* «Nos ayuda rezar por los problemas de cada uno pero como si el problema fuera conjunto. Y muchas veces notas también que Dios te ayuda a través de la palabra del otro, que ha dicho lo que necesitabas en ese momento. Rezar juntos, rezar por individual, antes de tomar decisiones, por tontas que sean, pedirle ayuda y consejo, y, sobre todo, darle gracias siempre por todo. Aprovechad para conocer su voluntad en vuestro noviazgo, ya que el noviazgo está para que os conozcáis y preparéis mutuamente para ser el camino de santidad del otro, si es que queréis que Dios participe en el»
* «Tener a Dios cerca te da esperanza, y mucha; te sientes abandonado en buenas manos, unas manos que, pase lo que pase, te van a sostener. En los momentos de crisis y miedos, Dios no se va, se queda y se hace más presente, esperando a que acudas a Él, y te garantizo que da paz y alivio espiritual. Y es que en pareja pasa igual, cualquier problema que surja, lo abandonáis juntos en sus manos, y da paz siempre. En definitiva, pedir juntos: luz para ver y fuerza para querer. Y no nos podemos olvidar de nuestra mayor compañera y compinche, Nuestra Madre María, ella está deseando que acudamos a ella para mimarnos, ella también fue novia, ¿Qué mejor aliada para que nos ayude?»
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