* «Fuimos a hacer unos Ejercicios espirituales al monasterio de El Paular, y allí decidimos renunciar a tener hijos biológicos y dejar de buscar el milagro. El 11 de agosto de 2013 entregábamos a Dios nuestro deseo de buscar hijos a nuestra manera, y le dejamos que Él lo hiciera todo a su manera. Dios cumple las promesas, pero a su manera… Un año después nos llaman para contarnos que tienen un niño para nosotros, que había nacido muy prematuramente, con apenas un kilo de peso, y que podía tener problemas de salud en el futuro. Pedimos un momento para ir a rezar a un oratorio que había cerca…Y dijimos que sí. Era justo un año después de decirle a Dios: «A tu manera». Y a día de hoy no tiene ningún problema y es un toro»

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