(Despertar Carismático) La obra de Dios es tan perfecta que no hace nada incompleto, esta prueba sirvió para que Dios transformara a mi esposo.
Hace un año y medio yo participe en el Seminario de Vida en el Espíritu de un grupo de la Renovación Carismática Católica. Cuando fui tenía tres meses de embarazo. Al regresar a mi casa mi esposo me decía que estaba loca. Porque no era la misma, ya que Dios había tocado mi vida.
Antes de asistir al seminario de vida, yo era una católica tradicional, iba a la iglesia de vez en cuando. Lo mismo mi esposo. La experiencia vivida en el retiro, me cambio totalmente y las cosas que hacia antes ya no me llenaban. Pero mi esposo no lo entendía.
Entonces comencé a pedirle a Dios que cambiara a mi esposo. Le suplicaba que me diera un esposo nuevo.
El iba a la iglesia y sentía que el Señor lo tocaba y le hablaba a su corazón, pero no cambiaba. El era un buen esposo, trabajaba y cuidaba de nosotros. De un momento a otro comenzó a juntarse con un amigo, de un ambiente no muy bueno. Yo le decía que se alejara de el que no le convenía. Pero no me hacia caso.
Al amigo de mi esposo le gustaba mucho el dinero y pensó en conseguirlo de una manera fácil. Ya que a mi esposo nunca le gusto trabajar en eso; lo convenció para que lo acompañara. Mi esposo pensó que no estaba haciendo nada malo con solo acompañarlo.
Al siguiente día, mi esposo no daba señales de vida. Yo estaba preocupada porque no había llamado, ni había venido a dormir a la casa. Algo que nunca había hecho.
Recibí una llamada, era él diciéndome que estaba preso. Que era algo serio y que no saldría libre bajo fianza. Que podrían darle una condena de 30 años. Cuando supe esto le reclame a Dios. ¿Porque a nosotros si tu quieres que el venga a tus pies? Yo me cuestionaba ya que él no trabajaba en nada malo. Sentía que el mundo se me venia encima, pensaba que me iba a morir.
Entonces unos hermanos oraron por mí y Dios me regalo fe. El Señor me dio la fuerza y me levanto para que yo ayudara a mi esposo a salir de esto. Mi fe se incrementaba y tenía una confianza plena en Dios. De esta manera le pude ayudar emocionalmente a mi esposo. Era una batalla bien difícil. Pero a pesar de estar preso mi esposo sentía como Dios estaba con el.
Entonces un lunes cuando asistí al grupo de oración, pidiendo a Dios por mi esposo. El Señor comunico una palabra de conocimiento a través de un hermano la cual era que “un familiar que se encuentra preso saldrá libre en 2 semanas”. La palabra de conocimiento es un carisma ordinario profético, que todos tenemos por el don del bautismo, y que consiste en anunciar lo que el Señor hace o realizará en determinadas personas.
Yo no dude ni un instante que ese era mi esposo. En el momento que tenemos para dar gracias en al asamblea, me levante y en fe le di gracias a Dios por lo que El haría con mi esposo.
Esto para los hombres era algo absurdo e imposible de suceder. El abogado de mi esposo no me daba esperanzas y decía que no podía hacer nada por él. Incluso durante esa semana, todos me decían que era imposible que saliera de la cárcel sin pasar muchos años pagando la condena.
Pero yo pensaba si Dios esta conmigo quien contra mi. Pero Dios que es más grande que cualquier juez, cumplió su palabra. A mi esposo lo dejaron libre 2 semanas después que el Señor comunicó la palabra de conocimiento.
Jesús le regalo la libertad a mi esposo. A mi me dio un esposo nuevo, tal como se lo pedía. El Señor toco de una manera tan especial a mi esposo, que el ya no quiere volver a vivir la vida pasada. Se ha entregado totalmente a Dios. Incluso no estábamos casados por la iglesia y cuando el regreso nos casamos y bautizamos a nuestro hijo. También participó en el Seminario de Vida en el Espíritu.
Doy gracias a Dios que aunque la batalla fue dura y difícil , Él nos transformó con su gracia.
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