* «Abrí la Biblia al azar y leí el siguiente versículo: “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios” (Juan 1:1). No entendía lo que acababa de leer, pero un escalofrío recorrió mi cuerpo y comprendí que en aquel versículo había encontrado a Dios, el Dios que estaba buscando. Han cambiado muchas cosas dentro de mí. He aprendido a perdonar como lo hizo Jesús al ser crucificado. He aprendido a ver en los rostros de mis hermanos y hermanas el rostro de Jesús, y a no tener miedo a amar, porque fui hecha a imagen de Dios y Dios es Amor absoluto y libre. He aprendido a ser una con Jesús. Sigo»

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