era una mujer tímida, callada, pero de mi papá son diferentes, se notan tiene una alegría tienen un no se que, mi padre murió y cual fue el dolor que se quedó en mi corazón, que yo su hija mayor entre las mujeres, para un papá la hija mujer vale mucho, es la alegría, aunque anhelan tener un varón, se desbordan en besos abrazos y caricias, con sus hembras, Si hay alguna mujer que cree que su papá nunca le quiso, porque no supo amarle, porque a el tampoco le dieron besos y abrazos, porque el tampoco tubo caricias y no supo darlas, no te creas que no te ama, si te ama, estará esperando de ti que ya has aprendido a amar que vaya a darle amor, mi dolor grande fue, que yo nunca le pedí perdón a mi padre, ¿y saben porque?, porque mi padre siendo yo su hija mayor, debió anhelar de mi besos abrazos y caricias, porque debía haber sido la luz de sus ojos, porque seguro que puso en mí algo muy grande, cuando yo nací, y yo no le acepté sus beso y sus caricias, y cuando se los recibí lo hice de mal humor y de mala gana y dentro de mí gritaba " Ahora para que no los necesito" y no era la grosera que les gritaba no era la mujer mala que les gritaba era la niña que lloraba en el interior mío.
Y gritaba los necesito de cinco, de seis, de nueve de once, de trece, de catorce ahora no los quiero, y el día que murió mi padre, el murió en Colombia, yo estaba en New York, yo no supe cuando murió, supe cuando ya lo habían enterrado, el mismo día que lo habían enterrado, y cuando me contó mi hermano que venían de una fiesta, porque así se convierte para nosotros en una fiesta, que acababan los despojos de mi padre pero que el ya estaba de fiesta en el Cielo, yo empecé a llorar, porque soy una persona humana limitada como tú, porque tengo sentimientos, pero sabes porque lloré, no lloré porque se había muerto mi padre, yo sabía que ya gozaba de su premio eterno, el había recibido todo lo que necesitaba recibir, estaba en su gloria, ¿sabes porque lloré?, porque a la edad de 79 años que murió mi padre y con la edad que yo tenía 16 años una mujer grande, no había tenido un papá y no había podido abrazar a mi padre, por eso lloré, porque perdí a mi padre a los cuatro años, porqué después no supe mirarle como papá, el hombre bueno, el hombre que se desvivió por mi familia, el hombre que nos dio todo, el hombre que no supimos que tenía problemas en la calle, no fue alcohólico ni adicto, ni maltrató a mi madre, el hombre del hogar, y fue tan grande Dios, que mi padre murió a las cinco y media de la madrugada y yo sin saber había predicado es fin de semana, estaba extremadamente cansada ese día Lunes, no fui capaz de levantarme de mi cama temprano, no tenía mas que hacer ese día mas que descansar, a las diez y media de la mañana aproximadamente, era un día frío, me levanté y me tomé una taza de té, volví a mi cama y muy despierta, porque sé que estaba muy despierta, con mis ojos cerrados sentí la presencia de Jesús de Nazaret, junto a mi cama sentí que me ponía de frente a mi padre y me decía hija" Yo se que tu tienes necesidad de pedirle perdón a tu papá por mi habían orado aproximadamente dos semanas, y en la oración que por mi habían hecho personal yo había tomado una decisión porque ahora en la segunda parte de esta enseñanza quiero dar la explícita de lo que es el perdón, muchos no perdonamos porque no nos han enseñado a perdonar, y no sabemos perdonar, no somos malos queremos ser buenos, queremos vivir bien, pero no nos han enseñado, aquella mañana a las diez y media de la mañana frente a mi Jesús con mi padre, en una imagen mental, con los ojos cerrados pero yo bien despierta, lo que había vivido hacía dos semanas en una oración de sanación para mi, no yo haciéndosela a nadie me la hizo la persona que me dio de espiritualmente a mi, en un momento de dolor muy grande que experimente, pedí oración Yo tomé la decisión de cuando fuera a mi casa a Colombia, en el mes de Diciembre yo le iba a pedir perdón a mi papá, por no haberlo dejado disfrutar de su hija, por no haberle recibido sus besos sus abrazos, sus caricias, yo le iba a pedir perdón, pero no es cuando nosotros queremos, es cuando el Señor nos da el momento de gracia, y el momento de gracia no me llegó en Diciembre y Jesús fue tan misericordioso y tan grande que aquella mañana me dijo:" Hija aquí traigo a tu padre para que le pidas perdón, yo no sabía que estaba muerto, en ese momento de gracias de Dios yo le dije: Papá perdóname, tu con 79 años y yo tu hija mayor no te he dado la dicha de gozar de tu hija, perdóname PAPÁ, yo sentí que mi papá me perdonó yo sentí una paz muy grande en mi corazón, aquel reto terminó a la una de la tarde mas o menos, me llamó el señor obispo donde yo había dado el retiro ese fin de semana Monseñor Garmendia, me dijo: Blanca aquí en el centro junto al Santísimo, junto a la capilla hay un cuarto, cuando tu quieras ese cuarto es tuyo, que detalle de amor estaba teniendo Jesús conmigo, me estaba ofreciendo una casa cuando prácticamente mi hogar se terminaba, mi mamá había muerto hacía años y ahora mi padre, luego el hogar de papá se acaba y cada uno sale por su lado, a las cinco y media de la tarde me llamó mi cuñada que vive en New York, me dijo: Blanca te buscan de la casa quieren hablar contigo, yo le dije: que pasó dijo: nada me dijeron que no te dijera pero te lo voy a contar tu papá murió. Yo estaba lista para irme a la santa Misa, para mi la Misa es todo, yo no llamé a mi casa a Colombia, me puse mi saco y me fui a la Iglesia a gritarle GRACIAS AL SEÑOR, MUCHAS GRACIAS, GRACIAS POR UN PADRE QUE ME HABIA DADO, GRACIAS POR MIS 14 HERMANOS, POR MI PERSONA QUE HABÍAMOS TENIDO UN PAPÁ, GRACIAS. Cuando vine de la Misa llamé a mi hermano y me dice acabamos de llegar de una fiesta, y la fiesta me la había hecho el Señor Jesús a las diez y media de la mañana, dándome las gracias de recibir y dar el perdón a mi padre.
La Oración hecha vida / Autor: Jean Lafrance
Si pasas un día por Chartres, detente ante el pórtico norte de la Catedral. En el vano izquierdo, en el segundo cordón de la superficie abovedada, el escultor ha reproducido las seis escenas de la vida contemplativa.
Se ve en ellas a la Virgen que se recoge, abre su libro, lee, medita, enseña y entra en éxtasis.
Primero se recoge antes de entrar en oración. Tiene la mano izquierda sobre el libro de las Escrituras y lleva la mano derecha a la altura del corazón como si quisiera enseñarte, que para orar hay que conservar el corazón puro y silencioso. Como Salomón, pide a Dios un corazón silencioso que sepa escuchar. La primera actitud de la oración, es acoger, escuchar y recibir el buen Espíritu, el don espiritual que el Padre comunica a los que se lo piden.
En un segundo tiempo, abre el libro de las Escrituras para recibir el pensamiento de Otro y no el nuestro. Nosotros no hacemos la vida verdadera y la oración, la recibimos y la descubrimos de Dios, en el orden de la gratuidad y del misterio. Entonces ella puede leer, no para saber, sino para penetrar el sentido profundo de las palabras.
En cuanto hayas encontrado lo que buscabas, imita a la Virgen y cierra el libro para rumiar interiormente la Palabra y dejarla que baje al fondo de tu corazón: "He puesto la palabra dentro de vuestro corazones" dirá Pablo. La lectura sabrosa y viva de la Palabra te dispone para que encuentres a Dios en la contemplación. Deja que las cosas vengan a ti y estate ante el misterio con las manos abiertas de par en par.
Al meditar la palabra, oirás de pronto al Verbo de Dios que te habla en lo íntimo de tu corazón. Esta es la obra del Maestro interior que es el Espíritu Santo.
Luego la Virgen enseña la Palabra gustada y meditada. No es tan sólo una experiencia de Cristo en el contacto vivo y personal, sino la transmisión de la experiencia viva de Jesús que, en su conciencia de hombre se siente hijo de Dios.
Y finalmente la Virgen entra en éxtasis. Es la salida de sí misma para encontrar su dicha y su alegría en Dios. No busca el descanso de la contemplación para sí misma sino para Dios que es el último término de su oración. Toda oración verdadera debe llevarte un día a no encontrar alegría más que en Dios. Orarás de verdad el día en que estés totalmente ocupado en adorar a Dios, en contemplar su amor y en darle gracias no sólo por los dones que te ha hecho, sino sobre todo por la venida de Jesucristo a la tierra.
Sólo se ora bien en el éxtasis. Si te ejercitas así, en los silencios de la oración, te dispones a dejarte arrastrar por el movimiento del Espíritu. Estás oculto a tu propia oración y no tienes conciencia de orar. Pero no depende de ti el obtener este don de la contemplación, que no viene por tus méritos, sino de la misericordia de Dios.
Ruega para que obtengas de Dios esta visión de su rostro prometida a los corazones puros.
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Si hay hombres que emplean su vida en rezar, es para mantener viva y activa esa fe que Jesús desea encontrar en el corazón de todos los suyos. Para comprender esto, hay que remontarse al corazón de la Trinidad y entender que Jesús, en cuanto hombre, ha sido el primero en orar sin cesar y sin desfallecer. El es nuestro modelo, el gran suplicante, nuestro Intercesor ante el Padre. En el corazón de los Tres, el Hijo es sin cesar colmado por el Padre; está en estado de perpetua escucha por su parte, porque él está en estado perpetuo de súplica por el suyo.
Y en medio de la tierra, Jesús no dejó de proseguir esta oración, esperándolo todo de su Padre, el ser como el obrar y devolviéndole sin cesar toda la gloria y todo el gozo. Suplicaba siempre en el tiempo y era escuchado a cada instante. Por eso podía decir: Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas.
Su oración era una respiración permanente, pedía el amor al Padre (por tanto, al Espíritu Santo) y al instante mismo el Padre escuchaba su petición, concediéndole el Espíritu. Su oración tenía la densidad de un instante, lo cual me permite decir que la respuesta estaba incluida en la petición. Por eso su oración era al mismo tiempo súplica y acción de gracias. Esto nos resulta difícil de comprender, porque vivimos en el tiempo y no vemos llegar lo que habíamos pedido, mientras que Jesús nos asegura que el Padre nos escucha siempre. Para nosotros, la oración está ligada al tiempo y por tanto a la perseverancia.
Cuando no vemos que ocurra algo es cuando más tentados nos sentimos a bajar los brazos. Sólo la fe puede mantenernos; por esto la cuestión que atormenta a Cristo es precisamente esta: ¿encontrará fe cuando venga a la tierra? ¿encontrará hombres que se mantengan y perseveren lo suficiente en la oración para creer que han sido ya escuchados?
La prueba de la fe perseverante autentifica la cualidad de la oración. Como en el perdón de las ofensas, al que la oración está ligada, se perdona una, dos, diez, setenta veces; pero un buen día se corre peligro de cesar. Por eso he sentido siempre admiración ante las palabras de K. Rahner, que me parecen la mejor definición de lo que es un hombre de oración: "Debemos ser hombres de Dios, y para decirlo más sencillamente, hombres de oración con el suficiente valor para arrojarnos en ese misterio de silencio que se llama Dios sin recibir aparentemente otra respuesta que la fuerza de seguir creyendo, esperando, amando y por tanto orando".
En el fondo, cuanto más se avanza en la vida de oración, más se penetra en el misterio del silencio de Dios. Uno mismo se ve reducido al silencio; no se sabe ya lo que hay que decir, e incluso pedir. Sin embargo, se está convencido en lo más hondo de que la oración es la única cosa importante, la única a la que vale la pena consagrarle la vida.
La gran cuestión es entonces la perseverancia: "Todos los cabellos de vuestra cabeza están contados" "Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras vidas".
De vez en cuando el Señor se encarga de recordarnos nuestra poca fe y nuestro miedo a la oración: Hombre de poca fe... ¡Hombre de oración! Y entonces comprendemos nuestro verdadero pecado. La fe es el único combate de la vida: seguir creyendo que el Padre nos escucha y nos atiende cuando no se ve ningún resultado.
Me gusta invocar al Espíritu, pues él penetra el fondo del corazón, conoce todos mis deseos y formula al Padre una oración y una petición que corresponden a los designios de Dios. Y luego, naturalmente, está la Virgen Santísima. Jamás he recurrido tanto a ella como en estos momentos. Cada noche me despierto hacia medianoche para rezar los misterios gozosos. Creo que el Espíritu Santo y la Virgen son mis dos grandes intercesores orantes.
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Si entre la multitud surge alguien que te reconoce y te llama por tu nombre, experimentas de pronto como un nuevo nacimiento; desde el momento en que una verdadera amistad nace entre dos personas, existe siempre un antes y un después, entre los cuales se puede decir: Ya no soy el mismo. Cuando abres la Biblia, ves también a hombres satisfechos o insatisfechos, santos o pecadores, a quienes el encuentro con Dios hace felices porque su vida ha encontrado de pronto un sentido nuevo. Todos aquellos a quienes Dios ha salido a su encuentro podrían decir: ¿qué sería yo sin ti que viniste a mi encuentro? Quien quiera que seas, eres el hermano de estos hombres en su aventura. Aunque fueras el mayor de los pecadores, el más desequilibrado y el más pobre, todas estas situaciones son una oportunidad que se ofrece a Dios para salir a tu encuentro. En la oración, grita este deseo de ser seducido por Dios y levanta ante El esas montañas de sufrimiento. Si oras con fe y en verdad, Dios transportará esas montañas al mar. Ora el tiempo suficientemente fuerte para que él transforme esa amargura en dulzura. En el seno de esta paz austera te descubrirás amado de Dios. Nada se le escapa, te ve en lo secreto y te ama. Deja que resuenen en ti estas palabras de Isaías: No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tu eres mío. Si pasas por las aguas yo estoy contigo, si por los ríos no te anegarán. Si andas por el fuego no te quemarás, ni la llama prenderá en ti. Porque yo soy Yahvé tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. He puesto por expiación tuya a Egipto, a Kus y Seba en tu lugar, dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado y yo te amo. No temas pues, ya que yo estoy contigo. (Is 43,1-5)
domingo, 9 de septiembre de 2007
Compasión / Autor: Henri Nouwen
Cuando rezas, no sólo te descubres a ti mismo y descubres a Dios, sino que también descubres al prójimo. Porque, en la oración, no sólo profesas que las personas son personas y Dios es Dios, sino también que tu prójimo es tu hermana o tu hermano que vive a tu lado. Porque la misma conversión que te conduce al doloroso reconocimiento de tu malherida naturaleza humana, también te lleva a admitir con júbilo que no estás solo, sino que ser humano implica convivir.
Precisamente en este punto, surge la compasión. Esta compasión no queda cubierta por la palabra "lástima" ni por "simpatía". "Lástima" connota demasiado la idea de distancia. "Simpatía" implica una cercanía exclusiva. La compasión va más allá de la distancia y de la exclusividad.
Compasión es animarse a reconocer nuestro destino recíproco de manera que podamos avanzar, todos juntos, hacia la tierra que Dios nos está mostrando. La compasión también implica compartir en el gozo, lo cual puede ser tan importante como compartir el dolor. Darles a todos la posibilidad de ser completamente felices, dejar que su júbilo florezca por completo. Ofrecemos verdadero consuelo y apoyo cuando podemos decir de corazón: "Eso es verdaderamente bueno para ti" o "Me alegra ver que lo hiciste".
Por lo tanto, la conversión hacia Dios implica, al mismo tiempo, una conversión hacia las otras personas que viven contigo en esta Tierra. El granjero, el trabajador, el estudiante, el preso, el enfermo, la persona negra, la persona blanca, el débil, el fuerte, el oprimido y el opresor, el paciente y aquel que cura, el torturado y el torturador, no sólo son personas como tú, sino que están llamadas a reconocer contigo que Dios es un Dios para todos".
Querido Señor, traigo a ti a toda la gente que experimenta el fracaso
en la búsqueda de una relación creativa y afectuosa.
Mucha gente soltera se siente sola e incapaz de mantener una amistad
durante un periodo largo;
mucha gente se siente frustrada en su matrimonio y se separa;
muchos hijos no pueden hablar con sus padres;
y muchos padres tienen miedo de sus hijos.
A mi alrededor veo el hambre de amor y la incapacidad de experimentarlo
de manera profunda y duradera.
Oh Señor, favorécenos a nosotros, tu pueblo, e impártenos tu amor,
no como una idea o concepto, sino como una experiencia vivida.
Sólo podemos amarnos los unos a los otros
porque Tú nos has amado primero.
Permítenos conocer ese amor primero
de manera que podamos ver todo el amor humano
como un reflejo de un amor mayor,
un amor sin condiciones ni limitaciones.
(Henri Nouwen, Palabra de Amor, Lumen 2003, 91-92)
"Lo que hagas..." / Autora: Madre Teresa de Calcuta
Por su profundidad, publicamos el histórico discurso de la Madre Teresa de Calcutta en Washimgton, en 1994. Entre la audiencia estaban Bill y Hillary Clinton y otros muchos políticos demócratas con simpatías en los círculos pro-aborto:
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En el último día, Jesús dirá a los que están a su derecha, "Vengan, entren al Reino. Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve enfermo y me visitaste". Luego Jesús les dirá a los que están a su izquierda y les dirá, " Apártense de mi porque tuve hambre y no me dieron de comer, tuve sed y no me dieron de beber, estuve enfermo y no me visitaron." Ellos le preguntarán, "¿Cuándo te vimos hambriento, o sediento o enfermo y no te ayudamos?" Jesús les responderá, "Lo que dejaron de hacer por uno de éstos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mi!"
Al encontrarnos aquí reunidos para orar juntos, pienso en lo bello que será si comenzamos con una oración que expresa muy bien lo que Jesús quiere que hagamos por los más pequeños. San Francisco de Asís comprendía muy bien las palabras de Jesús y su vida quedó bien plasmada en esta oración. Esta oración que nosotras decimos todos los días después de recibir la Santa Comunión, no deja de sorprenderme, porque la encuentro muy adecuada para cada uno de nosotros. Siempre me he preguntado si hace ochocientos años, cuando San Francisco vivió, tuvieron las mismas dificultades que enfrentamos hoy en día. Creo que ya algunos se sabe la oración de la Paz, por lo tanto la rezaremos juntos.
Oración de San Francisco:
Señor, hazme un instrumento de Tu paz, donde haya odio que yo siembre amor, donde haya injuria, lleve yo el perdón, donde haya duda, lleve yo la fe, donde haya desaliento, lleve yo la esperanza, donde haya obscuridad, lleve yo la Luz, donde haya tristeza, lleve yo la alegría. OH Divino Maestro, permíteme no ser consolado sino consolar, comprendido sino comprender, amado sino amar. Porque dando se recibe, perdonando se es perdonado, y muriendo en Ti se nace a la vida eterna.
Demos gracias a Dios por la oportunidad que nos ha dado en venir a orar juntos. Hemos venido aquí, para orar, especialmente, por la paz, gozo y amor. Recordemos que Jesús vino a entregarle las buenas noticias a los pobres. El nos dijo cuales eran esas buenas noticias cuando dijo: "Mi Paz os dejo, Mi Paz os doy." El no vino a dar la paz que da el mundo, la cual es simplemente la que unos no molestan a otros. Él vino a dar la paz del corazón, la cual viene cuando amamos hacer el bien al prójimo.
Dios amó tanto al mundo que le entregó su único Hijo - era ya un hecho. Dios le dio su Hijo a la Virgen María, ¿y qué fue lo que Ella hizo? En cuanto Jesús vino a la vida de María, Ella inmediatamente fue rápido a dar las buenas noticias. Y entró a la casa de su prima Isabel, y las Escrituras dicen que su hijo, aún no nacido, el niño dentro del vientre de Isabel, saltó de gozo. Desde el vientre de María, Jesús trajo paz a Juan el bautista quien saltó de gozo en el vientre de Isabel.
Y como si no fuera suficiente, que Dios Hijo se hiciera uno de nosotros y nos trajera Paz y Gozo mientras todavía se encontraba en el vientre de María, Jesús también murió en la Cruz para demostrar un amor aún más grande. El murió para ti y para mi, y por el leproso, y por el que muere de hambre, y por el que se encuentra desnudo y tendido en la calle, no solo de Calcuta, sino de Africa, y de todos lados. Nuestras hermanas le sirven a los pobres en 105 países alrededor del mundo. Jesús insistió que nos amaramos los unos a los otros como El nos ama. Jesús dio su vida para amarnos y nos dice que nosotros también debemos dar lo que sea para hacer el bien al prójimo. En los evangelios, Jesús dice claramente: "Amense como yo los he amado." Jesús murió en la Cruz porque eso es lo que se requería de El para hacer un bien por todos nosotros, para salvarnos de nuestros pecados de egoísmos. El dio todo para cumplir con la voluntad del Padre para demostrarnos que nosotros también debemos estar dispuestos a darlo todo para cumplir la voluntad de Dios, para amarnos los unos a los otros como El nos ha amado. Si nosotros no estamos dispuestos a darlo todo para hacer el bien al prójimo, el pecado todavía vive en nosotros. Es por ello que nosotros también debemos dar hasta que duela. No es suficiente que digamos "Amo a Dios". Tengo también que amar a mi prójimo. San Juan nos advierte que somos mentirosos si decimos que amamos a Dios y no amamos a nuestro prójimo.
¿Cómo se puede amar a Dios, a quien no se ve, si no amas a tu prójimo a quien puedes ver, puedes tocar, y con quien vives?
Por lo tanto, es muy importante entender que amar, para que sea verdadero amor, tiene que doler. Debo estar dispuesto a darlo todo, lo que sea para no hacerle daño a la gente y, de hecho, para hacerle el bien. Esto requiere que yo esté dispuesto a dar hasta que duela. De otro modo, no hay verdadero amor en mi y por ende, en lugar de traer buenas noticias, le traigo injusticia, y no traigo paz a los que están a mi alrededor. A Jesús le dolió amarnos. Hemos sido creados a Su imagen para cosas mucho más grandes, para amar y ser amados. Debemos "vestirnos de Cristo" como dicen las Escrituras. Por eso, hemos sido creados para amar y ser amados, Dios se hizo hombre para comprobarnos que podemos amar de la misma manera que El nos amó. Jesús se hace el hambriento, el desnudo, el desamparado, el rechazado, y nos dice, "me lo hicieron a mi". En el último día El le dirá a los de su derecha, "Lo que hicieron a uno de mis pequeños, me lo hicieron a Mi" y también dirá a los de su izquierda, " Lo que dejaron de hacer a uno de mis pequeños, me lo dejaron de hacer a Mi."
Cuando Jesús moría en la cruz, dijo "Tengo sed." Jesús está sediento por su amor, esta es la sed de todos, pobres y ricos. Todos estamos sedientos por el amor de otros, ver que alguien vaya fuera de su camino no solo para dejarnos de hacer un daño sino al contrario para hacernos un bien. Este es el significado del verdadero amor, dar hasta que duela.
Nunca se me olvidará la experiencia que tuve al visitar una institución donde los hijos envían a sus Padres ya de la tercera edad para olvidarse de ellos. Vi que en este hogar, esta gente de tercera edad lo tenía todo, buena comida, un lugar cómodo, televisión, lo tienen todo, sin embargo todos tenían sus miradas puestas en las puertas de entrada. Y no vi a ninguno con una sonrisa en sus rostros. Yo le pregunté a la Hermana: " ¿Porqué ellos, que tienen todas las comodidades aquí, porqué miran hacia las puertas?¿Porqué no sonríen?" Yo estoy tan acostumbrada a ver sonrisas en los rostros de la gente, inclusive hasta los moribundos. Y la Hermana dijo: "Así es aquí todos los días. Ellos siguen esperando, y deseando que un hijo o una hija los vengan a visitar. Ellos están dolidos porque han sido olvidados." Falta de amor trae pobreza espiritual. Tal ves en nuestras propias familias, tenemos a alguien que se sienta solo, enfermo, preocupado. ¿Estamos con ellos? ¿Los acompañamos o los ponemos al cuidado de otros? ¿Estamos dispuestos a dar hasta que duela para estar con nuestras familias, o ponemos nuestros propios intereses primero? Estas son las preguntas que nos debemos hacer, especialmente al comienzo del año de la familia. Debemos recordar que el amor comienza en casa y debemos recordad que "el futuro de la humanidad pasa a través de la familia."
Me sorprendió ver en el Occidente, que tantos jóvenes se entregan a las drogas. Yo he tratado de averiguar porqué. ¿Porqué en el Occidente son así, si tienen muchísimo más que los de Oriente? La respuesta fue: " Porque no hay nadie en sus familias para recibirlos." Nuestros hijos dependen de nosotros para todos, su salud, su nutrición, su seguridad, el conocer y el amar a Dios. Por todo esto, ellos nos miran con confianza, esperanza y expectativa. Pero muy a menudo el Padre y la Madre están tan ocupados que no tienen tiempo para sus hijos, o tal ves ni siquiera están casados o se han dado por vencidos en su matrimonio. Por lo tanto, los niños van a las calles y se involucran con las drogas y con otras cosas. Hablamos del amor a los niños que es donde el amor y la paz deben comenzar. Estos son los hechos que contribuyen al rompimiento de la paz. Pero siento que el mayor destructor de la paz hoy en día es el aborto, porque es la guerra en contra los niños, el asesinato directo de los inocentes, asesinato de la Madre en contra de si misma.
Si nosotros aceptamos que una Madre asesine a su propio hijo, ¿cómo entonces podemos decirle a otros que no se maten entre sí? ¿Cómo podemos convencer a una mujer de no tener un aborto? Como en todo, debemos persuadirla con amor y nos recordamos que amar significa dar hasta que duela. Jesús dio hasta su vida por amarnos. Así es que, la Madre, que esté pensando en tener un aborto, debe ser ayudada a amar, o sea dar hasta que le duelan sus planes, o su tiempo libre, para que respete la vida de su hijo. El Padre de ese niño, quien quiera que sea, debe dar también hasta que le duela. Con el aborto, la Madre no aprende a amar, sino a matar hasta su propio hijo para resolver sus problemas.
Y con el aborto, al Padre se le dice que no tiene que tener responsabilidad alguna por el niño que ha traído a la vida. El Padre es capaz de poner a otras mujeres en la misma circunstancia. Por lo tanto el aborto solo lleva a más abortos. Cualquier país que acepte el aborto, no le enseña a su gente a amar, sino a utilizar violencia para recibir lo que quieran. Es por esto que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto.
Mucha gente se preocupan bastante por los niños de la India, con los niños de Africa donde muchos mueren de hambre, etc. Mucha gente también se preocupan por toda la violencia en esta gran nación de los Estados Unidos. Preocuparse por esto es bueno. Pero casi siempre a esta misma gente no les interesan los millones que intencionalmente están siendo asesinados por decisión de sus propias Madres. Y este es el mayor destructor de la paz hoy en día - el aborto cegó a la gente.
Y por esto yo apelo en la India y en cualquier lugar - "traigamos de regreso a los niños." El niño es un regalo de Dios para la familia. Cada niño está creado de manera especial a la imagen y semejanza de Dios para grandes cosas. Para amar y ser amado. En este año de la familia, debemos traer a los niños al centro de nuestro cuidado y atención. Esta es la única manera en la que este mundo podrá sobrevivir, porque nuestros hijos son la única esperanza para el futuro. Cuando los ancianos son llamados a donde Dios, solo sus hijos los pueden reemplazar.
¿Pero que es lo que Dios nos dice? El dice: "Aunque la Madre olvidase a su hijo, Yo no te olvidaría. Te he grabado en la palma de mi mano." Todos estamos grabados en la palma de sus manos; el niño que fue abortado, también está grabado en la palma de su mano desde el momento de concepción y es llamado, por Dios, para amar y ser amado, no solo ahora en esta vida, pero para siempre. Dios no nos olvida nunca.
Les diré algo hermoso. Luchamos contra el aborto con la adopción, cuidando a la Madre y adoptando al niño. Hemos salvado a miles de vidas. Le hemos comunicado a las clínicas, a los hospitales y a las estaciones de policía :"Por favor no destruyan a los niños; nosotras nos encargaremos de ellos." Así es que siempre tenemos a alguien que le dice a las Madres en problemas: " Vengan, nosotros te cuidaremos, le conseguiremos un hogar a tu hijo." Y tenemos una gran demanda de parejas que no pueden tener hijos pero nunca le daré un hijo a una pareja que han hecho algo para no tener a un hijo. Jesús dijo "Quien quiera que reciba a este niño en mi nombre, a Mí me recibe." Al adoptar a un niño, estas parejas reciben a Jesús pero, al abortar a un niño, la pareja rechaza a Jesús.
Por favor no asesinen a los niños. Yo quiero a los niños. Por favor entréguenme los niños. Yo estoy dispuesta a aceptar a cualquier niño que lo hayan querido abortar y se lo entregaré a una pareja casada que lo amará y serán amados por ese niño.
Solo en nuestro hogar en Calcuta, hemos salvado a más de 3000 niños del aborto. Estos niños han traído tanto amor y gozo a sus Padres adoptivos y han llegado a crecer llenos de amor y gozo. Yo se que las parejas deben planificar sus familias pero para eso hay planificación familiar natural.
La manera de planificar las familias es por medios naturales no por medios anti conceptivos. Al destruir el poder de dar vida, por medio de la anti concepción, la pareja se hace daño a sí misma. Esto cambia la atención a sí mismos y destruye el regalo de amarse el uno al otro. Al amarse, el uno al otro, la atención está en el amor de uno para el otro. Al amarse, la pareja se da atención el uno al otro y esto es lo que sucede con la planificación familiar natural, y no hacia sí mismos como sucede egoísticamente con la anti concepción. Una vez el amor viviente es destruido por la anti concepción, el aborto le prosigue fácilmente como el paso a seguir.
Yo se que hay grandes problemas en el mundo, que muchas parejas no se aman lo suficiente para utilizar planificación familiar natural. No podemos resolver todos los problemas del mundo, pero no permitan traer el peor problema de todos, y ese es el que destruye el amor. Y esto es lo que pasa cuando la gente practica anti concepción y aborto.
Hay muchos pobres en el mundo. Ellos nos pueden enseñar muchas cosas bellas. Una vez, una de ellas vino a agradecerme por enseñarle planificación familiar natural y dijo: "Ustedes que practican castidad, son los mejores en enseñarnos planificación familiar natural porque no es nada más que auto control por amor del uno al otro." Y lo que esta persona pobre dijo es muy cierto. La gente pobre pueda que no tengan nada que comer, tal ves no tengan un hogar donde vivir, pero son personas grandiosas y muy ricas espiritualmente.
Cuando recojo a una persona e la calle, hambrienta, yo le doy un plato de arroz y un pedazo de pan. Pero una persona que está sola, se siente rechazada, como que nadie la ama, atemorizada, esa persona que ha sido rechazada por la sociedad, tiene una pobreza que es mucho más difícil de vencer y esa es la pobreza espiritual. El aborto, el cual prosigue a la anti concepción, lleva a la gente a ser espiritualmente pobre, y esa es la peor pobreza y la más difícil de vencer.
Los que son materialmente pobres pueden ser gente maravillosa. Una tarde fuimos a recoger cuatro personas de la calle. Una de ellas estaba en una condición horrible. Le dije a las Hermanas :"Ustedes encárguense de las otras tres; yo me encargaré de la que se ve peor." Así es que hice todo lo que mi amor pudo hacer por ella. La acosté en una cama y ella tenía una bellísima sonrisa en su rostro. Ella me tomó de la mano, y dijo una tan sola palabra: "gracias" y luego murió.
No pude hacer nada más que examinar mi conciencia ante ella.Y pregunté "¿Qué diría yo si estuviera en su lugar?" Mi respuesta fue sencilla. Yo hubiese tratado de atraer atención. Hubiera dicho: "tengo hambre, me muero, tengo frío, estoy en dolor" o algo. Pero ella me dio mucho más, ella me dio su gran amor. Y murió con una sonrisa en su rostro. También había un hombre que recogimos de los alcantarillados, medio comido por los gusanos y, después que lo trajimos a la casa, el solo dijo:
"He vivido como un animal en la calle, pero voy a morir como un ángel, amado y cuidado."
Luego, después que le quitamos los gusanos del cuerpo, todo lo que dijo, con una gran sonrisa fue: "Hermana, voy a casa donde Dios" y luego murió. Fue tan maravilloso ver la grandeza de ese hombre que podía hablar así, sin culpar a nadie, sin comparar nada. Como un ángel, esta es la grandeza de la gente que son espiritualmente ricos aunque sean materialmente pobres. No somos trabajadoras sociales. Podremos hacer trabajo social a los ojos de algunas gentes, pero nosotras debemos ser contemplativas en el corazón del mundo. Porque tocamos el cuerpo de Cristo y estamos siempre en su presencia.
Ustedes también deben traer la presencia de Dios a sus familias, porque la familia que reza unida, se mantiene unida.
Hay demasiado odio, demasiada miseria, y con nuestras oraciones, con nuestros sacrificios comenzamos desde el hogar. El amor comienza en casa, y no es cuanto hacemos, pero cuanto amor ponemos en lo que hacemos.
Si somos contemplativas en el corazón del mundo con todos los problemas, estos nunca nos podrán desanimar. Debemos recordar siempre que Dios nos dice en las Escrituras: "Aunque una Madre olvidase a su hijo en su vientre, algo imposible, pero si ella lo llegara a olvidar, Yo nunca te olvidaría." Y por eso me encuentro aquí dirigiéndome a ustedes. Quiero encontrar a los pobres aquí, justo en sus propios hogares primero. Y comenzar a amar ahí. Sean portadores de buenas noticias a su familia primero. Y luego a sus vecinos. ¿Los conocen? Yo tuve una gran experiencia de amor al prójimo con una familia Hindú. Un hombre vino a nuestro hogar y dijo: " Madre Teresa, hay una familia que no ha comido por mucho tiempo. Haga algo." Así es que tomé algo de arroz y fui inmediatamente. Y vi a los niños, sus ojos brillaban de hambre. No se si alguna vez han visto hambre. Yo si y con mucha frecuencia. Y la Madre de la familia tomó el arroz que les di y fue afuera. Cuando regresó, le pregunté: "¿Adonde fue? ¿qué fue lo que hizo?" Y me dio una respuesta muy sencilla: "Ellos también tienen hambre." Lo que me impactó fue que ella sabía eso, y quienes eran también. Una familia de Musulmanes, y ella lo sabía. No traje más arroz esa tarde porque quería que ellos, Hindúes y Musulmanes, disfrutaran de el gozo de compartir. Y los niños irradiaban gozo, compartiendo el gozo y la paz con su Madre porque ella supo amar hasta que le dolió. Y ven que ahí es donde comienza, en casa con la familia.
Así es que, como lo demuestra esta familia, Dios nunca nos olvida y siempre hay algo que ustedes y yo podemos hacer. Podemos mantener el gozo de amar a Jesús en nuestros corazones, y compartir ese gozo con todos los que entremos en contacto. Tomemos una determinación, que ningún niño sea rechazado o que no sea amado, o que no se preocupen por el o que no lo asesinen y lo tiren a la basura. Y den hasta que duela, con una sonrisa.
Ya que hablo mucho de dar con una sonrisa, una vez un profesor de los Estados Unidos me preguntó:"¿Esta casada?" y le dije : "si, y a veces encuentro muy difícil darle una sonrisa a mi esposo, Jesús, porque El puede ser bastante exigente a veces". Esto es verdaderamente cierto.
Y de ahí es de donde sale el amor, cuando es exigente, y cuando todavía podemos darlo con gozo.
Una de las cosas más exigentes para mi es viajar a cualquier lado - y con publicidad. Yo le dije a Jesús que si no voy al cielo por cualquier otra cosa, que iré al cielo por lo menos por todos los viajes, con toda la publicidad, que hago, eso me ha purificado y me ha sacrificado, y en verdad me ha preparado para ir al cielo. Si recordamos que Dios nos ama, y que podemos amar a otros así como El nos ama, entonces América puede llegar a ser una señal de paz para el mundo.
Desde aquí, un aviso de cuidar a los más débiles, a los no nacidos, debe salir hacia el mundo. Si ustedes se convierten en un faro ardiente de justicia y paz en el mundo, entonces verdaderamente serán fieles a lo que los fundadores de este país representaban. Que Dios los bendiga!
¡Enséñame, Señor! / Enviado por Juan Luís Martinez
Enséñame, Señor, a ser dulce y delicado en todos los acontecimientos de la vida, en los desagrados, en la inconsideració n de otros, en la insinceridad de aquellos en quien confiaba, en la falta de fidelidad de aquellos en quienes yo descansaba.
Ayudame que ponga a mi 'yo' a un lado, para pesar en la felicidad de los otros; te entrego mis penas y mis angustias, para que así nadie tenga que sufrir sus efectos.
Enséñame a aprovecharme del sufrimiento que se me presenta en mi camino. Enséñame que lo use de tal manera que sirva para suavizarme, no para endurecerme ni amargarme; de modo que me haga paciente, no irritable; generoso en mi perdón, no mezquino, altivo e insufrible.
Que nunca alguien sea menos bueno por haber percibido mi influencia. Que no veamos a nadie menos puro, menos veraz, menos bondadoso, menos digno en nuestro camino: la VIDA ETERNA.
Que yo viva mi vida para el bien, y vigorosa en su empeño de santidad.
sábado, 8 de septiembre de 2007
Alguien necesita de ti / Enviado por Sebastían Mendez
En la calle vi a una niñita temblando de frío con un vestido ligero,
con poca esperanza de encontrar una comida caliente.
Me enojé y le dije a Dios:
-¿Por qué permites esto?, ¿Por qué no haces algo para remediar
esto?
Dios me miró a los ojos y no dijo nada, luego me respondió:
-“Ya hice algo para remediarlo… Te hice a ti”.
Reflexionemos
Nuestra labor de amor para con Dios y nuestro prójimo es tratar de remedir algunas cosas!!!
Felicitemos a María el día de su Natividad
viernes, 7 de septiembre de 2007
Acoger la Palabra de Dios para dar frutos comunitarios / Autores: Conchi y Arturo
Hoy queremos abordar el delicado tema de la vida en comunidad. Hay dos tipos básicos de comunidad cristiana: la familia y la parroquia. Entendemos por comunidad el lugar donde vivir la vida como Cristo la revela en los Evangelios, mostrando la voluntad del Padre del Cielo. Fe y obras aplicadas a cada instante de nuestra existencia.
Hay otras muchas variedades de vivir en comunidad cristiana: grupos de oración y profundización con compromisos concretos, comunidades de vida y asociaciones laicales, ordenes religiosas....Incluso los propios sacerdotes diocesanos deberían
formar una autentica comunidad como Jesús lo hizo con sus discípulos.
Vamos a descubrir que la verdadera comunidad cristiana crece y se fortalece sólo como fruto de la gracia de Dios. Constatar nuestras debilidades y excusas es algo que nos disgusta profundamente y solemos responsabilizar a los otros de la falta de frutos espirituales.
Los Hechos de los Apóstoles nos iluminan de como después de vivir Pentecostés nacen las primeras comunidades que son luz para el mundo. Analicemos como surgieron:
"Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas 3.000 almas". (Hechos 2, 41)
Acoger la Palabra de Dios implica ORAR. Orar siempre y en todo lugar. La oración hace crecer en nuestro corazón la semilla de la Palabra de Dios escuchada. Siempre cuando leemos las Sagradas Escrituras o escuchamos su proclamación deberíamos abrir todo nuestro ser con la oración: "Señor haz que la comprenda, que la proclame y que la viva"
Los Apóstoles habían acogido la Palabra de Jesús, quien les indicó que permanecieran unidos esperando al Consolador. Y estaban reunidos orando cuando se produjo la venida del Espíritu Santo. Es como consecuencia de la efusión o fuego del Espíritu de la Verdad que les capacita, que proclaman la muerte y resurrección de Cristo como fuente de salvación.
Fijemonos en que los Apóstoles dan su testimonio de vida con Jesús y que sus explicaciones son ungidas por el Espíritu Santo para convertir a 3.000 personas. Sus frases se convierten en Palabra de Dios Viva y eficaz. Por tanto la Palabra del Padre puede ser anunciada por cualquier bautizado. ¿Realmente escuchamos a quienes nos dan la palabra hecha carne en nuestro grupo o parroquia? Muchas veces hemos oído que "a tal o a cual le falta formación y no puede hacer ese servicio". Nosotros en cambio nos sentimos preparados para todo.
Sólo la escucha del la Palabra de Dios en la Escritura y en los demás hará posible nuestro crecimiento y el de nuestra comunidad familiar, parroquial o de vida. Los 3000, que se unieron a los Apóstoles, escucharon tan profundamente que se hicieron bautizar y se pusieron al servicio de la comunidad. Sólo en la escucha podremos discernir los dones únicos que Dios nos ha dado para hacer crecer su Reino comunitariamente. Tener mil capacidades naturales no nos autoriza a querer ser el primero en todo, mandar en todo y generar confusión.
Jesús en Mateo 20, 25-28, habla de lo que significa realmente tener comunión y ser templos vivos del Espíritu Santo: "Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".
Lo explica Henri Nouwen en una meditación publicada este mismo mes: la comunidad supone negarse a uno mismo y dar la vida como Cristo la dio por nosotros por los demás. Debemos salir de nuestros placeres y egoísmos para hacer del Amor nuestra fuente de Agua Viva. Para ello no es necesario marcharse del lugar donde uno vive. Hay distintas llamadas y dones pero es el mismo Espíritu quien construye el Cuerpo de Cristo. Nosotros sólo podemos aplicar técnicas e ideas premeditadas que son castillos en el aire.
El Espíritu Santo nos ha sido dado para poder testimoniar con autoridad y autenticidad que Jesús está Vivo y nos salvó de nuestros pecados muriendo en la cruz y resucitando. Como dice también en su meditación José H. Prado Flores, publicada este mismo mes, el Espíritu Santo nos ha sido dado para evangelizar. La evangelización nuca es posible si no se hace en comunidad.
La ausencia de los frutos del Espíritu en cualquier actividad evangelizadora o pastoral, son sencillamente la constatación que no existe una autentica comunidad cristiana. San Pablo lo explica con concreción en la carta a los Gálatas 5, 16-26:
"Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne. Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais. Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley.
Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias. Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu.
No busquemos la gloria vana provocándonos los unos a los otros y envidiándonos mutuamente".
Uno puede desear acercarse al Señor y en cambio padecer hábitos sexuales como la fornicación, la impureza o el libertinaje en todas sus expresiones. Hemos visto que las necesidades afectivas sin el Amor de dios de por medio son fruto de heridas de relaciones en nuestra infancia y adolescencia. Dios desea que seamos conscientes que Él nos quiere regalar su Amor que nos dará fidelidad y dominio de sí. Pero la decisión es nuestra y si seguimos con nuestros hábitos eso va destruyendo nuestro corazón y minando nuestra comunidad, porque nos vamos incapacitando para servir con los dones únicos que Dios a sembrando para la edificación del Cuerpo de Cristo.
Es muy sencillo y gratificante ser de una comunidad de cualquier tipo cuando las cosas funcionan. Lo dificil es permanecer fiel en nombre del señor dando testimonio cuando por ejemplo uno tiene en su comunidad familiar o parroquial personas con problemas síquicos importantes. Hemos conocido casos de esquizofrenía en donde el enfermo ha dejado la medicación y ha tenido una crisis mientras orábamos intentando matarnos con un cuchillo. Amar a esa persona siempre por fidelidad a Dios será siempre fruto de la comunidad.
Recordamos también a una mujer que se creía la patriarca de la familia, trataba a los hijos como si fuera una enviada de Dios. Les imponía sacrificios como comer de rodillas alimentos pisoteados por ella. Cometió incesto. Acabó trastornandose siquicamente y dividiendo a toda la familia y las comunidades cristianas por donde pasaba. Amarla era una cuestión de oración permanente ante el Señor. Fruto de eso sus hijos de fe piadosa y esforzados en comprometerse con el Señor crecieron con envidias, odios y celos entre ellos. No se sentían bien ni en sus casas con sus cónyuges e hijos, no en ninguna acción pastoral en la Iglesia. Ante esto sólo Dios puede convertir las tinieblas en luz y el odio en amor. Siempre en comunidad, acogiendo la Palabra de Dios.
Danos Padre Santo el don de tu Espíritu Santo para que podamos hacer crecer comunidades cristianas evangelizadoras donde el rostro de Cristo sea visible en todos sus miembros y pueda transformar en Amor el corazón de tantos corazones sufrientes. Capacitanos para ser fieles como miembros activos u vivos del Cuerpo de Cristo. Señor que crezca tu Reino.
Asómbrate / Autor: P. Jesús Higueras
Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar." Simón le respondió: "Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes." Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían. Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: "Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador."
Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: "No temas. Desde ahora serás pescador de hombres." Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.
(Lc 5, 1-11)
El otro día me regalaron un libro con un título que en principio podría parecer irreverente, un libro de José María Rueda: “¿Cómo eres Dios?, ¡Dios, cómo eres!”. Pero ese titulo expresa muy bien el asombro del descubrimiento del modo de ser de Dios. Asombro aparece en el apóstol Pedro, después de haber visto cómo el Señor le manda echar la red y la saca llena hasta arriba, se tira a sus pies exclamando: “Apártate de mí, que soy un pecador” y todos se quedaban asombrados.
Estamos tan “acostumbrados” a Dios... Desde pequeños hemos visto cuadros, crucifijos, un arte magnífico, una cultura religiosa, que ha formado parte tanto de nuestra historia como de nuestra identidad. Esto es bueno y es positivo, pero hemos perdido tal vez la capacidad de asombrarnos ante la experiencia de Dios. El evangelio, lo que nos plantea a muchos creyentes es un reto, el reto de recuperar nuestra capacidad de asombro. Esa frase que hoy en día dice tanta gente: “qué alucine”. Qué alucinante ha sido, ver una película buena, que alucinante ha sido la primera vez que le he dicho a una persona que la quería, que alucinante y que maravillosa ha sido la experiencia de la primera vez que he visto el rostro de mi hijo, o cuando el medico me ha anunciado la sanación de una persona muy querida, porque el ser humano sigue teniendo una capacidad muy grande para asombrarse, para asombrarse de la belleza, para asombrarse de la ternura, para asombrarse de tantas cosas que no somos conscientes que están dentro de nosotros y que sin embargo forman parte de nuestro tesoro personal.
Deberíamos preguntarnos si Dios es capaz de asombrarnos, o si por el contrario se nos ha metido ya en nuestra práctica religiosa, en nuestro modo de vivir el evangelio tal rutina, tal acostumbramiento que todo nos parece igual. Siempre son los mismos sermones, siempre son las mismas cosas las que nos dicen los curas, siempre cabe esperar lo mismo de las personas creyentes. Sin embargo para el creyente que ha tenido un encuentro con Cristo y que ha sabido hacer una lectura profunda de la intervención de Dios en su vida, no debería de dejar cada día de abrir la boca y decir: Dios mío, ¡cómo eres!, ¡cómo te portas conmigo!, ¿porqué tienes tanto interés en mí?, porque si no, es muy posible que terminemos como tantas veces se nos ha reprochado desde ámbitos no creyentes, con una fe aburrida,
Podríamos recuperar nuestra capacidad de asombro ante Dios, si fuéramos capaces de recuperar nuestra posibilidad de ser orantes, de sacar un rato cada día para charlar con Él, para escucharle, para contarle, para dejarnos llenar, para cargar las pilas espirituales.
Señor, que yo siempre me asombre ante tus cosas, que no te trate como a uno más, sino que sea siempre alguien especial, que yo tenga ojos para ver y para comprender que todo lo que haces siempre, y especialmente aquello que es menos llamativo y menos conocido es algo espectacular. Espectacular. Lo menos importante es a veces lo más bello si está tu mano encima de ello.
¿Cómo hablar de la Eucaristía sin temblar? / Autor: P. Daniel Ange
Publicamos algunos pasajes de la meditación del monje francés Daniel Ange, fundador de la escuela de oración «Jeunesse lumière» pronunciada ante los jóvenes de la diócesis de Roma reunidos en la Basílica de San Juan de Letrán el año 2005 en un encuentro de preparación de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
* * *
¿Cómo hablar de la Eucaristía sin temblar? Nuestras palabras pueden deformar mucho lo que es el misterio más grande de los Misterios de Dios. Somos como Moisés ante la zarza ardiente, querríamos postrarnos en el suelo. El fuego del Espíritu, el fuego del Amor arde en la Hostia, y no nos parece más que pan, no vemos cómo se hace ceniza. ¡Cuando recibo este Cuerpo en el que arde el amor, es un milagro el que mi carne no prenda fuego! […]
Ahora nos sumergimos en el silencio. ¿Por qué el silencio? Porque es el canto más bello para la adoración. La Eucaristía es la Navidad: en Belén todo está rodeado de silencio. A parte de la música celestial de los ángeles, María, José, los pastores, los Magos, no dicen una sola palabra. Su sorpresa es tan grande ante la belleza del Niño que no pueden decir nada. Y él sólo habla con su sonrisa y con sus ojos. En sus ojos brilla la luz del cielo, y la luz es silenciosa.
La Eucaristía es la Pasión de Jesús. Y durante la Pasión, Jesús calla. Sólo pronuncia unas cuantas palabras, sobre todo las siete palabras en la cruz: las últimas, su testamento. Pero hay un gesto que es más fuerte que todas las palabras, es una firma al final de todas las demás, al final del Evangelio: una palabra silenciosa, un gesto: su corazón traspasado por la lanza. Inmenso grito, silencioso.
María y Juan no hablan: testigos silenciosos, todos están absortos por el misterio… Y nuestro Santo Padre se ha convertido totalmente como en un grito de silencio, inmenso, que grita ante el mundo, como Francisco: «¡El Amor no es amado!». Y como Teresita [del Niño Jesús, ndr.]: «Amar es hacer amar al Amor». Amar tanto que todos puedan amar al Amor, y dejarse amar.
La Eucaristía es la Resurrección. En el día de Pascua, Jesús invitó a contemplarle en silencio: María Magdalena, los discípulos de Emaús, Tomás… De su silencio sorprendido surgen algunas palabras, gritos de alegría: ¡Maestro amado! ¡Quédate junto a nosotros! ¡Señor mío y Dios mío! Es lo que tenemos que decir hoy, con Francisco: «¡Mi Dios y mi todo!».
Y ahora Jesús, en el cielo, sigue caminando con nosotros y nos habla. ¿Cómo? Sobre todo con la Eucaristía. Y la Eucaristía es misterio de silencio. Jesús nos espera. Nos escucha. Nos ama. ¿No es acaso el silencio el lenguaje más fuerte del Amor? El lenguaje de un corazón que está demasiado lleno, y al mismo tiempo demasiado herido [...].
El silencio de la adoración es un silencio que ama y que escucha. Escucha porque ama. Ciertamente hay que aclamarlo, alabarlo, cantarlo, como los jóvenes en la mañana de Ramos en Jerusalén (¡la primera Jornada Mundial de la Juventud!). Jesús estaba tan contento que les defendió: si ellos callan, las piedras gritarán. Pero después de haber cantado desgañitándose y antes de recibir su bendición, tenemos que prestar oído, escuchar el silencio, quizá Él tiene algo que decirnos. Dejémosle el micrófono. Él no nos lo pide, porque es tímido, el Señor… Su voz discreta no se impone nunca sobre nuestros decibeles. Susurra y yo no lo escucho […]. Quedémonos aquí. Escuchemos.
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