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martes, 26 de junio de 2007

Buscar el Reino y su justicia / Autor: Arturo López

Mateo 6, 32-34

Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal.


Planteé, hace unos días el tema de la Providencia de Dios, desde el Evangelio de Mateo. Afirmé que ya explicaría las Palabras que me habían interpelado. Comienzo hoy.

Buscad primero su Reino y su justicia y todas esas cosas se os
darán por añadidura.


El Reino y su justicia consiste en presentar a Dios cada día y cada acto de nuestra vida, para alimentarnos de la Voluntad del Padre, como hacía Cristo. Sólo, conociendo interiormente, en la profundidad de nuestro corazón, que necesitamos a Dios siempre, y que sin Él no podemos hacer nada, estaremos buscando instaurar el Reino.

Por ejemplo, conozco familias aparentemente maravillosas, pero que viven sus relaciones con una frialdad total. Sólo cuando hay alguien delante son exquisitos. Tienen que ir a trabajar, dejar los niños con los abuelos o todo el día en el colegio y luego llegan a casa cansados, con todos los problemas del día en sus corazones.

El desamor sustituye al Amor, la angustia a la paz, la injusticia a la justicia. Aparece el resentimiento y el odio, que hemos ido sembrando entre nosotros con pequeños actos cotidianos, que no instauran el Reino de Dios, pero sí que nos consolidan en el egoísmo y la codicia.

Jesús jamás ha dicho que no trabajemos para ganarnos el pan de cada día. Eso es necesario y lícito. Pero si nos invita a hacer cada trabajo y cada acto, como Él lo haría. Sí lo hacemos de esa forma tendremos que vaciar nuestras agendas para poder tomar cada jornada las decisiones realmente importantes con el Evangelio como forma de vida.

Jesús ha afirmado que si lo hacemos así, lo que necesitamos para vivir se nos dará por añadidura. Vivamos cada día, como si fuera el último, amando desde el corazón de Jesús en cada situación.

Admiro desde la mirada de Cristo a las hermanas de Santo Domingo, una orden mendicante surgida en Francia, que diariamente salen a las calles de Barcelona a pedir el pan de cada día, para ellas y para los pobres con los que compartirán mesa. Se las puede encontrar asiduamente en las Ramblas de Barcelona con su hábito azul, sentadas en algún banco, compartiendo la Palabra de Dios con los más débiles. Día a día consiguen la comida necesaria para ellas y cuantos van a alimentar. Buscan primero el Reino y su justicia y el Señor provee.

Conozco también la vida Providencial de una sola religiosa, liberada por su orden para realizar la llamada especial que recibió. Se llama Elvira, vive en Italia y tiene varias casas en distintos países, con decenas de drogadictos que quieren salir de su adicción. Ella no pide ningún dinero al adicto ni a su familia. Sólo pone como condición que la estancia del afectado en la comunidad debe ser de tres años en una intensa vida diaria de oración y trabajo.

Las casas de sor Elvira tienen al frente a personas totalmente recuperadas de la droga, que se quedan para siempre para hacer a los demás aquello que el Amor de Dios ha hecho en ellos. Ya han sido llamados al sacerdocio varios de los rehabilitados.

Lo más interesante es que sostener varias casas con decenas de personas y sus problemas, que por cierto no son menores, sólo lo hace sor Elvira y sus colaboradores pidiendo al Señor que mande lo necesario para cada día. Las mismas casas y bienes son fruto de la Providencia de Dios.

Me asombré, el día que un sacerdote amigo, me contó lo que le había pasado al visitar la comunidad de Sor Elvira: "Estaba hablando con sor Elvira en persona y me dijo de repente: mire vivimos de la Providencia, pero hoy el Señor ha sido muy espléndido enviándonos muchos recursos. Tome llevése este millón de pesetas para los pobres de España. Mañana Dios proveerá". Mi amigo me contó que ese dinero ha sido el más difícil de administrar en la vida. Tuvo que orar con perseverancia para repartirlo según Dios quería.

Oremos, con un texto que me ha envíado el hermano Jaime:

DIOS PROVEERÁ

¿Te preguntas a veces si tendrás
fortaleza suficiente para enfrentar
algunas demandas que se te hacen?
¡DIOS proveerá!

¿Dudas de tu habilidad para manejar
alguna situación o a algunas personas?
¡DIOS proveerá!

¿Necesitas sabiduría, orientación,
comprensión, paciencia o inspiración?
¡DIOS proveerá!

Relájate, querido amigo.
No hay nada que DIOS no pueda hacer
en tu vida y en tus asuntos para ayudarte,
levantarte, protegerte y bendecirte.

El poder de DIOS en ti no está limitado
por ninguna circunstancia material,
ni está obstruido por ninguna
condición física. Su poder y su fuerza
son mayores que todo lo que tú puedas ver
como obstáculo para el logro de tus deseos.

DIOS puede hacer cualquier cosa en ti
o a través de ti, si sólo haces silencio interior,
y lo dejas actuar.

DIOS proveerá los canales a través
de los cuales su bien fluirá a ti.

Él proveerá las personas, las circunstancias,
y los contactos, a través de los cuales
llegará la provisión de sustancia.

Él abrirá las puertas adecuadas,
te llevará por los caminos apropiados,
te dirigirá, te aconsejará, te ayudará
y te infundirá confianza,
porque Él es tu Padre, que todo lo provee,
la fuente de todo bien.
¡DIOS proveerá!

Repite esas dos palabras una y otra vez
hasta que literalmente, las sientas vibrando,
no sólo en tu mente, si no dentro
de cada una de las células de tu ser.

Afírmalo, hasta que ellas se confirmen
y establezcan como parte de tu conciencia.

No necesitas discurrir
cómo se resolverán las cosas
cuando estás frente a una dificultad.

Simplemente, descansa en la eterna verdad
de que ¡DIOS proveerá!
De su Perfecta y Sabia manera.

Cuando necesites saber qué camino tomar,
cuando haya que tomar una decisión,
descansa en la maravillosa seguridad
de las palabras ¡DIOS proveerá!

DIOS proveerá substancias
para pagar tus cuentas.
Él renovará las células de tu cuerpo.
Él armonizará tus relaciones con otros.

Él pondrá de manifiesto el empleo perfecto.
Él te guiará al compañero adecuado.
Él abrirá nuevas oportunidades,
nuevos canales de provisión. ¡DIOS provee!

Tan cierto como a la multitud
se les ofrecieron panes y peces,
a ti se te proveerá, para las necesidades
materiales cotidianas.

Tú eres el amado del Padre.
Es su buen placer darte
su reino de abundantísima provisión.
No hay nada que sea demasiado
para que el Padre lo dé a sus hijos.

En oración habla al Padre
acerca de las cosas que te perturban,
en la seguridad de que Él está
siempre dispuesto a traer a manifestación
respuestas y soluciones.

En el momento que abres la puerta
de tu mente a su presencia,
en ese momento, su divina provisión
comienza a fluir a través de tu vida
y asuntos. ¡DIOS proveerá!

DIOS provee, en cualquier tiempo,
lugar o circunstancia,
y en una variedad de maneras
más allá de tu presente comprensión.

Confía todas tus cosas a su sabiduría.
No necesitas luchar,
ni necesitas forzar las cosas,
porque no es por el poder personal
ni por la fuerza humana,
sino por la Gloria de su Espíritu Santo en ti,
que la bendición que anhelas,
se manifestará a través de ti.

Ten este pensamiento presente
y entrarás en una nueva conciencia
de unidad con el Padre como nunca
habías experimentado hasta ahora.

Deja que las palabras: DIOS proveerá,
lleguen a los más profundos rincones
de tu pensamiento y sentimiento,
y cada día traerá milagros de luz,
de curación y de provisión.

Dios está ahora mismo, abriendo nuevas
veredas para que tú camines por ellas.
Él está en este mismo momento,
inspirándote a seguir adelante con valor,
fe, amor, y la seguridad de que . . .
¡Él proveerá!

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