¡Qué cosas hay que oír! Todo esto me recuerda al título de una vieja película española: «¿Por qué lo llaman amor, cuando quieren decir sexo?». ¿Por qué hablan de laicidad, cuando quieren decir laicismo? A nosotros, los católicos, la laicidad no nos da ningún miedo. ¿Cómo podía dárnoslo, si Cristo fue el inventor de la sana distinción entre lo sagrado y lo profano, cuando dijo aquello de «dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios»? El problema no es la laicidad, sino el laicismo. Y el problema del laicismo no radica en que margine los derechos de Dios, sino en que reduce e incluso pretende eliminar los derechos de los que creen en Dios. Dicen que quieren gobernar como si Dios no existiera y en realidad están gobernando como si no existiéramos los cristianos. Pero existimos, aunque se nieguen a reconocerlo.
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*COMENTARIO:* Padre, ¿no hay palabras de más consuelo para esa pregunta de
la tristeza?
*RESPUESTA MÍA:* La respuesta es que Dios es la alegría y la f...
Hace 2 meses
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