29 de septiembre de 2010.- ( Diego Pisani / Escuchar la Voz del Señor ) Si bien toda mi vida fui católico, antes de enfermarme vivía ajeno a la influencia de Dios. Me encontraba sumergido en las cosas cotidianas de la vida. Trabajaba mucho, veía poco a mi familia y trajinaba sin un rumbo marcado en lo que respecta a los asuntos espirituales. Estaba descuidando el Alma, que es un tesoro que todos tenemos y poco cuidamos. Mis objetivos eran trabajar, prosperar, y ganar dinero para poder dar a mis hijos y a mi mujer una vida digna y sin privaciones. No percibía que me estaba perdiendo la infancia de mis hijos y el amor de mi mujer. El tumor me llevó a vivir el día a día y con prioridades diferentes. En la actualidad paso mucho tiempo con la familia y estoy cerca de Dios, alimentado de fe y esperanza. Dios me sostiene vivo y yo decidí devolverle lo que Él hizo por mí, tratando de ayudar a los demás. Leer más...
miércoles, 29 de septiembre de 2010
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