* «¿Y cuál es la señal de que un sacerdote va bien, mirando la realidad con los ojos de hombre y con los ojos de Dios? La alegría. La alegría. Cuando un sacerdote no encuentra alegría adentro, se detenga inmediatamente y se pregunte por qué. Y la alegría de don Bosco es conocida: es el maestro de la alegría. Porque él hacía gozar a los demás y gozaba él mismo. Y sufría el mismo. Pidamos al Señor, por intercesión de don Bosco, hoy, la gracia de que nuestros sacerdotes sean alegres: alegres porque tienen el verdadero sentido de mirar las cosas de la pastoral, el pueblo de Dios con los ojos de hombre y con los ojos de Dios»
31 de enero de 2019.- (Camino Católico) Que los sacerdotes sean alegres y miren con ojos de hombre y con los ojos de Dios, como hizo San Juan Bosco. Lo subraya el Papa Francisco en la Misa en la Casa Santa Marta para exhortar a los sacerdotes a hacer lo mismo que Don Bosco, que miraba la realidad con el corazón de un padre y de un maestro. Una mirada que le mostró el camino: vio a esos pobres jóvenes en la calle y se conmovió y entonces pensó en formas para hacerlos madurar. Caminó y lloró con ellos.
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