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miércoles, 7 de mayo de 2025

La primera fumata del Cónclave, a las 21 horas, es negra

7 de mayo de 2025.- (Camino Católico) Una larga espera que comenzó tras el Extra Omnes, la fórmula latina con la que se cierran las puertas de la Capilla Sixtina para el inicio del Cónclave. En el interior, los 133 cardenales escucharon la meditación del padre Raniero Cantalamessa, predicador emérito de la Casa Pontificia y, luego, comenzó la preparación y distribución de las tarjetas por parte de los maestros de ceremonias que fueron llamados a la Capilla junto al secretario del Colegio Cardenalicio, Mons. Ilson de Jesus Montanari, y el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Mons. Diego Ravelli. A continuación se hizo un sorteo para elegir tres escrutadores, tres infirmari - los delegados encargados de recoger los votos de los enfermos - y tres oyentes, y luego la votación. 

Mientras tanto, unas 45.000 personas acudían a la Plaza de San Pedro, con la nariz en alto, contemplando la chimenea de la Capilla Sixtina, que desde hacía un tiempo estaba habitada por unas gaviotas que, a menudo, monopolizaban la atención de la multitud. Una plaza coloreada por banderas de diferentes países del mundo, iluminada por los focos de las cámaras de vídeo, los flashes de muchas cámaras y los de los móviles de peregrinos, creyentes y curiosos. A veces escuchamos aplausos, gritos para pasar el tiempo de espera, presenciamos comparaciones e hipótesis sobre por qué no había humo después de más de tres horas. 



A las 21 horas llegó el humo negro. La plaza recibió la noticia con un rugido. Por tanto, los cardenales votantes no eligieron al 267º Pontífice de la historia de la Iglesia. 


Mañana por la mañana, jueves 8 de mayo, los cardenales electores se reunirán antes de las 8 en el Palacio Apostólico, para celebrar la Santa Misa y las Laudes en la Capilla Paulina. Luego se retirarán a la Capilla Sixtina a las 9.15 para recitar la Ora Media y luego procederán a la votación. Almuerzo sobre las 12.30 en Santa Marta, salida a las 15.45 hacia el Palacio Apostólico, luego a las 16.30 retiro en la Capilla Sixtina con dos votaciones más y al final (sobre las 19.30) celebración de las Vísperas.


Si el Papa no es elegido en la primera votación de la mañana, se realiza una segunda de inmediato. Ambas papeletas se queman juntas, lo que da lugar a una posible fumata hacia las 12:00 p.m. Si, en cambio, el Pontífice es elegido en la primera votación de la mañana, el humo blanco aparecerá poco después de las 10:30a.m.


El mismo proceso se repite en la tarde. Tras un breve descanso, se realizan otras dos votaciones. Si ninguna es concluyente, la fumata se espera alrededor de las 7:00p.m. Pero si el Papa es elegido en la primera votación de la tarde, la fumata blanca se vería poco después de las 5:30p.m.


Fotos: Vatican Media, 7-5-2025

Así ha empezado el Cónclave para elegir el nuevo Papa hasta el “Extra omnes”


7 de mayo de 2025.- (Camino Católico)  A las 16’30 horas de este miércoles 7 de mayo ha empezado formalmente el cónclave, en el que 133 de los 135 cardenales menores de 80 años, elegirán al nuevo Obispo de Roma y Pontífice de la Iglesia Católica, tras la muerte el pasado 21 de abril del Papa Francisco.  En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha todo el inicio del Cónclave.



La ceremonia de ingreso en el cónclave, que se celebra en la Capilla Sixtina, ha comenzado con los purpurados congregados en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico para formar la procesión. 



En principio, hubiera tenido que ser el decano del Colegio Cardenalicio, Cardenal Giovanni Battista Re, quien presidiera la ceremonia. Sin embargo, debido a que supera los 80 años y no participará en el cónclave, al igual que su vicedecano, Cardenal Leonardo Sandri, el cónclave será dirigido por el ex secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin.


Después de invocar a la Santísima Trinidad, el Cardenal Parolin se ha dirigido a sus hermanos en el purpurado: “Venerables hermanos: celebrados los divinos misterios, entramos ahora en Cónclave para elegir al Romano Pontífice. Toda la Iglesia, unida a nosotros en oración, invoca sin cesar la gracia del Espíritu Santo, para que sea elegido por nosotros un Pastor digno de todo el rebaño de Cristo”.


“Que el Señor dirija nuestros pasos por el camino de la verdad, para que, por intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y de todos los santos, hagamos siempre lo que le agrada”, ha concluido la oración inicial. 



A continuación, se ha formado la procesión de entrada. El maestro de ceremonias ha iniciado el cortejo solemne, portando la cruz, acompañado de dos ceroferarios (portadores de dos luminarias). Tras ellos, los cantores, un representante de los protonotarios numerarios, otro del Tribunal de la Rota Romana, el cardenal Raniero Cantalamessa que ha realizado una meditación en presencia de los cardenales electores, el vicecamarlengo, Mons. Ilson de Jesús Montanari, y el secretario del Colegio de Cardenales.


A continuación, han seguido los cardenales electores: los diáconos, los presbíteros y los obispos; por último, el Cardenal Parolin, acompañado por el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Mons. Diego Ravelli, Arzobispo titular de Recanati.


El recorrido hasta la Capilla Sixtina se ha realizado de manera ordenada, entonando la letanía de los santos. Al llegar al lugar, cada purpurado ha ocupado su lugar y los Evangelios se han colocado en un lugar destacado en la Capilla Sixtina. 



Inmediatamente se ha invocado al Espíritu Santo con el canto del Veni Creator Spiritus, tras el que todos los presentes han guardado un momento de silencio para recogerse en oración. 


Entonces, el Cardenal Parolin ha orado de la siguiente manera: “Oh Padre, que guías y cuidas de tu Iglesia, da a tus siervos el Espíritu de entendimiento, de verdad y de paz, para que se esfuercen por conocer tu voluntad y te sirvan con total entrega. Por Cristo nuestro Señor. Amén”.




Juramento de los cardenales electores


Tras la oración, los cardenales electores han procedido a pronunciar el juramento de acatamiento a la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis que regula las disposiciones para la elección de un nuevo Pontífice. 



Además, se han comprometido delante de Dios a cumplir las obligaciones como sucesor de San Pedro, con la siguiente fórmula: “Asimismo, prometemos, nos comprometemos y juramos que cualquiera de nosotros que, por disposición divina, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a cumplir fielmente el munus Petrinum como Pastor de la Iglesia universal y no dejará de afirmar y defender enérgicamente los derechos y la libertad espiritual y temporal de la Santa Sede”.


El juramento, ha concluido con el compromiso de guardar secreto sobre lo que suceda durante el cónclave y rechazar cualquier interferencia externa sobre la elección: 


“Ante todo, prometemos y juramos observar con la máxima fidelidad y ante todos, clérigos y laicos por igual, el secreto respecto a todo lo que de algún modo se relacione con la elección del Romano Pontífice y con lo que ocurra en el lugar de la elección, ya sea directa o indirectamente relacionado con el escrutinio; no violar este secreto en modo alguno, ni durante ni después de la elección del nuevo Pontífice, a menos que se cuente con la autorización explícita del mismo Pontífice; no prestar nunca ningún apoyo o favor a cualquier interferencia, oposición o cualquier otra forma de intervención por la que autoridades seculares de cualquier orden y grado, o cualquier grupo de personas o individuos, quisieran interferir en la elección del Romano Pontífice.”



Al concluir la lectura del contenido de este  compromiso solemne, los cardenales, de uno en uno, han dicho: “Y yo, Cardenal N., prometo, obedezco y juro”. Y, poniendo la mano sobre el Evangelio, añade: “Así que Dios me ayude y estos santos Evangelios que toco con la mano”.


“Extra omnes”


Tras la toma del juramento, Mons. Ravelli ha pronunciado la famosa expresión “Extra omnes” (Todos fuera), tras la que todos los que no participan en el cónclave han abandonado la Capilla Sixtina, dejando a los purpurados bajo la cúpula decorada con alegorías del juicio final realizada por Miguel Ángel Buonarroti en el siglo XVI.



A continuación, en presencia de Mons. Ravelli, los cardenales han atendido a una predicación del cardenal Raniero Cantalamessa sobre “la grave tarea que les espera y la necesidad de que actúen con recta intención en la elección del Romano Pontífice, buscando hacer la voluntad de Dios y teniendo como único objetivo el bien de toda la Iglesia”.


Al concluir dicha predicación, es cuando tanto Cantalamessa como el maestro de ceremonias, han abandonado la Capilla Sixtina, se han cerrado las puertas y se han colocado guardias en todas las entradas. 



Entonces, el Cardenal Parolin ha preguntado a los presentes si es posible “iniciar el proceso de la elección, o si fuera preciso aún aclarar dudas sobre las normas” contenidas en Universi Dominici Gregis.


Si no ha habido más objeciones, se ha procedido como está estipulado en la Constitución Apostólica para la elección de un nuevo Pontífice.


Las votaciones


Durante los días que dure el cónclave, los cardenales realizarán cuatro votaciones cada jornada: dos por la mañana y dos por la tarde. A cada bloque de votaciones le sigue una fumata, que será negra si no se ha alcanzado un acuerdo, o blanca si ya se ha elegido al nuevo Pontífice.


El único día que solo hay votaciones por la tarde es hoy miércoles, y en consecuencia, habrá una fumata poco después de las 7:00p.m. (hora de Roma), según confirmó el Vaticano.


En los días siguientes, si el Papa no es elegido en la primera votación de la mañana, se realiza una segunda de inmediato. Ambas papeletas se queman juntas, lo que da lugar a una posible fumata hacia las 12:00 p.m. Si, en cambio, el Pontífice es elegido en la primera votación de la mañana, el humo blanco aparecerá poco después de las 10:30a.m.


El mismo proceso se repite en la tarde. Tras un breve descanso, se realizan otras dos votaciones. Si ninguna es concluyente, la fumata se espera alrededor de las 7:00p.m. Pero si el Papa es elegido en la primera votación de la tarde, la fumata blanca se vería poco después de las 5:30p.m.


Así, los fieles deberán estar atentos a cuatro posibles momentos de fumata cada día: dos hacia el mediodía y dos al anochecer. Sin embargo, el primer día solo habrá una oportunidad de ver humo, al finalizar la única votación de la tarde.


La fumata se produce al quemar las papeletas cada cardenal, junto con compuestos químicos que tiñen el humo de negro o blanco. Tras la fumata blanca, las campanas de San Pedro repicarán con fuerza para confirmar el esperado “Habemus Papam”.


Foto: Vatican Media, 7-5-2025

Cardenal Re en homilía en la misa por la elección del Romano Pontífice: «Invoquemos al Espíritu Santo, su luz y su fuerza, para que sea elegido el Papa que la Iglesia y la humanidad necesitan en este momento tan difícil»

* «Rezar, invocando al Espíritu Santo, es la única actitud justa y necesaria, mientras los cardenales electores se preparan a un acto de máxima responsabilidad humana y eclesial, y a una decisión de gran importancia; un acto humano por el cual se debe abandonar cualquier consideración personal, y tener en la mente y en el corazón sólo al Dios de Jesucristo y el bien de la Iglesia y de la humanidad»  

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la homilía del  cardenal Re

* «Que la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, intervenga con su intercesión maternal, para que el Espíritu Santo ilumine las mentes de los cardenales electores y los haga concordes en la elección del Papa que necesita nuestro tiempo» 

Camino Católico.- El Cardenal Giovanni Battista Re, quien ha presidido la Misa por la elección del Pontífice antes de que comience el cónclave, ha implorado la luz del Espíritu Santo para que sea elegido el Papa “que la Iglesia y la humanidad necesitan en este momento de la historia tan difícil y complejo”. La Misa se ha celebrado en la Basílica de San Pedro a las diez de esta mañana, con la asistencia de todo el Colegio Cardenalicio –electores y no electores–, numerosos obispos y una multitud de fieles.


El Cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, quien a sus 91 años ya no tiene derecho a voto, ha pronunciado esta última relevante homilía antes del inicio del cónclave.  Los cardenales entraron en una solemne procesión según el orden de diáconos, presbíteros y obispos. 



Al inicio de su homilía, el purpurado centró su reflexión en la escena de Pentecostés, narrada en los Hechos de los Apóstoles (cf. Hch 1,14), para señalar que, como entonces hicieron los apóstoles, los cardenales también se encuentran “bajo la mirada de la Virgen” y acompañados por todo el pueblo de Dios, que “está unido a nosotros con su sentido de fe, su amor al  Papa y su confiada esperanza”. 



“Estamos aquí para invocar el auxilio del Espíritu Santo, para implorar su luz y su fuerza, a fin de que sea elegido el Papa que la Iglesia y la humanidad necesitan en este momento de la historia tan difícil y complejo”, remarca a continuación. Subraya que invocar al Espíritu Santo “es la única actitud justa y necesaria” ante un acto de “máxima responsabilidad humana y eclesial”.


Según el purpurado, los electores se enfrentan a una “decisión de gran importancia; un acto humano por el cual se debe abandonar cualquier consideración personal, y tener en la mente y en el corazón sólo al Dios de Jesucristo y el bien de la Iglesia y de la  humanidad”. El texto íntegro de la homilía es el siguiente:



SANTA MISA

«PRO ELIGENDO ROMANO PONTIFICE»


HOMILÍA DE SU EMINENCIA REVERENDÍSIMA

EL SEÑOR CARDENAL GIOVANNI BATTISTA RE,

DECANO DEL COLEGIO CARDENALICIO


Basílica de San Pedro

Miércoles, 7 de mayo de 2025


En los Hechos de los Apóstoles se lee que, después de la ascensión de Cristo al cielo y en espera de Pentecostés, todos perseveraban unidos en la oración junto con María, la Madre de Jesús (cf. Hch 1,14).


Es precisamente lo que también nosotros estamos haciendo a pocas horas del inicio del cónclave, bajo la mirada de la Virgen colocada al lado del altar, en esta Basílica que se eleva sobre la tumba del apóstol Pedro.        


Notamos como todo el pueblo de Dios está unido a nosotros con su sentido de fe, su amor al Papa y su confiada esperanza.


Estamos aquí para invocar el auxilio del Espíritu Santo, para implorar su luz y su fuerza, a fin de que sea elegido el Papa que la Iglesia y la humanidad necesitan en este momento de la historia tan difícil y complejo.


Rezar, invocando al Espíritu Santo, es la única actitud justa y necesaria, mientras los cardenales electores se preparan a un acto de máxima responsabilidad humana y eclesial, y a una decisión de gran importancia; un acto humano por el cual se debe abandonar cualquier consideración personal, y tener en la mente y en el corazón sólo al Dios de Jesucristo y el bien de la Iglesia y de la humanidad.


En el Evangelio que ha sido proclamado han resonado palabras que nos conducen al corazón del mensaje-testamento supremo de Jesús, entregado a sus Apóstoles en la tarde de la última cena en el Cenáculo: «Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado» (Jn 15,12). Y para precisar ese “como yo los he amado” e indicar hasta dónde debe llegar nuestro amor, Jesús afirma a continuación: «No hay amor más grande que dar la vida por los amigos» (Jn 15,13).


Es el mensaje del amor, que Jesús define mandamiento “nuevo”. Nuevo porque transforma en positivo y amplía en gran medida la exhortación del Antiguo Testamento, que decía: “No hagas a los demás lo que no quisieras que te hagan a ti”.


El amor que Jesús revela no conoce límites y debe caracterizar los pensamientos y la acción de todos sus discípulos, que en su conducta siempre deben manifestar un amor auténtico y comprometerse en la construcción de una nueva civilización, que Pablo VI llamó “civilización del amor”. El amor es la única fuerza capaz de cambiar el mundo.


Jesús nos ha dado ejemplo de este amor al comienzo de la última cena con un gesto sorprendente: se abajó al servicio de los demás, lavando los pies a los Apóstoles, sin discriminaciones, sin excluir a Judas que lo iba a traicionar.


Este mensaje de Jesús se enlaza con lo que hemos escuchado en la primera lectura de la Misa, en la que el profeta Isaías nos ha recordado que la cualidad fundamental de los Pastores es el amor hasta el don total de sí.


De los textos litúrgicos de esta celebración eucarística nos llega, por tanto, una invitación al amor fraterno, a la ayuda mutua y al compromiso por la comunión eclesial y la fraternidad humana universal. Entre las tareas de todo sucesor de Pedro está la de acrecentar la comunión: comunión de todos los cristianos con Cristo; comunión de los obispos con el Papa; comunión entre los obispos. No una comunión autorreferencial, sino dirigida totalmente a la comunión entre las personas, los pueblos y las culturas, velando para que la Iglesia sea siempre “casa y escuela de comunión”.


También es fuerte la llamada a mantener la unidad de la Iglesia en la senda trazada por Cristo a los Apóstoles. La unidad de la Iglesia es querida por Cristo; una unidad que no significa uniformidad, sino una firme y profunda comunión en la diversidad, siempre que se mantenga en plena fidelidad al Evangelio.


Todo Papa sigue encarnando a Pedro y su misión, y de esa manera representa a Cristo en la tierra; él es la roca sobre la cual se edifica la Iglesia (cf. Mt 16,18).


La elección del nuevo Papa no es una simple sucesión de personas, sino que es siempre el apóstol Pedro que regresa.


Los cardenales electores expresarán su voto en la Capilla Sixtina, donde —como dice la Constitución apostólica Universi dominici gregis— «todo contribuye a hacer más viva la presencia de Dios, ante el cual cada uno deberá presentarse un día para ser juzgado».


En Tríptico Romano, el Papa Juan Pablo II expresaba el deseo de que, en las horas de la gran decisión mediante el voto, la majestuosa imagen de Miguel Ángel que representa a Jesús Juez recordase a cada uno la grandeza de la responsabilidad de poner las “soberanas llaves” (Dante) en las manos adecuadas.


Recemos, por tanto, para que el Espíritu Santo, que en los últimos cien años nos ha dado una serie de Pontífices verdaderamente santos y grandes, nos regale un nuevo Papa según el corazón de Dios para el bien de la Iglesia y de la humanidad.


Recemos para que Dios conceda a la Iglesia el Papa que mejor sepa despertar las conciencias de todos y las fuerzas morales y espirituales en la sociedad actual, caracterizada por un gran progreso tecnológico, pero que tiende a olvidarse de Dios.


El mundo de hoy espera mucho de la Iglesia para la tutela de esos valores fundamentales, humanos y espirituales, sin los cuales la convivencia humana no será mejor ni portadora de bien para las generaciones futuras.  


Que la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, intervenga con su intercesión maternal, para que el Espíritu Santo ilumine las mentes de los cardenales electores y los haga concordes en la elección del Papa que necesita nuestro tiempo.

 Cardenal Giovanni Battista Re

Fotos: Vatican Media, 7-5-2025

Santa Misa por la elección del Romano Pontífice, 7-5-2025


Foto: Vatican Media, 7-5-2025


7 de mayo de 2025.- (Camino Católico) «Suscitaré un sacerdote fiel, que obrará según los deseos del corazón de Dios»: la antífona inicial acompaña la larga procesión que entra lentamente en la basílica vaticana esta mañana, 7 de mayo, para la misa Pro eligendo Romano Pontifice. Ha presidido el rito en el Altar de la Confesión el Cardenal Giovanni Battista Re, Decano del Colegio Cardenalicio. En el lugar de culto que custodia los restos de Pedro, cuyo sucesor está llamado a elegir el Cónclave, concelebran 220 cardenales, electores y no electores. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.  



En la «confiada espera» de estas horas, el cardenal Re invoca la ayuda del Espíritu Santo, porque «rezar -dice- es la única actitud justa y necesaria»: Que sea elegido el Papa que la Iglesia y la humanidad necesitan en este momento de la historia tan difícil y complejo.


La de los cardenales electores, que a las 16:30 se reunirán en la Capilla Sixtina e iniciarán el Cónclave, es «un acto de la máxima responsabilidad humana y eclesial -subrayó el cardenal Re- y una decisión de excepcional importancia»: «Un acto humano por el cual se debe abandonar cualquier consideración personal, y tener en la mente y en el corazón sólo al Dios de Jesucristo y el bien de la Iglesia y de la humanidad».

Homilía del P. Santiago Martín y lecturas de la Misa de hoy, miércoles de la 3ª semana de Pascua, 7-5-2025

7 de mayo de 2025.-  (Camino Católico).- Homilía del P. Santiago Martín, FM, y lecturas de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 3ª semana de Pascua, emitida por Magníficat TV.

Santa Misa de hoy, miércoles de la 3ª semana de Pascua, 7-5-2025

7 de mayo de 2025.-  (Camino Católico).- Celebración de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 3ª semana de Pascua, presidida por el P. Santiago Martín, FM, emitida por Magníficat TV.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 7-5-2025

7 de mayo de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, miércoles, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.