* «La pandemia ha puesto de relieve lo vulnerables e interconectados que estamos todos. Si no cuidamos el uno del otro, empezando por los últimos, por los que están más afectados, incluso de la creación, no podemos sanar el mundo. Es loable el compromiso de tantas personas que en estos meses están demostrando el amor humano y cristiano hacia el prójimo, dedicándose a los enfermos poniendo también en riesgo su propia salud. ¡Son héroes! Sin embargo, el coronavirus no es la única enfermedad que hay que combatir, sino que la pandemia ha sacado a la luz patologías sociales más amplias. Una de estas es la visión distorsionada de la persona, una mirada que ignora su dignidad y su carácter relacional. A veces miramos a los otros como objetos, para usar y descartar. En realidad, este tipo de mirada ciega y fomenta una cultura del descarte individualista y agresiva, que transforma el ser humano en un bien de consumo»
Video completo de la transmisión en directo realizada por 13 TV de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
* «Mientras todos nosotros trabajamos por la cura de un virus que golpea a todos indistintamente, la fe nos exhorta a comprometernos seria y activamente para contrarrestar la indiferencia delante de las violaciones de la dignidad humana. Esta cultura de la indiferencia que acompaña la cultura del descarte: las cosas que no me tocan no me interesan. La fe siempre exige que nos dejemos sanar y convertir de nuestro individualismo, tanto personal como colectivo; un individualismo de partido, por ejemplo. Que el Señor pueda “devolvernos la vista” para redescubrir qué significa ser miembros de la familia humana. Y esta mirada pueda traducirse en acciones concretas de compasión y respeto para cada persona y de cuidado y custodia para nuestra casa común»
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