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sábado, 23 de junio de 2007

Dios está presente siempre cuando sufrimos / Autor: Manuel G. Ballesteros

Jesús decía y nos lo repite hoy: "Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré". El sufrimiento humano no es el mal que lo provoca. Muchas veces nos preguntamos: ¿donde está Dios cuando vivimos una dificultad?. La respuesta es simple: a nuestro lado, sosteniéndonos. Nos han enviado un texto de Manuel G. Ballesteros, que es muy claro y conciso:

Empezaré por recordar lo que decía Juan Pablo II "El sufrimiento humano despierta compasión, suscita también respeto y también intimida"

Y es que nos encontramos frente a unos hechos que superan nuestra posibilidad de comprensión.. . por varias razones: por la multiplicidad de los aspectos que tiene, por la radicalidad de los problemas que plantea y por el grado de compromiso que nos complica.

Y es que el dolor, el sufrimiento humano, constituye con frecuencia un interrogante radical para nuestra fe cristiana, colocándonos a veces en situación de profunda crisis y sacudiéndonos desde nuestros cimientos... ...¿Por qué sufro ? ¿por qué sufrimos?

Nuestra fe está en Dios Padre que nos ha creado, en Dios Hijo que nos ha redimido y en el Espíritu Santo que nos santifica, esta es la fisonomía del Dios cristiano, esta es la fisonomía del Dios de nuestra fe, ese Dios y esa fe a las que se dirigen nuestros interrogantes que provienen del sufrimiento.

A veces, la grandeza de la creación, que nos habla de la grandeza de nuestro Creador, se transforma en dudas al contemplar los aludes, inundaciones, desbordamientos de los ríos.....vemos que la Naturaleza se vuelve hostil y enemiga del hombre.

Y Dios no se manifiesta cuando nuestros corazones claman a Él. Y en ocasiones oímos decir que si existe Dios, sólo está cerca en los libros de los salmos y en las oraciones, en las palabras de los sacerdotes y pastores, en el repique de las campanas y en el perfume del incienso.... ..

Sabemos que Dios creó el mundo sin el mal, que Él es "el Señor amigo de la vida",que el sufrimiento no viene de Dios, que el origen del mal existente en nuestra historia...no hay que buscarlo en Dios sino en la libertad del hombre mal usada.

Rompimos nuestra alianza con Dios y como consecuencia de esta ruptura nos ha llegado el dolor y el sufrimiento. ...Rechazando a Dios rechazamos nuestra propia vocación, nuestra felicidad, nuestra alegría, en una palabra: nuestra salvación.

Quien nunca ha sufrido....nunca ha vivido.

El que está lleno de cicatrices por el sufrimiento. ..posee un ardor especial...Porque ha aprendido que las heridas por el sufrimiento han sido como exámenes....como pruebas de la vida....para valorar nuestra fuerza....nuestras convicciones profundas... .nuestro carácter..... .

De esta manera reforzamos nuestra esperanza en Dios....nuestra entrega a Él....vista nuestra fragilidad humana..."Hay que tener confianza en Dios, Él ha confiado en nosotros.."

Y ligada a nuestra esperanza está la paciencia... ."Nos gloriamos de nuestras tribulaciones, pues sabemos que sufriendo ganamos aguante, aguantando nos aprueban, aprobados esperamos" (Rom.5,3)

"Alegraos con la esperanza, sed pacientes en el sufrimiento"(Rom12,12)

En la cruz es donde se manifiesta de forma suprema el amor de Dios a nosotros.... y mirando al Crucificado con los ojos de la fe y la esperanza, nos damos cuenta de que el dolor, el sufrimiento. ...no puede ser afrontado más que como Él lo afrontó...en el amor.

El amor del Hijo Crucificado ha transformado el dolor...la cruz ya no es signo de lejanía de Dios...de olvido de Dios....de "maldición" de parte de Dios, sino que se ha convertido en signo de cercanía, de presencia, de coparticipación divina.

Sufriendo por nosotros, no sólo nos ha dado ejemplo para que sigamos sus huellas...sino que también ha abierto y nos ha señalado el camino que hemos de recorrer.... y mientras lo recorremos, la vida y la muerte quedan santificadas y adquieren nuevo significado.

El cristiano tiene la necesidad y el deber de luchar con muchas tribulaciones contra el mal, e incluso de sufrir la muerte....pero siempre asociándolo al misterio pascual y configurándolo con la muerte de Cristo....podrá ir al encuentro de la resurrección robustecido por la esperanza puesta en Dios.

En Cristo y por Cristo se ilumina el enigma del dolor, del sufrimiento y de la muerte....y fuera de su Evangelio, el dolor, el sufrimiento y la muerte nos aplasta. Cristo resucitó venciendo a la muerte y con su muerte y nos dio la vida.

En la experiencia del dolor, del sufrimiento. ...Dios no está lejano "Dios no ha venido a explicar el dolor...ha venido a llenarlo de su presencia"

La experiencia personal del dolor, del sufrimiento, de la invalidez, mirando al Cristo Crucificado nos hace más sensibles y más atento a los dolores y sufrimientos de todos nuestros hermanos. Y sólo después de haber experimentado uno mismo esos dolores, sufrimientos, incapacidades. ...se da uno cuenta de lo pesado y duro que son los sufrimientos de nuestros hermanos...y que son mucho mayores que los nuestros..

Y corto mis pensamientos (estoy cansado...muy cansado....y en mi mente se repite una y otra vez la canción de Rocío Jurado.... “lucha...lucha. ..lucha.. ..de la mano de Dios....lucha. ..lucha.. ..lucha para que no seas un perdedor”). Y quiero dejar bien claro que Dios no nos manda el sufrimiento. ..que el dolor no es "señal" de Dios...es “señal" del hombre y de su pecado, de su incapacidad de corregir los muchos defectos de su condición histórica."

La Biblia no habla sólo de la tendencia pecadora del hombre.... habla también de su limitación, de su caducidad.

SONRÍE HERMANO Y RECUERDA que somos piezas de barro, pues de arcilla fue creado el hombre.

SONRÍE....HERMANO. .. Y ten presente que Dios... es Dios de la vida y no de la muerte.... que se hizo hombre como nosotros y sufrió como nosotros.

SONRÍE...HERMANO. ..porque no estás solo en el sufrimiento. ...Cristo te acompaña.

SONRÍE...HERMANO. .. y recuerda esta canción de una sufriente (Como las alas al viento) "Yo llevo a Dios en mi corazón.....Por que yo creo en Ti.....Lucha. ..Lucha.. .Lucha..."


Después de este texto os invitamos a terminar orando:

SALMO 126 (125)

126 ¡Haz que cambie nuestra suerte!

Cántico gradual.

1 Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,

nos pareció que estábamos soñando.

2 Entonces nuestra boca y nuestros labios

se llenaron de risas y gritos de alegría;

entonces los paganos decían:

"¡El Señor ha hecho grandes cosas por ellos!"

3 Sí, el Señor había hecho grandes cosas por nosotros,

y estábamos alegres.



4 ¡Señor, haz que cambie de nuevo nuestra suerte,

como cambia el desierto con las lluvias!

5 Los que siembran con lágrimas,

cosecharán con gritos de alegría.

6 Aunque lloren mientras llevan el saco de semilla,

volverán cantando de alegría,

con gavillas de trigo entre los brazos.



Donde hay Paz, hay Amor, donde hay Amor está Dios

Sólo Dios satisface.

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