"Ana ya ha vivido las Bienaventuranzas aquí entre nosotros" proclama el Obispo de Sant Feliu
La Misa funeral celebrada el martes 18 de marzo, a las 5 de la tarde, en la Parróquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, ha sido presidida por Agustí Cortés Soriano, Obispo de la Diocesis de Sant Feliu, y concelebrada por 20 sacerdotes y 2 diáconos.
Las más de 400 personas que han llenado el templo han vivido una ceremonia sencilla y ungida, a lo que ha contribuido la comunión entre celebrantes y fieles, que han asistido con un silencio orante lleno de amor, devoción y paz, que ha propiciado un recogimiento muy particular.
El Obispo Agustí Cortés Soriano ha centrado su homilia en el Evangelio de las Bienaventuranzas. "Ana ya ha vivido las Bienaventuranzas aquí entre nosotros" ha proclamado Agustí Cortés glosando la vida sencilla, su honestidad, su capacidad de sacrificio, su corazón límpio y la dedicación total a su familia y a la misma iglesia, que ha visto como fruto el trabajo de su hijo sacerdote. "Ana ha gastado su vida y ha dado vida. Su familia es la prueba. Ella con sacrificio constante la ha hecho crecer sola en tiempos difíciles" dijo el Obispo.
Al final, dos de las nietas de Ana Cifuentes subieron al altar para testimoniar que su abuela "era muy buena cocinera, pero la mejor receta que nos ha dejado en herencia es su forma de vivir". Destacaron su honestidad, su capacidad de sacrificio y de entrega al afrontar todas las situaciones de la vida. Antes de concluir la ceremonia el padre Rafael Maroto Cifuentes, hijo de la difunta, que también concelebró, agradeció a todos los asistentes su presencia en nombre de la familia.
Sigamos orando por la difunta Ana Cifuentes Rus y su familia
Ha fallecido Ana Cifuentes Rus, de 90 años, madre del padre Rafael Maroto Cifuentes, parroco de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, la parroquia de los autores de este blog.
En nombre de la familia agradecemos las oraciones y Eucaristias que se han ofrecido en estos momentos de dolor y esperanza. Sigamos orando por la difunta Ana Cifuentes y por su familia para que puedan agradecer a Dios, en medio del dolor, el gran amor de una mujer que ha vivido dedicada a los suyos. Podemos hacerlo ahora mismo interiorizando la siguiente plegaria:
"En tus manos, Padre de bondad, encomendamos el alma de nuestra hermana Ana; nos sostiene la esperanza de que resucitará con Cristo en el último día con todos los que en Cristo han muerto. Te damos gracias, Señor, por los beneficios derramados sobre tu sierva en su vida mortal, signo de tu bondad y manifestación de la comunión de tus santos. Escucha nuestras oraciones, Dios de misericordia, para que se abran a tu sierva las puertas del paraíso, y nosotros, los que aún permanecemos en este mundo, nos consolemos mutuamente con palabras de fe hasta que salgamos todos al encuentro de Cristo, y así, con nuestro hermana, gocemos en tu presencia. Por Jesucristo nuestro Señor."
(De la oración de despedida del cuerpo en la Iglesia).
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