Según informo la prensa, estos extraños casos ocurren en una proporción de uno por cada 40 mil embarazos con una posibilidad de supervivencia del bebé de solo cinco por ciento.
El caso de Maria Benedita era aún más complicado porque tiene más de 40 años de edad. Sin embargo, decidió salvar a su hijo y todo resultó muy bien.
"Vencimos, gracias a Dios, nunca desistimos", dijo la feliz madre que optó por no abortar a su bebé.
El niño se desarrolló en un espacio entre el estómago y el útero y tuvo la ayuda decisiva de una capa de grasa llamada epiplón –un repliegue del peritoneo-, que sirvió como mecanismo de defensa para el niño. El epiplón envolvió la placenta e hizo las veces de útero.
Según los médicos, la concepción de Valdir Gabriel ocurrió en las trompas de Falopio y el óvulo fecundado nunca se implantó en el útero. Para los pro-vida brasileños el asombroso nacimiento de Valdir Gabriel testimonia que la vida comienza en la concepción y que los fármacos que impiden la implantación de un óvulo fecundado –como la píldora del día siguiente– son realmente abortivos porque eliminan a un concebido.
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