"Te alabo Padre del cielo y de la tierra, porque has revelado estas cosas a los sencillos y las has ocultado a los sabios y poderosos". "quien no se haga como un niño no entrará en el Reino de los Cielos"
Estas dos afirmaciones de Jesús se explican con claridad en el siguiente testimonio que nos ha enviado una profesora, Mónica Panero. Los adultos, los estudiosos, nos cargamos de argumentos y razones. Los niños sólo demandan amor y por eso encuentran sin complicaciones una explicación sencilla a la existencia de Dios.
DIOS ES COMO EL AZÚCAR
Cierto día, la profesora, queriendo saber si todos habían estudiado la
lección solicitada, preguntó a los niños quién sabría explicar quién es
Dios. Uno de los niños levantó el brazo y dijo:
- Dios es nuestro padre. El hizo la tierra, el mar y todo que está en ella; nos hizo
como hijos de Él.
La profesora, queriendo buscar más respuestas, fue más lejos:
- ¿Como saben que Dios existe, si nunca Lo han visto?
La sala quedó toda en silencio...
Pedro, un niño muy tímido, levantó la mano y dijo:
- Mi madre me dijo que DIOS ES COMO EL AZÚCAR en mi leche que ella
prepara todas las mañanas. Yo no veo el azúcar que está dentro de la taza en medio de la leche, pero si ella me lo saca, queda sin sabor. Dios existe, y está siempre en medio de nosotros, solo que no lo vemos.Pero si Él no está, nuestra vida queda sin sabor.
La profesora sonrió y dijo:
- Muy bien, Pedro, yo les enseñé muchas cosas, pero tú me enseñaste algo
más profundo que todo lo que yo ya sabía. Yo ahora sé que Dios es nuestro azúcar y que ESTÁ TODOS LOS DÍAS ENDULZANDO NUESTRA VIDA.
Le dio un beso y salió sorprendida con la respuesta de aquel niño.
La sabiduría no está en el conocimiento, pero sí en la vivencia de DIOS
en nuestras vidas, pues teorías existen muchas, pero dulzura como la de
DIOS no existe todavía, ni en los mejores azúcares...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario