Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

Mostrando entradas con la etiqueta fecundidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fecundidad. Mostrar todas las entradas

martes, 14 de marzo de 2023

Pablo Olivera y Esther García, esposos con 7 hijos en misión: «Lo que se vive en el matrimonio y en casa se vuelve fecundo porque Dios está en medio y la gente lo percibe»

 


* «La fecundidad es la sobreabundancia del amor de Dios. Es su amor que se desborda. Nosotros somos solo el recipiente… Queremos que nuestros hijos sean felices, pero con ‘mayúsculas’. No tenemos mucho dinero ni podremos dejarles una gran herencia, pero sí queremos darles lo más importante: la fe. Por eso les hablamos de Jesucristo, de que en cada circunstancia de la vida hay una esperanza, y de que con Él se puede ser feliz. Nada que tengan materialmente les hará felices si no es con Cristo. Da igual tener cosas o no, lo fundamental es tener a Dios»

Pablo Olivera y Esther García, matrimonio, testimonian en el vídeo de Revista Misión: ¿Cómo ser fecundos en el matrimonio?  

Camino Católico.- Pablo Olivera y Esther García han revolucionado su vecindario, y lo han hecho sin buscarlo ni pretenderlo. Parejas que convivían desde hacía años se han casado, varios adultos se han bautizado, otros matrimonios que vivían alejados de la Iglesia han decidido bautizar a sus hijos… Y cada semana la furgoneta familiar ha ido repleta a la parroquia con los hijos de sus vecinos. Este fenómeno, y otros similares, han ocurrido en su urbanización del sureste de Madrid, en tan solo cinco años.

Leer más....

viernes, 27 de abril de 2018

La familia católica Schwandt con 14 hijos, todos niños: «Dios nos da lo que necesitamos para la situación en la que Él nos pone»

Este matrimonio encuentra su fuerza en la fe, y especialmente en la Eucaristía. Jay define a su mujer como “el pilar espiritual” de la familia. Durante muchos años ella ha sido, pese a tener tantos hijos, catequista en la parroquia. Jay, por su parte, es adorador, y participa en uno de los turnos de la adoración perpetua de la parroquia

sábado, 2 de julio de 2016

Pablo y Sandra aprendieron a dar vida más allá de los hijos biológicos: «Bendita infertilidad que nos ha hecho tan fecundos, gracias a Dios»

* «Fuimos a hacer unos Ejercicios espirituales al monasterio de El Paular, y allí decidimos renunciar a tener hijos biológicos y dejar de buscar el milagro. El 11 de agosto de 2013 entregábamos a Dios nuestro deseo de buscar hijos a nuestra manera, y le dejamos que Él lo hiciera todo a su manera. Dios cumple las promesas, pero a su manera… Un año después nos llaman para contarnos que tienen un niño para nosotros, que había nacido muy prematuramente, con apenas un kilo de peso, y que podía tener problemas de salud en el futuro. Pedimos un momento para ir a rezar a un oratorio que había cerca…Y dijimos que sí. Era justo un año después de decirle a Dios: «A tu manera». Y a día de hoy no tiene ningún problema y es un toro»


jueves, 30 de diciembre de 2010

Settimio Manelli y su esposa Licia Gualandris, un matrimonio con 21 hijos, hacia los altares

* Bajo la dirección espiritual y la amistad profunda de San Pío de Pietrelcina, su familia se enfrentó a la austeridad de la guerra en Italia, confiados en la Providencia

30 de diciembre de 2010.-
La diócesis de Roma ha abierto oficialmente el proceso diocesano para beatificar a Settimio Manelli (1886-1978) y a su esposa Licia Gualandris (1907-2004), modelo de matrimonio fecundo, confiado en la Providencia, generoso y espiritual. Hoy pocos consejeros de pareja apostarían por esta unión, pero San Pío de Pietrelcina, el franciscano de San Giovanni Rotondo famoso por sus milagros y estigmas, los conoció en 1924: ella era una chica de 17 años; él, un profesor de secundaria de 38 años, que había luchado en la Primera Guerra Mundial y había llegado a ser capitán. ¿Podía funcionar este noviazgo? El Padre Pío les profetizó que tendrían más de 20 hijos. Se casaron en 1926 y tuvieron 21 hijos, aunque cinco murieron en abortos naturales y otros tres en su infancia. Leer más...

sábado, 1 de mayo de 2010

“Maternidad abortada” y adicción al aborto: testimonio de Irene Vilar, madre tras quince abortos

1 de mayo de 2010.- “Maternidad abortada” y adicción al aborto: Gènétique, el dossier de prensa de la Fundación Jérôme Lejeune presenta este “libro testimonio”. L’Express.fr ha entrevistado a Irene Vilar, una estadounidense de origen puertorriqueño que relata en un libro testimonio –aparecido recientemente en Francia bajo el título Maternité avortée (Maternidad abortada, ndt)- sus quince abortos y su difícil relación con el embarazo y la maternidad.

Irene Vilar tenía sólo 16 años cuando conoció a un hombre que cambiaría su vida, “un profesor de literatura latino-americana cuarenta y cuatro años mayor que ella”. Durante 17 años, viviría con él una “pasión destructiva que la llevó a someterse hasta a quince abortos” y varios intentos de suicidio. Ella habla de “adicción al aborto”. Actualmente casada de nuevo y madre de dos niñas, ve su maternidad como una especie de redención. Irene Vilar ha optado por hacer pública su difícil experiencia “no para disculparse, ni para cuestionar este derecho, sino para explicar cómo una pasión amorosa puede hacerse destructiva”. Sabía que su testimonio suscitaría reacciones muy fuertes como las que ha provocado en los Estados Unidos, tanto de opositores como de defensores del aborto. Pero explica que ha querido “mostrar cómo la maternidad, la sexualidad y el control de natalidad sumergen a las mujeres en una inevitable ambivalencia”. Leer más...

viernes, 24 de julio de 2009

Natalia López Moratalla, catedrática de bioquímica y biología molecular: “Se están detectando problemas graves de salud en los niños nacidos por Fecundación in Vitro”
Estos procesos suponen la eliminación de numerosas vidas humanas
24 de julio de 2009.- Los procesos naturales que se dan en el mismo comienzo del proceso vital, desde la concepción, marcan de por vida al embrión. Cada día es importante para ese nuevo cuerpo humano, desde que es embrión unicelular, o cigoto. Y cuando se altera su evolución natural, concibiéndolo artificialmente, por un proceso de Fecundación in Vitro, -además de suponer la eliminación de numerosas vidas humanas, sobrantes en el proceso, o que no salen adelante, lo que supone un grave problema moral-, el niño que consiga sobrevivir tiene altas probabilidades de sufrir algunas enfermedades raras.

(Sonsoles Calavera - Foto superior izquierda: Eduardo Méndez / Alba)Como explica la catedrática de Bioquímica y Biología molecular, Natalia López Moratalla, “en los primeros cinco días de vida, se establece una comunicación, un diálogo molecular con la madre, mientras esa nueva vida recorre las trompas hacia el útero. La madre aporta una serie de señales en ese intercambio, al detectar que está ahí el embrión”, algo que se pierde cuando la fecundación se produce fuera del útero materno. Además, en estos procesos se pueden fecundar de forma forzada gametos que no están maduros, lo que deja secuelas. “Se provoca la estimulación ovárica de la mujer y estos óvulos son más inmaduros. En algunas técnicas de FIV, como la inyección intracitoplasmática del espermio, se selecciona artificialmente el espermio y se fuerza la fecundación por una inyección al interior del óvulo. Así puede construirse un individuo, con una fecundación forzada, con una carencia de madurez en el estado del DNA de los gametos de los progenitores. Eso se arrastra a lo largo de la vida y hay una incidencia de enfermedades muy poco frecuentes“, asegura la científica. Además, cuando la causa de esterilidad es masculina suele haber alteraciones en el cromosoma ‘Y’, que heredan los hijos varones.

Alerta entre los pediatras

Estas circunstancias están produciendo alteraciones que se dan con mayor frecuencia en los niños nacidos por Fecundación In Vitro. “Está causando alerta en los pediatras porque son enfermedades que cursan con déficits neurológicos muy graves y limitantes y que están surgiendo con una frecuencia que no existen en la población engendrada naturalmente”, asegura la profesora. Lo que más les preocupa son las enfermedades raras: “Es el problema que se está trabajando más, porque hay una alerta muy fuerte, son enfermedades muy duras, que cursan con retraso mental y su frecuencia es evidente”.

Además, hay un campo donde los trastornos son ampliamente conocidos: el de los nacimientos prematuros: “Se dan con frecuencia porque suelen ser embarazos múltiples y también debido a la inmadurez de los óvulos, entre otras causas. Esa prematuridad da lugar a alteraciones en el aprendizaje, un cierto retraso, más propensión a adquirir infecciones, son de bajo peso, etc”, añade Moratalla.

lunes, 6 de julio de 2009

El don y la donación de ser madre según los testimonios de mujeres que son luz para el mundo
6 de julio de 2009.-Algo le ha pasado a la maternidad. Ser madre se entiende hoy como una parcela independiente de la vida de la mujer. Sin embargo, algunas mujeres reclaman la urgencia de devolverle el prestigio a la maternidad, puesto que está ligada íntimamente a la propia identidad femenina. Al convertirse en madre, la mujer se transforma y despliega todos sus talentos, porque tanto su cuerpo como su alma están diseñados para dar la vida y su ser más íntimo está concebido para entrar en comunión especial con el misterio de la creación.

(Sara Martín e Isabel Molina E. / Revista Misión) JANNE HAALAND Matláry, ex ministra de Asuntos Exteriores de Noruega (en la fotografia de la izquierda), cuenta en su libro El tiempo de las mujeres: Notas para un nuevo feminismo, que durante muchos años fue una mujer dedicada a su actividad profesional y consideraba su trabajo como lo primero de todo. Sin embargo, cuando tuvo a sus hijos se dio cuenta de que es en la maternidad donde radica la esencia de lo femenino en su sen­tido más profundo. “La maternidad no es sim­plemente una función auxiliar de la paternidad sino algo diferente”, escribe en su libro. “[Después de ser madre] no he perdido interés por mi trabajo profesional, pero me he dado cuenta de que la maternidad es mucho más importante que cualquier otro trabajo, por muy apasionante que sea”.

Matláry, una mujer nórdica, ha llegado a estas conclusiones en el seno de una sociedad que defiende el igualitarismo entre el varón y la mu­jer a toda costa y que proclama que la maternidad es sólo una construcción social más. Sin embargo, ella se ha propuesto promulgar lo que denomina un feminismo mucho más radical: “Mi tesis –que no es en absoluto original– es que hoy las mujeres tienen necesidad de reafirmar la importancia de la maternidad, tanto en sus propias vidas como en el conjunto de la sociedad. (…) Pero la cuestión esencial no es sólo de orden práctico sino también antropológico: las mujeres nunca se sentirán felices si no toman conciencia de hasta qué punto la ma­ternidad define el ser femenino, tanto en el plano físico como en el espiritual, y expresan esa realidad con la reivindicación del reconocimiento social”.

LA CONTROVERSIA EN EE UU

En EE UU se ha producido en los últimos años una especie de batalla entre las mujeres que eligen una carrera profesional y las que, teniendo incluso diplomas de universidades de gran prestigio, deciden ser madres a tiempo completo. En 2005, The New York Times publicó un artículo en primera plana que despertó gran controversia en distintas partes del país. El reportaje trataba sobre el aumento de mujeres de la Ivy League –la asociación de ocho universidades del noreste de EE UU reconocidas por su excelencia académica– que voluntariamente habían decidido sacrificar su carrera por su familia. El artículo estaba basado parcialmente en una en­cuesta a 138 estudiantes (mujeres) de la prestigiosa Universidad de Yale, y explicaba que más de la mitad de las encuestadas planeaba re­du­cir la jornada de trabajo fuera de casa o abandonarlo completamente si tenían hijos. Además, se citaban estudios de Yale que mostraban que casi la mitad de sus licenciadas menores de 40 años no trabajaban a jornada completa. Las mujeres que habían tomado esta decisión fueron criticadas en Los Angeles Times por la periodista Karen Stabiner, quien denunciaba que “para tramar esa clase de futuro, una mujer necesita disponer de un fondo de potenciales maridos ricos, permanecer casada en una época en la que la mitad de los matrimonios termina en divorcio, e ignorar la historia del movimiento feminista”. Al margen de la discusión feminista, lo cierto es que mientras las es­tructuras sociales no permitan conciliar plenamente familia y trabajo, hay mujeres hoy que se atreven a afirmar públicamente que ellas eligen la maternidad porque eso las hace más felices.

SUPERAR LAS BARRERAS

Es el caso de Eva. Tiene 26 años y es madre de Clara, de 9 meses. Trabaja en una multinacional y tiene un contrato indefinido en un puesto medio. Sus posibilidades de mejorar en su carrera profesional eran reales hasta que decidió tener hijos. Renunciar a un ascenso debido a querer familia es una decisión que condiciona la vida, pero para ella era su prioridad: “No me da igual no trabajar en lo mío y la reducción de jornada es algo frustrante porque a nadie le importas, pero aun así, sinceramente me compensa. Es genial no tener estrés, y me puedo dedicar a la niña el tiempo que quiera”, explica.

María José, de 42 años y madre de siete hijos, ha tenido una historia diferente pero comparte puntos de vista con Eva: “Antes de ser madre trabajaba en un banco en el departamento de financiación al comercio exterior, pero al tener hijos ya no encajaba en el perfil del puesto porque no podía viajar”, comenta. Cuando nació su segundo hijo, dejó el trabajo porque quería estar a tiempo completo con sus hijos. María José ha estado durante diez años al cuidado del hogar y no se arrepiente en absoluto: “Ahora que el pequeño ya tiene tres años y va al colegio yo me he buscado un trabajo compatible con sus horarios”, comenta.

MATERNIDAD ESPIRITUAL
Según el Código de Derecho Canónico, aquellas mujeres que han renunciado voluntariamente a la maternidad biológica por amor a Jesucristo pueden ser fecundas por una maternidad de orden superior, por la acción del Espíritu Santo. La virginidad –también llamada castidad evangélica– ha demostrado esta fecundidad a lo largo de los siglos en las cientos de órdenes religiosas que han fundado colegios y obras de caridad, que han asistido a los pobres, y orado incansablemente por millones de personas. Un ejemplo de ello es sor Clara María, clarisa en el Monasterio de Lerma, en Burgos. Hoy tiene 32 años y lleva casi quince como religiosa. Lo explica de una manera sencilla: “Cuando entré en el convento, sólo tenía amor para Cristo, entré por Él, para ser su esposa. Pero poco a poco, fruto de este amor, Cristo me cedió parte de su sufrimiento y de sus preocupaciones por sus hijos y de esta manera, me convertí en madre”. Para sor Clara, la vida de una religiosa es una “vida de oración constante ofrecida a los otros... Nuestra oración cae sobre el alma que Dios dispone”. “Cuesta mucho no ver los frutos de la oración y, sin embargo, me siento misteriosamente plena. Mi corazón, que tiene el deseo de ser madre, ahora está lleno. Yo sé que mi vida está dando fruto en muchos y que lo veré en el Cielo. Me basta saberlo”, concluye sonriente.

¿DERECHO A SER PADRES?
La concepción social de la maternidad ha sufrido un cambio profundo en las últimas décadas. Esto se debe, principalmente, a la influencia del feminismo radical, que considera la maternidad como una carga pesada, algo que degrada a la mujer y la impide realizarse plenamente y, paralelamente, a un cambio profundo en la consideración de los hijos, que han pasado de ser estimados como un don a ser considerados como un derecho. La profesora de Derecho de la Universidad Francisco de Vitoria, María Lacalle, explica: “Si nos preguntamos por qué el Derecho de familia regula la paternidad/maternidad, la respuesta automática hasta hace poco habría sido: por el bien de los hijos. Sin embargo, en la actualidad parece más bien que lo hace para satisfacer los deseos de los adultos”. De ahí surge la necesidad de controlar todo el proceso de tener descendencia, bien sea a través de la fecundación in vitro y otras técnicas de reproducción asistida, pero también a través del aborto: “Las feministas reclaman un control total de la fecundidad por parte de la mujer, que se concreta en los llamados ‘derechos sexuales y reproductivos’. Se trata de un conjunto de ‘derechos’ cuyo objeto es que la mujer controle por completo la fertilidad, y que tienen como núcleo central la reivindicación del aborto libre, gratuito y universal”, denuncia Lacalle.


sábado, 9 de agosto de 2008

Milagros de Dios: testimonio del camino familiar de una consagrada de Regnum Christi / Autora: Doriana Vega

(Regnum Christi) Dios me creó porque pensó en una misión específica para mí. Yo no lo sabía, pero poco a poco Él me lo fue manifestando. Él me hizo ver que mi existencia es un milagro de su amor y que yo debo responderle cumpliendo con la misión que pensó para mí.

Pero, ¿por qué he dicho que mi existencia es un milagro de amor de parte de Dios? Para contestar a esta pregunta, me iré unos años atrás, a aquel año posterior a la boda de mis papás.

Foto de la familia de Doriana en el 25 aniversario matrimonial de sus papás (verano 2007).

Mi papá es originario de Sahuayo, Michoacán (México). Él creció en una gran familia; fueron 17 hijos, de los cuales ahora viven sólo 13, ya que los demás murieron a los pocos días de nacidos. Sus padres fueron católicos que transmitieron, con palabra y con testimonio, la fe a todos sus hijos. De hecho, los tres hijos mayores son sacerdotes. Mi papá también fue al seminario de los misioneros del Espíritu Santo para discernir su vocación y después de 10 años como seminarista, descubrió que Dios no lo quería como sacerdote, sino para otra misión muy especial.

Problemas para tener hijos
En uno de sus viajes de trabajo, estando en Jalisco, conoció a mi mamá. Cuando la vio supo que ella era la mujer que Dios quería para él. Así que después de 8 meses de noviazgo, se casaron el 23 de octubre de 1982. Ninguno de los dos se imaginaba la prueba que Dios les pediría al inicio de su matrimonio.


Pasaron unos meses después de la boda y mi mamá no quedaba embarazada. Como no sabían cuál podía ser el problema, mi papá decidió llevarla al doctor. Después del análisis, el doctor les dio el resultado que, un resultado que les ocasionó mucho dolor. Les dijo que mi mamá tenía un tumor en cada ovario del tamaño de una naranja y que por ello no podría tener hijos. Sólo había dos opciones ante esta situación. La primera era remover los tumores junto con los ovarios, lo cual causaría a mi mamá la imposibilidad de tener hijos. La segunda era esperar unos meses para ver si los tumores desaparecían y los ovarios volvieran a su tamaño normal, cosa que era casi imposible. Mis papás no se esperaban una prueba como esa a los pocos meses de casados. Ellos habían deseado muchos hijos, pero ahora se encontraban con que no podrían cumplir su sueño.

Doriana, Luis Francisco, Margarita y José Ramón.

A pesar del gran sufrimiento que ambos experimentaban, nunca perdieron la fe. Después de haber escuchado los resultados del análisis, mis papás fueron a hacer una visita ante una imagen de la Virgen de Guadalupe. Ahí le pidieron a la Virgencita que les concediera el milagro de tener por lo menos un hijo y que si se los concedía, ellos se lo consagrarían a Ella. La Virgen de Guadalupe, como buena madre, escuchó su plegaria.

Una promesa que nunca nos dijeron
Después de unos meses, mis papás volvieron al doctor. Se llevaron una gran sorpresa al escuchar los resultados del análisis: sin haber tomado tratamiento, el tumor del ovario derecho había desaparecido…y no sólo eso, ¡mi mamá estaba embarazada! El doctor no podía creer lo que había pasado. Era casi imposible que el tumor desapareciera y que el ovario volviera a su tamaño normal sin ningún medicamento…, pero así pasó. Nueve meses después nació la primera hija, Margarita. Mis papás, en acto de agradecimiento por el milagro que la Virgen les había concedido, la recostaron en su altar y la consagraron a Ella. Además la bautizaron el 12 de diciembre, fiesta de la Virgen de Guadalupe, para reafirmar su promesa hacia Ella.


Luis Francisco y José Ramón con el P. Carlos Mora, L.C. en la fotografia de la derecha

Pero Margarita no fue el único milagro. Un año y ocho meses después, llegué yo al mundo, y también fui consagrada a la Virgen. Cuatro años después nació el tercer milagro, Luis Francisco, después de un embarazo difícil, y él también cumplió con la promesa que mis papás le hicieron a la Virgen. Un cuarto regalo llegó a nuestra familia, José Ramón, y él también fue consagrado a María.

Mis papás eran los únicos que sabían sobre la promesa que le habían hecho a la Virgen de Guadalupe. Nunca nos lo mencionaron a nosotros porque querían dejarnos libres para que cada uno optara su camino de vida. Aún así, mis papás no tenían idea cómo se desenvolvería el plan de Dios en nuestra familia.

Dios llama a consagrarse
Pero el plan de Dios comenzó a manifestarse cuando el Movimiento Regnum Christi llegó a nuestra familia. Mis papás conocieron el Movimiento en 1996, cuando mis hermanos ingresaron al Colegio Cumbres Bugambilias de Guadalajara. En el momento en que entraron en contacto con la espiritualidad del Regnum Christi, se enamoraron del Movimiento y decidieron incorporarse. Dos años después, mi hermana y yo entramos al Alpes Bugambilias. Pocos meses después de haber ingresado al colegio, estando mi hermana en 2º de secundaria y yo en 6º de primaria, las señoritas consagradas nos hablaron del ECYD, un club de niñas que quieren amar a Cristo y cambiar el mundo. La idea nos gustó y decidimos incorporarnos.

En el año 1999, mi hermana Margarita fue invitada por el ECYD a la cuarta visita del Papa Juan Pablo II a México. Ahí tuvo contacto con el centro estudiantil, el cual es un centro para niñas de 14 a 17 años que quieren discernir lo que Dios les pide en sus vidas.

Irma y Francisco Vega, papás de Doriana.
Después de participar en el encuentro con el Papa en el autódromo, ella sintió que Dios le pedía que le consagrara su vida. Así que decidió entrar al centro estudiantil cuando tenía 15 años. Al llegar de México, nos comunicó su decisión y mis papás la apoyaron cien por ciento. Así, ese verano, mi hermana partió a México para cursar preparatoria en el centro estudiantil. Tres años después se consagró a Dios en el Regnum Christi y se fue a Madrid a realizar su período de formación. Ahora se encuentra en Sao Paulo, Brasil, trabajando pastoralmente con niñas del ECYD.

La partida de mi hermana fue un golpe muy duro para mí. Verme separada de ella me causó una gran soledad. A mí no me interesaba la idea de irme al centro estudiantil y menos de ser consagrada. A mí me gustaba la vida social, las fiestas, los amigos…, yo creía que Dios no me llamaría a una vocación así. Sin embargo, en diciembre del año 1999 decidí ir a una convivencia al centro estudiantil con el único propósito de ver a mi hermana. Pero Dios tenía otro plan. Al llegar al centro supe que yo también tenía que estar ahí y discernir mi vocación. Tengo que confesar que la idea me aterró, pero después de hablar con una señorita consagrada y sobreponerme a las dificultades humanas de dejar mi familia, mi ambiente y mis amigos, decidí entrar al centro estudiantil para empezar 3º de secundaria. Cuatro años después me consagré a Dios y ahora estoy en Rhode Island, Estados Unidos, terminando mi periodo de formación.



Pero la promesa no se quedó sólo en mi hermana y en mí. Mis hermanos también cumplieron con esa promesa. El P. Carlos Mora L.C. los invitó al centro vocacional de Guadalajara para discernir su vocación a ser sacerdotes legionarios de Cristo. A los dos les gustó la idea. Luis Francisco ingresó a la edad de 12 años. Ahora se encuentra en Monterrey en su segundo año de noviciado. José Ramón entró también, 3 años después, a la edad de 13 años. Un año después de su ingreso, se fue al centro vocacional de Ontaneda, España. Ahora se encuentra cursando 3º de secundaria.


Familia Vega, afuera del centro de estudios superiores de la Legión de Cristo, en Roma. Pentecostés de 2006.

Mis papás sabían que estábamos hechos para Dios. Lo sabían desde que nos consagraron a la Virgen, recién nacidos. Por ello, han apoyado enormemente nuestra decisión de seguir a Jesucristo como consagradas o como futuros sacerdotes. Eso no quita el dolor humano que puedan sentir por la separación física. Pero ellos lo han sabido ofrecer a Dios con mucho amor, como gratitud por haberles concedido el milagro de tener cuatro hijos. Además, ellos experimentan que Dios los acompaña muy de cerca, concediéndoles el ciento por uno en esta vida, al recibir abundantes gracias que emanan de nuestra vocación.

Mis hermanos y yo nos enteramos que habíamos sido consagrados a Dios hace sólo unos cuantos años, cuando mi hermano pequeño entró a la apostólica. Desde ese momento vemos nuestra vocación como la misión que Dios nos ha encomendado, porque para eso fuimos creados, para eso vinimos a este mundo. Margarita, Luis Francisco, José Ramón y yo fuimos unos regalos de Dios para mis papás. Y como regalos, mis papás nos han devuelto a Dios para que así cada uno cumpla con la misión que Él nos ha encomendado. Esto es lo que considero un milagro del amor de Dios.

-----------------------------------------------------
[Traducción del texto original Miracles of God’s Love]

viernes, 11 de julio de 2008

Nace bebé brasileño que se gestó fuera del útero

SAO PAULO, (ACI).- La prensa local ha destacado el nacimiento del pequeño Valdir Gabriel, cuya gestación se realizó fuera del útero materno. El niño nació con buena salud y su madre se ha recuperado satisfactoriamente, a pesar de que podría haber sido abortado bajo el supuesto de riesgo de vida para su madre.

Valdir Gabriel nació en el Hospital das Clínicas de Sao Paulo a los ocho meses de gestación, pesó dos kilogramos y midió 42 centímetros. Es el segundo hijo de Maria Benedita, y solo después del quinto mes de embarazo se descubrió que estaba alojado fuera del útero, en una región próxima al estómago.

Según informo la prensa, estos extraños casos ocurren en una proporción de uno por cada 40 mil embarazos con una posibilidad de supervivencia del bebé de solo cinco por ciento.

El caso de Maria Benedita era aún más complicado porque tiene más de 40 años de edad. Sin embargo, decidió salvar a su hijo y todo resultó muy bien.

"Vencimos, gracias a Dios, nunca desistimos", dijo la feliz madre que optó por no abortar a su bebé.

El niño se desarrolló en un espacio entre el estómago y el útero y tuvo la ayuda decisiva de una capa de grasa llamada epiplón –un repliegue del peritoneo-, que sirvió como mecanismo de defensa para el niño. El epiplón envolvió la placenta e hizo las veces de útero.

Según los médicos, la concepción de Valdir Gabriel ocurrió en las trompas de Falopio y el óvulo fecundado nunca se implantó en el útero. Para los pro-vida brasileños el asombroso nacimiento de Valdir Gabriel testimonia que la vida comienza en la concepción y que los fármacos que impiden la implantación de un óvulo fecundado –como la píldora del día siguiente– son realmente abortivos porque eliminan a un concebido.

martes, 3 de junio de 2008

El sufrimiento silencioso del no nacido / Autor: John Flynn, L. C.

No es ajeno al dolor, afirma un libro

ROMA, (ZENIT.org).- Uno de los temas que recibe más atención últimamente en el debate del aborto es la cuestión de si el feto puede sufrir y sentir dolor. Un libro de reciente publicación reúne diversas evidencias sobre el tema de expertos, principalmente italianos.

"Neonatal Pain: Suffering, Pain and the Risk of Brain Damage in the Fetus and Unborn" (Dolor Neonatal: Sufrimiento, Dolor y Riesgo de Daño Cerebral en el Feto y en el No Nacido) (Springer) está editado por Giuseppe Buonocore y Carlo Bellieni, miembros ambos del departamento de pediatría, obstetricia y medicina reproductiva de la Universidad de Siena.

En el ensayo introductorio, los dos autores explican que las aportaciones de un gran número de expertos, que colaboran en el libro, coinciden en afirmar que un feto puede sentir dolor antes de nacer.

Una de las aportaciones, esfuerzo conjunto de nueve expertos, considera las evidencias obtenidas a través de las técnicas de ultrasonido. Estos expertos observan que la introducción de la ultrasonografía tridimensional y cuadrimensional ha permitido una evaluación muchísimo más detallada del feto, permitiendo así la observación de cómo reacciona a estímulos específicos.

El útero es un ambiente protegido, pero no aislado, y el tacto es el primer sentido que el feto desarrolla. En la décima semana de embarazo, se puede observar cómo un bebé no nacido puede llevarse las manos a la cabeza, abrir y cerrar la boca, y tragar.

De igual forma, los últimos experimentos muestran que los recién nacidos tienen memoria funcional, un desarrollo que lo comenzó en el periodo anterior al nacimiento. Los autores observan que, de hecho, los recién nacidos recuerdan sabores y olores percibidos en el útero y estas percepciones pueden tener influencia en sus preferencias futuras. El no nacido también escucha los sonidos, incluyendo la voz de la madre. Los recién nacido han mostrado incluso que reconocen la música que la madre escuchaba durante el embarazo.

Protagonista

Otro artículo examina el tema específico del dolor fetal. El equipo de expertos médicos, autores del mismo, comienza observando que el niño no nacido es protagonista, al promover el tráfico celular con la madre, por lo que el es necesario considerar el feto como un paciente, cuyo bienestar han de tomar en cuenta los médicos.

Existen evidencias, observan, de que el dolor agudo o crónico, o incluso el estrés prolongado, puede ser peligroso para el feto, especialmente si tiene lugar durante el periodo crítico del desarrollo cerebral. Los efectos negativos posibles van desde un umbral más bajo de dolor hasta un incremento de los problemas relacionados con la memoria.

Basándose en experimentos con primates, el artículo lanza la hipótesis de que el dolor fetal puede incluso dañar el funcionamiento del sistema inmunológico del cuerpo, con implicaciones a largo plazo para las infecciones y las enfermedades autoinmunes.

En cuanto al estrés, los autores citan un estudio de un grupo de madres que sufrieron estrés y un grupo de control para comparar los resultados. Los bebés de madres estresadas se caracterizaban por un peso más bajo al nacer, menor circunferencia craneal y una edad de gestación menor al nacer en comparación con los bebés del grupo de control.

Los autores observaban que algunos expertos médicos no consideran que el feto pueda sentir dolor al no estar consciente, y también debido a que normalmente están dormidos en el seno materno. El artículo sobre dolor neonatal del libro replica a esto diciendo que hay evidencias científicas considerables que muestran que los fetos son sensibles en el útero a diversas sensaciones: sonido, cambios de luz, tacto y presión, y cambios de equilibrio.

Además, incluso aunque el feto no reconozca conscientemente el dolor como hacemos nosotros, sigue siendo una experiencia desagradable para el no nacido, añaden.

Efectos del estrés

Otro capítulo del libro consideraba otros efectos del estrés en el feto. Dos miembros del Instituto de Biología Reproductiva y de Desarrollo del Imperial College de Londres, Kieran O'Donnell y Vívette Glover, explican que el estrés maternal está muy relacionado con el desarrollo del feto.

Además, en casos de intervenciones médicas llevadas a cabo en fetos, hay evidencias que muestran una respuesta a un estímulo invasivo desde las 16 semanas de gestación. Incluso a las 12 semanas, el feto se retira si es tocado. No obstante, O'Donnell y Glover admiten que todavía no sabemos con exactitud cuándo comienza el feto a sentir o dolor o cuando llega a adquirir consciencia.

En el capítulo conclusivo, Marina Enrichi anima a los lectores a valorar la vida prenatal. Un mejor conocimiento sobre el estado y el desarrollo prenatal del feto traerá consigo una percepción de la vida fetal como algo precioso, lo que redundará en un mayor respeto por el embrión en desarrollo y por la mujer que lo lleva, sostiene.

Una de las consecuencias de esto, augura Enrichi, será que todos nosotros y la misma sociedad empezará a crear un ambiente más protector para el bebé no nacido y para la madre.

Sistema nervioso

Los expertos médicos italianos no son los únicos convencidos de la necesidad de prestar más atención al dolor que sufre el no nacido. El 10 de febrero, el New York Times dedicaba un documentado artículo informando de los descubrimientos de otros doctores sobre el tema.

El artículo comenzaba citando la experiencia de Kanwaljeet Anand, quien, mientras fue médico residente de un hospital británico pudo ver el notable daño causado a bebés prematuros al ser operados sin anestesia. En aquella época, hace 25 años, los médicos pensaban que el sistema nervioso de los bebés estaba demasiado subdesarrollado para sentir dolor.

A través de pruebas, Anand demostró claramente que este no era ni mucho menos el caso y que, una vez que los bebés recibían anestesia, la tasa de mortalidad descendía del 25% al 10%. El tratamiento antidolor de los bebés prematuros pronto fue una práctica habitual, afirmaba el artículo. Anand continuó sus observaciones en esta área y observó que bebés de hasta 22 semanas de gestación mostraban reacción al dolor incluso al ser pinchados con una aguja.

La consecuencia de esta observación fue la consideración de que el feto podía sentir dolor. Esto se convirtió en una cuestión importante al desarrollarse la cirugía fetal, puesto que, si el no nacido puede sentir dolor, esto se convierte en una consideración importante para el cirujano.

Anand, actualmente profesor en la Universidad de Arkansas para las Ciencias Médicas y pediatra en el Hospital infantil de Arkansas, en Little Rock, declaraba al New York Times que cree que los fetos pueden sentir dolor desde la semana 20 de embarazo, y posiblemente incluso antes.

El artículo también citaba a Nicholas Fisk, especialista en medicina fetal y director del Centro para la Investigación Clínica de la Universidad de Queensland, en Australia. Fisk ha llevado a cabo investigaciones que muestran que fetos de 18 semanas reaccionan ante procedimientos invasivos con la producción de hormonas de estrés y con un aumento del flujo sanguíneo hacia el cerebro. Esta es una reacción presente también en niños y adultos y está diseñada para proteger de las amenazas un órgano vital.

El artículo del New York Times reconocía que la cuestión si el feto siente dolor o no tiene implicaciones obvias en el debate del aborto. De hecho, la evidencia médica muestra que sí sienten dolor y, conforme pasa el tiempo, cada vez llevan más atrás su estimación de la edad a la que el feto se ve afectado por el dolor.

Sin embargo, es difícil para los defensores del aborto, admitir que un feto siente dolor, puesto que es sólo una evidencia más que prueba lo equivocados que están al negar al no nacido la oportunidad de vivir.

"Puesto que debe ser tratado como una persona desde la concepción, el embrión deberá ser defendido en su integridad, cuidado y atendido médicamente en la medida de lo posible, como todo otro ser humano", afirma el número 2274 del Catecismo de la Iglesia Católica. Reconocer que el feto puede sentir dolor es un paso en el camino de su reconocimiento como persona.


----------------------------------------------
Traducción de Justo Amado

viernes, 30 de mayo de 2008

Episcopado brasileño deplora aprobación de ley que permite investigación embrionaria


BRASILIA, (ACI).- La Conferencia de Obispos Católicos de Brasil emitió una nota hoy en la que deploran la aprobación de la ley que permite la investigación científica con embriones en el país; al tiempo que destacó su firme compromiso por la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

El Episcopado brasileño lamentó así la decisión del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) que avaló esta ley con la que ahora está permitido "usar los embriones generados a partir de la
fecundación in Vitro y que están congelados desde hace más de tres años en clínicas de fertilización".
Tras recordar que "no se trata de un asunto religioso, sino de promoción de la vida humana", los prelados destacaron que ésta comienza "desde la fecundación" y debe ser protegida en "cualquiera de las circunstancias en las que se encuentre".
Luego de indicar que el embrión constituye "una vida humana", los obispos destacan que esto lo asegura "la embriología y la biología; y que por tanto el embrión humano tiene el derecho a la protección del Estado".

"La circunstancia de estar in vitro o en el útero materno no disminuye ni aumenta este derecho. Es lamentable que el STF no haya confirmado este derecho cristalino, permitiendo que vidas humanas en esta embrionario sean acabadas", señalaron.

"Al contrario de lo que se considera en la opinión pública, las
células estaminales embrionarias no son el remedio para la cura de todos los males. La alternativa más viable para estas investigaciones científicas es la utilización de células estaminales adultas, tomadas del propio paciente, que ya beneficia a más de 20 mil personas con distintos tipos de tratamientos de dolencias degenerativas", explicaron los prelados.

"Reafirmamos que el simple hecho de estar en presencia de un ser humano exige el pleno respeto a su integridad y dignidad: todo comportamiento que pueda constituir una amenaza o una ofensa para los derechos fundamentales de la persona humana, primero que todos el derecho a la vida, es considerado gravemente inmoral", prosiguieron.
Finalmente la CNBB reiteró que seguirá "trabajando a favor de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural".

Noticias Relacionadas
Alientan protesta ante ley que permitiría investigación con embriones en Brasil
Parlamentario busca prohibir híbridos humano-animales en EEUU
Cardenal exhorta a diputados alemanes a descartar destrucción de embriones
Ingleses habrían creado embriones humanos con ADN de tres personas
Darían luz verde en Andalucía para experimentos con embriones humanos

sábado, 24 de mayo de 2008

Testimonio: El amor no es un juego / Autor: Dominique Morin

Encontré así la fe en el amor a través de verdaderas amistades
De adolescente, jugué al amor con las chicas. No amé ni respeté a ninguna, no hice más que disfrutar egoístamente, y rápidamente dejé de creer en el amor. Un buen día me convertí, y cambié de comportamiento. Encontré así la fe en el amor a través de verdaderas amistades con mujeres católicas sin afán de sexo gracias a la castidad. Quería casarme con una amiga que sigo amando, pero me enteré de que tenía el sida por mis años de desenfreno. Entonces decidí renunciar al matrimonio.

Desde entonces cuando me hablan de prevención, veo mucho más allá que el sida. Jugando con el amor sin aceptar reglas perdí mi capacidad de fecundidad, de entrega, necesarias para construir mi vida con la persona amada. ¿A quién podría desear yo esta desgracia, sin hablar ya del sida? El vagabun
deo sexual y las prácticas contra natura propagan el sida, el preservativo o condón no incita a alejarse de él sino sólo a limitar sus riesgos. ¿Es una prevención seria? En lugar de reducir el amor a un juego peligroso, pensad sobre todo en fundar vuestras relaciones en amistades sólidas. ¡El futuro está aquí cerca! Encerrados en relaciones decepcionantes que no cumplen sus promesas, pasando de una pareja a otra, estáis hiriendo vuestro corazón y vuestro cuerpo.

El amor libre es una ilusión mortal. Mirad todas sus víctimas y añadid a ellas las del aborto e incluso las de preservativos y anticonceptivos, que muestran así sus límites. Lo que la Iglesia os propone es hacer que el amor sea portador de paz y alegría abriéndolo a la vida con la exigencia de la verdad y la justicia. Por culpa del sida no puedo entregarme completamente a la persona que amo sin hacerla correr un riesgo. La única verdad del sida es la mentira, el miedo, la soledad al final del camino. No hablar a los jóvenes sino de buscar el placer sin amar, corriendo riesgos, es la conclusión lógica de una sociedad que ya no les habla de la fecundidad del amor verdadero. La castidad, dominio gozoso de la sexualidad, permite que ésta no sea un peso ni para uno mismo ni para los demás. La verdadera libertad es un camino donde el amor no rima ni con el miedo ni con la decepción solitaria, sino con la confianza y la alegría compartida. Sin que sea necesario para ello ser católico, hacer que el amor rime con la desconfianza y el miedo escondido tras el preservativo es profundamente malsano. Si queréis placer, corred riesgos, tomad precauciones, y… ¡buena suerte! Pero yo no os animaría a ir por esta senda que es una burla al amor.

El amor no da sino paz y alegría si es respetado. A vosotros adolescentes, os están mintiendo. Tenéis derecho a saberlo antes de elegir libremente vuestro camino. Cuando hacía paracaidismo, si me hubieran dicho que el paracaídas estaba estropeado pero que había pocos riesgos de que se rompiera al lanzarme del avión ¿qué hubiera escogido? El placer del salto vertiginoso por un lado, el riesgo mínimo por otro… Pero hubiera preferido quedarme en tierra. Con el preservativo os ocultan que el riesgo existe en cada momento y que un día os puede tocar a vosotros. Numerosos testimonios de fracaso me han mostrado los límites de tal prevención. Al final ¿quiénes son los inconscientes? ¿Los que os dejan arriesgaros preparándoos un infierno o los que os invitan a reflexionar sobre el amor y a no reducirlo a un simple riesgo? Mejor que ocultar o deformar el discurso católico ¿no tenéis más bien derecho a que os digan toda la verdad antes de correr riesgos que a fin de cuentas tendréis que asumir solos? La Iglesia siempre tiene un discurso razonable y realista, sin buscar adaptarse a la evolución de las costumbres ni a los jóvenes que quieren seguir sus antojos. Nos recuerda a tiempo y a destiempo que no podemos burlarnos del amor sin riesgo mortal para nuestro cuerpo, nuestro corazón y nuestra alma. La Iglesia ve las almas antes de la satisfacción de los deseos. Esta existencia es una promesa que os dará los medios para alcanzar la felicidad verdadera. Escoged la libertad de amar con confianza y con la verdad que lleva a la vida, y no busquéis el placer a cualquier precio, que lleva a la mentira y a la muerte.

---------------------------------
Fuente: almas.com.mx