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viernes, 22 de junio de 2007

Los actos nacidos del Amor de Dios Bendicen / Autores: Arturo y Conchi

Transcribimos por interesante la historia que nos han enviado en un correo electrónico. Todos nuestros actos tienen poder y pueden herir profundamente a las personas a quienes afecten. Dios quiere que seamos conscientes del hecho que sólo los actos de amor y nacidos de su Amor bendicen a los demás y a nosotros mismos. Jesús clamo a quienes le escuchaban: "Bendigan".

Esta es la historia de un muchacho que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia debería clavar un clavo detrás de la puerta.

El primer día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta.

Las semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta.

Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.

Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.

Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta...

Su padre lo tomo de la mano y lo llevo hasta la puerta. Le dijo: "has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tu pierdes la paciencia, y te enojas eres capaz de dejar cicatrices en las personas exactamente como las que aquí ves, y es necesario que estas luego sean sanadas ".

Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho o disculparte, pero del modo como se lo digas, lo devastará, y la cicatriz podría perdurar para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física. Los amigos son en verdad una joya rara. Ellos te hacen reír y te animan a que tengas éxito. Ellos te prestan todo, comparten palabras de elogio y siempre quieren abrirnos sus corazones.



Oración para vivir en paz en la familia

Señor, Dios nuestro, tu nos haz elegido para ser tus santos y tus predilectos.
Revístenos de sentimientos de misericordia, de bondad, de humildad, de dulzura, de paciencia.
Ayúdanos a sobrellevar los unos a los otros cuando tenemos algún motivo de queja, lo mismo que tú, Señor, nos has perdonado. Sobre todo, danos esa caridad, que es el vínculo de perfección. que la paz de Cristo brille en nuestros corazones.
Esa paz que debe reinar en la unidad de tu cuerpo místico. que todo cuanto hagamos, en palabras o en obras, sean en nombre del Señor Jesús, por quien sean dadas gracias a ti, Dios Padre y Señor nuestro.
Amén.

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