* Se consagró a Dios, fundó la Congregación de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado y perdonó a los hombres que mataron a su esposo Ángel Romero durante la Guerra Civil española en Murcia
* La víspera de su muerte en la cárcel Ángel le dijo: «Creen que nos sacrifican, y no ven que nos glorifican. Nunca he estado tan cerca de Jesús como al ver que me tratan como a Él». Y ella, después de confortar junto a su marido a otros presos desesperados, le confesó: «Si no me matan a mí también, te prometo ingresar en el convento»
11 de enero de 2011.- ¿Perdonaría usted a los asesinos de su cónyuge? Más aún: ¿cuidaría a las mujeres de esos asesinos? ¿Alimentaría a sus hijos? ¿Callaría ante los autores del expolio de su casa, mientras disfrutan de los muebles que le robaron? Pues eso es lo que hizo María Séiquer Gayá, una murciana que se consagró a Dios, tras el asesinato de su marido en la Guerra Civil: fundó las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado y cuidó de las familias de aquellos que fusilaron a su esposo sólo por ser católico. Leer más...
martes, 11 de enero de 2011
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