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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Página web de Escuchar la Voz del Señor

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domingo, 16 de agosto de 2020

Jesús Cabello, cantautor católico al que la Virgen salvó de una leucemia: «Tuve un encuentro con Jesucristo impresionante y supe que está vivo y que tengo una misión»

*  «Sentí un abrazo que me cambió la vida. El cantante cristiano debe tener una historia con Dios, una relación constante de acercamiento y perseverancia. De lo contrario, podemos cantar como los ángeles pero no llegaremos al corazón de los que nos oyen. Dios sólo es el que puede cambiar las vidas, no un músico. Si quieren hacer música católica, aprendan a hacer oración»

El cantautor Jesús Cabello cuenta su testimonio de vida en la Catedral de Córdoba ante el obispo de la diócesis y más de mil jóvenes de los colegios religiosos de la provincia en octubre de 2018

*  «Recuerdo que siempre he sido muy enamoradizo. Me quedaba prendado de muchas chicas. Eso me hacía pensar que tenía vocación de casado. Pero por otro lado, nunca podía iniciar una relación con ninguna de ellas, mientras el sentimiento religioso se acentuaba, más si cabe con la ordenación de sacerdote de mi hermano mayor. A los dieciocho años estaba decidido a dar un paso adelante para ser cura. Antes de empezar la licenciatura en la universidad, mientras maduraba la idea de ser sacerdote, fui a unos ejercicios espirituales para jóvenes. Fue una semana en silencio, de oración. Una noche me senté a cenar con gente que no conocía de nada, de otras provincias. Justo enfrente de mí había una chica de ojos grandes y brillantes. Nos miramos, nos sonreímos. Antes de saber su nombre, tenía la certeza de que me iba a casar con ella, y así fue. Sentí mucha paz, algo así como un “¡te encontré!”. Siete años después, Paloma y yo nos casamos en esa misma casa de espiritualidad»

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