* "El momento más importante fue cuando entendí que es Jesús el que cambia y sana mi vida, no yo. Tenía necesidad de rezar no porque todos rezaban, sino porque sólo Dios podía sanar las heridas de mi corazón. Descubrí que el camino de fe dura toda la vida y no puedo jamás conformarme con lo que soy hoy."
3 de septiembre de 2010.- (Evelina / Comunidad Cenáculo) Soy Evelina, de Polonia (en la fotografia de la derecha). Quisiera contarles mi historia para dar gracias a Dios y a la Comunidad Cenáculo, que hoy más que nunca, siento como mi familia. Mi infancia estuvo marcada por mucho sufrimiento, pero lo que más recuerdo es mucha soledad. Crecí en una pequeña familia: mi padre bebía y mi madre hacía de todo por hacernos la vida menos pesada. Nos hemos unido en el sufrimiento pero quizás en forma inmadura, y con pocos años de vida ya me sentía adulta, llamada a cargar todos estos pesos sola. Leer más...
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